El entrenador de los dos velocistas jóvenes más destacados de España y de los mejores de Europa lo tiene claro: "No me pongo límites y no lo hago para mí ni para mis atletas", dice al tiempo que avanza que son "muy fuertes mentalmente y tienen muchísima hambre, por lo que pueden hacer barbaridades"
La lanzadora de peso lorquina, dominadora de su disciplina desde hace 12 años y habitual en citas internacionales, abandona Málaga y pasa el confinamiento obligado por el coronavirus en la casa que sus padres tienen en La Torrecilla