MURCIA. "Yo quiero mi casa mientras viva, porque me ha costado mucho trabajo hacerla", dice Violante ante la amenaza de que se urbanice en la zona de la Huerta de Murcia donde sigue viviendo a sus 93 años, rodeada de recuerdos. Ella, Manola, Pepito, Antonio y Tomate son los no-actores que ofrecen sus testimonios en El mapa del agua, un documental sobre la cultura del agua en la Región de Murcia rodado en localizaciones de Calasparra, Abarán, Murcia, el Barranco de Gebas y el Mar Menor. Para ello, un equipo de la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña viajó desde Barcelona a tierras murcianas en busca de ese agua -también de su carencia- que ha marcado la identidad de unos pueblos y sus moradores. Al frente estaba la murciana Carlota González, la directora del filme, quien ha vivido en primera persona el conflicto y los recuerdos del agua a lo largo de los años.
Se trata de un documental ensayístico donde cobra protagonismo el sonido del agua y una fotografía artística que busca ensalzar una belleza y una cultura que se ha ido perdiendo con los años. Para ello será fundamental lo que cuenten estos cinco personajes reales, cuya vida ha estado muy condicionada por la huella del agua, siendo el nexo entre el pasado y el presente de este viaje fílmico. En cada una de sus paradas, El mapa del agua recogerá sus historias, aportando su punto de vista sobre la convivencia del ser humano y el agua. "Nos interesaba, sobre todo, trabajar con personajes reales y no-actores, por lo que además era necesario generar un espacio seguro, íntimo y cómodo en el que pudieran sentirse seguros", apuntan en la página de crowdfunding Goteo.com, donde han conseguido financiación para el proyecto.
El documental parte de Calasparra con la primera gota de agua del Santuario, donde la leyenda y lo mágico se abren paso, para acabar en el Mar Menor y la crisis climática. Un trayecto de degradación sobre la que los diferentes personajes reflexionarán.
Así, de las ancestrales gotas de agua que surgieron de la pared de roca de la cueva de Calasparra, nace un sentimiento que no consiguen explicar con palabras los descendientes de sus alrededores. Allí se podrá conocer a Manola y la magia de las mujeres que usan el agua como elemento que cura y predice.
"Un poco más abajo, a las orillas del río Segura, se ha creado un oasis. Allí permanecen grandes montañas desérticas, cerros pelados, tierra árida y reseca rodeada de huerta, agua y antiguos mecanismos árabes para regar. Un paisaje que actualmente queda varado en el tiempo en comparación con otras zonas modernizadas. Antonio viene de un linaje de huertanos murcianos, raíz cultural de la región. Conserva ya a modo de entretenimiento un trozo muy pequeño de tierra. Encontramos antiguos objetos que almacena nostálgicamente de su familia, un museo etnográfico desconocido", señala el equipo.
Sin embargo, "conforme descendemos hacia Murcia, antiguamente rodeada de huerta, vemos cómo la modernidad se ha ido comiendo los restos de estas tierras. A las orillas de la creciente ciudad, algunos vecinos se encuentran en una frontera entre el pasado y el presente, un limbo a la espera de que algo se desencadene". Así, por ejemplo, Pepito tiene allí la casa de su infancia, a la que acude para ir a ver a su madre. Tras el fallecimiento de su padre heredó un trozo de huerta al que ha ido tomando cada vez más cariño. Al final de la calle vive Violante, una mujer de 93 años que vive sola, aunque tenga cerca a su hijo y su hermano, rodeada de las paredes que ella misma construyó, en una casa llena de retratos, fotografías casuales, reuniones familiares y su preciada máquina de coser.
"El agua pasa a ser un medio de consumo que cada vez escasea más, generando disputas y conflictos por su aprovechamiento. Esto en los últimos 30 años ha ido recayendo en el ecosistema del Mar Menor. Vertidos ilegales con una gran cantidad de fertilizantes sintéticos se han ido filtrando por la tierra hasta llegar a las aguas de la laguna salada murciana", siguen describiendo el equipo del documental. Tomate, un pescador que ha trabajado toda su vida en esas aguas, sigue saliendo día a día a pescar. Sin embargo, la crisis medioambiental ha dañado un gran ecosistema muy particular de la zona.
La directora del filme, Carlota González, explica que "mi vinculación e interés por el agua nace de dos fuentes: el lugar del que soy y mi familia. La preocupación por ella es algo presente en mí desde pequeña, en gran medida por haber visto a mis padres trabajar y estudiar el agua y su relación con la tierra durante toda su vida. Es por ello, que considero la importancia de mi testimonio coexistiendo con el resto dentro de este documental". Añade que "he decido emprender este viaje para hablar de una preocupación que está en todas las mentes de los murcianos y de la que no existe visibilización. Al mismo tiempo, mi intención es también hablar de la utilización del recuerdo como herramienta para encontrar aquello que se ha perdido".
"Mi testimonio tratará de reconstruir un imaginario y de darle importancia a la cultura y el paisaje en el que este sienta sus raíces. Me parece importante crear un imaginario desde cero, donde se podrán visitar a través de la imagen, los paisajes, colores y la luz especial de Murcia", señala, al tiempo que destaca la importancia de rescatar la herencia de la memoria. "Este concepto me funciona para remarcar que esta cultura del agua, a lo largo de la historia, ha ido moldeando una sociedad y ha influido estrechamente en nuestra memoria. La desaparición de la huerta y del Mar Menor, elimina estos espacios en los que muchos murcianos hemos crecido y, por lo tanto, nos aleja también de nuestros recuerdos sobre ellos", manifiesta.
David Chase ha concedido una entrevista de dos horas y media para explicar cómo concebió y desarrolló Los Soprano. Sorprendentemente, mucho fue fruto de la casualidad y de ir adaptando la idea original, un productor de televisión tiene problemas con su madre autoritaria, al gusto de los inversores. Posiblemente, su paso por Doctor en Alaska como productor ejecutivo y guionista sirvió para que aprendiera la idea de reflexionar filosóficamente sobre la vida en televisión, solo que en Los Soprano lo hizo sin optimismo