Los huertos de ocio son unos espacios que los particulares pueden utilizar para plantar sus propios productos ecológicos. No sólo son un hobby que permite obtener alimentos sanos y frescos, sino que también recuperan espacios abandonados y aumentan las zonas verdes en las áreas metropolitanas. Murcia ha revivido estos terrenos con un empujón a su oferta y va a sacar a concurso sesenta pequeños terrenos ubicados en la finca del molino del Amor, en La Albatalía.
Además de la oferta de las sesenta parcelas, ocho de ellas completamente nuevas, también se han aprobado varios cambios en las normas generales durante la Junta de Gobierno de la semana pasada. Uno de los cambios es que, a partir de ahora, los usuarios tendrán que hacer cursos de formación relacionados con la agricultura ecológica.
Otra de las modificaciones es que se suprime la prioridad que hasta ahora tenían los residentes de la pedanía o barrio donde se encuentran los huertos, de modo que cualquier persona, independientemente de su lugar de residencia, podrá optar a una parcela. Lo que sí se mantiene con respecto a la anterior norma es la prioridad a los desempleados, así como a las personas jubiladas y prejubiladas.
Las adjudicaciones tienen una duración inicial de dos años, tras los cuales podrán ser revisadas en función de las circunstancias y del cumplimiento de las condiciones establecidas. Finalizado este plazo, los adjudicatarios tendrán la posibilidad de solicitar una nueva autorización para continuar con la actividad, siempre que reúnan los requisitos que se determinen en ese momento.
Huertos escolares y solidarios
La moda de los huertos está en auge, no solo parcelas municipales, sino también iniciativas privadas y en centros como colegios o universidades. En Murcia, más de 70 colegios cuentan con huertos escolares en los que, a través de la agricultura, se crean espacios didácticos en los que los alumnos aprenden a plantar y recolectar, además temas relacionados con la alimentación saludable y el respeto el medio ambiente.
Existen también los huertos sociales, destinados a la población vulnerable, o los solidarios, como el que se lleva a cabo en el Campus de Espinardo. Para ponerlo en marcha, se ha reservado una parcela de cultivo ecológico de la Universidad de Murcia para entregar todo lo que se recoge a comedores solidarios de la Región.