Siempre hemos hablado de diosas y de dioses, figuras superiores que guían, protegen o inspiran. Pero en el mundo real, ¿existen? Yo creo que sí. Existen los líderes. Mujeres y hombres que no necesitan un pedestal, sino que demuestran su grandeza a través de su capacidad de servicio a los demás.
Líderes que disfrutan ayudando cada día a sus compañeros de trabajo, a sus clientes, a sus proveedores. Líderes que hacen sonreír, que escuchan, que inspiran. Líderes que no imponen, sino que muestran el camino. Así es como veo el liderazgo transformador, el liderazgo emocional y el liderazgo conductual que define a la dirección empresarial del siglo XXI.
A menudo, en el mundo empresarial, surge la dicotomía entre las habilidades hard y las habilidades soft. Las primeras son técnicas, medibles y adquiridas con formación y experiencia: conocimientos financieros, estrategias de mercado, gestión de operaciones. Las segundas son humanas, emocionales e intangibles: la comunicación, la empatía, la inteligencia emocional.
La sostenibilidad económica es una necesidad, no una opción
Pero, ¿cuál de ellas es más importante? La realidad es que no se trata de elegir. El líder del siglo XXI no puede permitirse descuidar ni unas ni otras. Vivimos en un mundo globalizado donde las empresas, desde los pequeños negocios hasta las grandes corporaciones, deben generar resultados. La sostenibilidad económica es una necesidad, no una opción. Sin rentabilidad, no hay actividad económica. Sin resultados, no hay empresa.
Pero, ¿cómo se consiguen los mejores resultados? La respuesta está en la mejora constante de los productos, los servicios y los procesos. Y esto, sólo es posible cuando una organización es capaz de escuchar al consumidor y adaptarse con agilidad a los cambios que se están produciendo. Hoy, los consumidores no solo buscan calidad, sino inmediatez. Queremos algo y lo queremos ya. Por eso, las empresas deben ser flexibles, anticiparse a las tendencias y ofrecer soluciones personalizadas en tiempo récord.
Esta velocidad de cambio exige más que nunca un liderazgo versátil, un liderazgo que no solo mire los números, sino que entienda que la clave del éxito no está solo en las estrategias, sino en las personas.
El líder del siglo XXI es aquel que sabe leer el entorno, gestionar la diversidad, potenciar el talento y generar confianza"
Ninguna estrategia funcionará sin un equipo comprometido. Y los empleados de hoy no son los de hace 50 años. Su nivel de cualificación y formación es cada vez mayor. Son profesionales con inquietudes, con acceso a una cantidad ilimitada de información y con una cultura que les permite cuestionar, analizar y elegir dónde quieren trabajar y para quién quieren hacerlo.
Esto supone un reto para los líderes. Ya no basta con dirigir. Hay que inspirar. Hay que motivar. Hay que ser casi psicólogos, mentores, coachs.
El líder del siglo XXI es aquel que sabe leer el entorno, gestionar la diversidad, potenciar el talento y generar confianza. Es quien sabe que el éxito no viene de imponer su visión, sino de hacer que su equipo la comparta. Que entienda que su principal rol no es dar órdenes, sino ofrecer herramientas para que otros puedan brillar. Un líder que persiga un mayor autoliderazgo y responsabilidad en la toma de decisiones y que promueva la proactividad y transversalidad.
Lideres capaces de crear alianzas desde la colaboración y el propósito común.
Líderes humanistas, éticos, referentes y cercanos que sitúen a las personas en el centro.
Líderes que empoderan con un alto impacto en la consecución de resultados sostenibles.
Líderes que se anticipan, promueven el cambio, son adaptables y aprenden de forma continua.
Líderes que abrazan la diversidad, flexibles, inclusivos y con mentalidad digital, abiertos a la tecnología y la innovación.
Solo así conseguiremos retener el talento y crecer en igualdad, diversidad y sostenibilidad, porque el futuro no lo podemos conocer, pero si lo podemos crear.
El liderazgo no es una posición, es una actitud y aquellos que la adoptan, que entienden que liderar es servir, inspirar y transformar, son los verdaderos dioses y diosas de nuestro tiempo.
Feliz domingo.
Maria Tomasa Rives Fulleda
Directora Area de Negocio Caixabank Mar Menor