Imágenes de etiquetas de la última donación y de fondos del Archivo Municipal de Alcantarilla
MURCIA. Que nadie se imagine que en el Archivo Histórico Municipal de Alcantarilla esperan de brazos cruzados a que le lleguen documentos y archivos que catalogar, digitalizar y proteger en el histórico edificio conocido como Casa de Las Cayitas, donde se encuentra la sede de este servicio. Porque para nada es así. Es el Archivo el que busca a los coleccionistas y el que rastrea esos tesoros que documentan la historia del municipio. De hecho, recuerdan que desde 2008 están llevando a cabo una campaña para reunir etiquetas de los diferentes productos de las empresas conserveras de Alcantarilla, donde nacieron entre los siglos XIX y XX con el fin de aprovechar el excedente de frutas y verduras de la huerta. Un pasado conservero estrechamente ligado a la historia e identidad de la localidad. Es es el caso, por ejemplo, de empresas como Esteva, Cascales, Hero, Caride, Salas, Cobarro, Florentino Gómez, Hernández Pagán 'La Esencia', Silla o Pellicer, entre otras muchas.
Esta auténtica cruzada ha dado lugar a que ya se cuente con una colección de casi 15.000 etiquetas de 611 modelos diferentes, que se remontan a principios del siglo XX llegando hasta finales de los setenta. También hay etiquetas de Hero más recientes porque, con visión de futuro, señalan que "lo que hoy es actual, mañana será historia".
Las últimas donaciones han ampliado los fondos del Archivo Municipal con 345 etiquetas, de 20 modelos diferentes, de conservas vegetales y envoltorios de frutas de antiguas empresas de Mula, Lorquí, Abarán y Alhama de Murcia. Pertenecían al coleccionista Juan González Castaño y al restaurador Pedro Carrillo Azuar (El Laboratorio del Mueble). Se suman así etiquetas que no solo son de Alcantarilla, pero que también forman parte de la historia conservera de la Región.
Cabe destacar que la importante colección de etiquetas que está atesorando el Archivo Municipal de Alcantarilla pasará a formar parte en un futuro próximo de los fondos del Museo de la Conserva de Alcantarilla, que abrirá sus puertas en la histórica Fábrica Esteva, también conocida como la Fábrica de Hielo. Construida en 1905, esta fue la primera industria conservera en Alcantarilla y una de las pioneras en la Región. El edificio consta de tres plantas en una superficie de casi 11.000 metros cuadrados y es un bien catalogado por su relevancia cultural, encontrándose en desuso desde que en 1982 cerró sus puertas definitivamente, tras haber funcionado como fábrica de hielo.
Si la Fábrica Esteva es un edificio singular, no digamos la Casas de las Cayitas, que otrora fue Casa de la Inquisición o del Santo Oficio. Se trata de una construcción ubicada en la calle Cartagena, que está catalogada entre finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. El edificio de tres plantas, con cubierta a cuatro aguas, contaba con una torre de remate en la caja de la escalera, como las características casas-torre de la huerta murciana. En la fachada principal presenta el escudo de la Inquisición con sus símbolos heráldicos: el olivo, señal de la misericordia, y la espada, señal del castigo, ambos centrados por la Cruz.
En 1870, la casa fue adquirida por José López de Tudela pasando la propiedad en 1941 a Caya Arias Castellanos y a su hija Caya López, de donde viene la denominación popular de 'las Cayitas'. Al iniciarse la década de los años 80, tras negociar el Ayuntamiento con sus últimos propietarios, Lucía y Félix Mendaza López, cedieron al municipio el edificio y el huerto anexo. El edificio, que estaba en estado ruinoso, fue restaurado por el arquitecto municipal Andrés Terol Díaz. A su vez, el huerto de nogales y palmeras se modificó para convertirlo en un jardín de uso público, al que hoy se conoce como Jardín de Cayitas.
Es una de las construcciones más emblemáticas de Alcantarilla, despertando en su población multitud de misterios y leyendas vinculadas al origen del edificio, en el que habitarían familiares del Santo Oficio. En recuerdo de los posibles procesos inquisitoriales, las peñas festeras crearon las Fiestas de la Bruja, a finales de los años 80 del siglo pasado. En el año 2010, las peñas eligieron la actual Plaza de Cayitas como lugar para la ubicación de la escultura de una bruja, realizada en hierro forjado por Miguel Belchí.
En 1982, el edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional. Durante años albergó a la Biblioteca Pública y desde el año 2015 está destinado a Archivo Histórico Municipal.