Las vacunas de la covid-19 son las únicas "herramientas" que rompen la cadena de transmisión del proceso infeccioso. Su administración completa logra disminuir el desarrollo de la enfermedad, su gravedad clínica y posibilita evitar el ingreso en UCI. Sin embargo, su contagio se sigue presentando sobre el 5,4%, en la persona que ha recibido las dos dosis de vacuna reglamentarias en gran medida relacionado con la relajación de las normas de protección preventivas.
Por ello y ante la situación actual sería muy importante implementar estas medidas, especialmente el uso de mascarillas FP-2 o FP-3, en las zonas de paseo con mucha gente, ya que la difusión de las nuevas cepas es muy alta. Asimismo, la obligatoriedad de tener certificado de vacunación completa la covid-19 y de un test de antígenos o PCR negativos realizados 24-48 horas antes de asistir a reuniones y diversos actos públicos.
El embarazo, según los diversos estudios publicados, emerge como un factor de alto riesgo de la covid-19 especialmente en mujeres >35 años o con patología de base, como hipertensión arterial, diabetes y obesidad. El 5-6% de estos casos precisan ingreso hospitalario. La covid-19 grado leve, provoca tres veces más hospitalizaciones y atención en UCI, que la covid-19 en mujeres no embarazadas. La covid-19 severa-grave, se asocia con alto riesgo de cesárea y hemorragía post-parto. Estas complicaciones del parto se presentan entre 10-25% de los casos, pudiendo elevarse al 60% en las pacientes con alta gravedad.
A pesar de todo lo expuesto, como el embarazo se considera como algo especial o un tabú se ha excluido de los estudios de eficacia y seguridad de las vacunas en adultos, existiendo pocos al respecto, no posibilitando conocer bien sus propiedades en esta situación.
En diversos estudios, con un numero pequeño de mujeres embarazadas monitorizadas, se ha podido comprobar el elevado titulo de anticuerpos IgG anti SAR-CoV-2 alcanzado, así como aumento de las poblaciones de linfocitos CD4 y CD8, tras la administración de vacunas Pfizer y Moderna.
En un estudio retrospectivo pendiente de publicación en JAMA se evaluaron dos grupos observacionales: 1) 7530 pacientes embarazadas que recibieron una de las dos vacunas señaladas anteriormente. 2) 7530 embarazadas sin vacunación. La incidencia de infección a lo largo de todo el estudio fue del 0,36% en el grupo 1, frente al 1,64% del grupo 2, siendo esta diferencia estadísticamente significativa. El desarrollo del COVID tras > 28 días de vacunación se observó en 10 pacientes, a diferencia del segundo grupo donde se encontró en 46. Los efectos indeseables de las vacunas, se presentaron en 68 casos, siendo todos leves o leves moderados.
En un estudio reciente observacional, publicado en NEJM, analizaron 35.691 mujeres embarazadas, de las cuales 3.958 se incluyeron en un programa de vacunación. De ellas, 54% y 46% recibieron vacuna Pfizer y Moderna respectivamente. 85% conocían su embarazo antes de recibir la vacuna y el 15% a los pocos días de su administración. En el primer trimestre la recibieron el 28,6%, 43,3% en el segundo y el 25,7% en el tercero. En 826 el programa se completó, con un seguimiento hasta de 1 año después del parto, excluyéndose 104 por no cumplir todos los criterios. Los efectos adversos se presentaron en 221, siendo el dolor en el brazo tras su administración lo más frecuente, junto con cefaleas, cansancio y dolores musculares. Abortos se encontraron en 46 casos.
722 (87,4%), llegaron bien al parto, sin registrarse ninguna muerte neonatal. De los recién nacidos, 12% se encontraron con poco peso o eran mas pequeños que la edad gestacional. En resumen, ante el alto riesgo de la covid-19 en el embarazo, es tributaria la administración de vacuna. En mi opinión personal, al inicio del tercer mes o novena semana del embarazo, precisando de incluirse en un programa de seguimiento monitorizado para su mayor seguridad. No obstante, para una documentación científica acreditada, se precisan de estudios prospectivos, comparativos, aleatorizados con alto número de pacientes, que permitan establecer, mediante estudios estadísticos multivariantes por el método de la regresión logística, las diferencias de tipo independiente, significativas.
Joaquín Gómez Gómez
Catedrático Emérito de Infecciosas del Departamento de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia