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conferencia este viernes de antonio zapata y josé luis giménez

Un paseo por edificios singulares de Los Alcázares y el Mar Menor

18/11/2021 - 

MURCIA. "El Mar Menor es conocido por sus playas, pero para muchos es desconocido su importante patrimonio arquitectónico", escriben el cronista oficial de Los Alcázares Antonio Zapata y José Luis Giménez, presidente las Incursiones Berberiscas, en el último número de la revista Náyades, dedicado a edificios históricos de la Región de Murcia; donde resaltan la cantidad de "construcciones singulares que marcan el largo recorrido en la historia de esta pequeña laguna murciana". Este viernes, ambos estudiosos realizarán un recorrido por algunos de los edificios más singulares de Los Alcázares y el Mar Menor en la charla que ofrecerán en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de este municipio marmenorense (20.00 horas). Lo harán mirando a un pasado que hay que proteger, pero también a un presente que sorprende con construcciones vanguardistas.

Entre estos edificios singulares, se encuentran los construidos por Pedro Cerdán, el arquitecto por antonomasia de la arquitectura murciana de finales del XIX y principios del XX. De origen pachequero, veraneaba en la zona de Los Alcázares, donde realizó el paseo de la Playa de La Concha. En el paseo Manzanares se encuentra otra de sus grandes obras, conocida como Casa de Pedro Cerdán, que su propietario, Juan López Ros, conserva en un excelente estado, tanto el interior como el exterior. 

Comedor de la Casa de Pedro Cerdán con los muebles originales.  Fuente: Guillermo Cegarra. (Nayades)

Los palacios del barón de Benifayó

Especial atención dedicarán Zapata y Giménez a los palacios del barón de Benifayó, Julio Falcó D'adda, quien levantó en el último tercio del siglo XIX dos edificios singulares en dos orillas del Mar Menor. El primero de ellos en la conocida como Isla del Barón y el segundo, en San Pedro del Pinatar, actual Museo Municipal.

En la más grande de las islas de la laguna, Julio Falcó D'Adda levantó en 1875 un palacete de una sola planta, con un cuerpo avanzado a manera de torreón provisto de un piso. Dos  galerías se cruzan en su interior con dos puertas, a Mediodía frente al mar y al Norte. Se diferencia  del palacio pinatarense en que solo posee un torreón. Se trata de un edificio -esciben en Nayades- diseñado por el famoso arquitecto Lorenzo Alvarez Capra, quien utilizó un estilo neomudéjar, detalle especialmente apreciable en  los arcos de herradura. Este arquitecto ya había  utilizado dicho estilo en la Iglesia de la Paloma, en la desaparecida Plaza de Toros de Goya en Madrid y en el Pabellón de España para la Exposición Universal de 1873 en Viena, en el que se inspiró para este palacio en el Mar Menor.

Añaden que el conjunto de las islas propiedad del barón fue adquirido por la familia Figueroa, encabezada por el Conde de Romanones y el Duque de las Torres, a principios del siglo XX. En 1921, Alvaro de Figueroa, conde de Romanones, cedió la isla Perdiguera a la Escuela de Tiro y Bombardeo de Los Alcázares, pero la isla del Barón seguirá en manos de la familia hasta la actualidad. Cabe destacar que durante la Guerra Civil el edificio se convirtió en Hospital Provisional. 

"A  día de hoy en el imaginario colectivo muchos asocian el palacio y la isla al cantante Raphael, por la proximidad familiar de su esposa, Natalia Figueroa,  a los descendientes del Conde de Romanones y del  Duque de las Torres. Pero no es así. La isla continúa  en manos de otra rama familiar", señalan los autores en Nayades.

Respecto al palacio de Benifayó en San Pedro del Pinatar, el edificio es en la actualidad la sede del Museo Arqueológico  y Etnográfico del municipio pinatarense, según escriben los dos estudiosos. El albañil encargado de la obra fue Vicente Cañadilla y el montante final de la obra costó entre siete y diez mil  duros. El año de construcción es 1892. El edificio se compone de un cuerpo central paralelo y dos bloques en las alas laterales, colocados de un modo asimétrico. El de la derecha tiene una  planta más, a la que se accede por una singular escalera de caracol y se levanta a modo de torre. 

La propiedad del edificio pasó, tras la muerte  del Barón en 1899, a manos de Jorge Seslavine, un  aristócrata de origen ruso, cuya esposa, Margarita de Seslavine pudiera estar en el origen del otro nombre con el que se conoce al lugar: Casa de la Rusa. Como curiosidad, añaden Zapata y Giménez, este año 2021 parte de los muebles originales han vuelto a casa. "Hoy se puede disfrutar de parte del salón árabe en su lugar original, situado entre la sala de arqueología y la del juguete. Todo ello gracias al mecenazgo de Francisco Genaro y al trabajo de Marcos David  Gracia Antolinos, director del Museo".

Pabellón de oficiales de la base de Los Alcázares 

Una atención especial contará por parte de estos estudiosos de la historia marmenorense el Pabellón de Oficiales de la Base Aérea de Los  Alcázares. Se trata de un edificio de dos plantas con un cuerpo central que sobresale y acaba en una doble  escalera con balaustrada. Se levantó con una función residencial, para alojar a los oficiales del aeródromo de Los Alcázares. 

Recuerdan Antonio Zapata y José Luis Giménez que por este pabellón pasaron, por citar algunos ejemplos, nombres tan ilustres de la aviación española -y mundial - como Ramón Franco  Bahamonde, Eduardo González Gallarza, Rafael  Llorente Sola, Alejandro Gómez Spencer, Rafael  Martínez Estévez, Juan Ortiz Muñoz o José Melendreras. La edad de oro de la aviación española y mundial, en los años 20, tuvo al Pabellón como escenario físico. De hecho, en algunos casos las escaleras del pabellón sirvieron como un verdadero 'photocall' de ilustres pilotos. Durante la Guerra Civil sirvió de lugar de acogida/retención de los oficiales sublevados de San Javier. También acogió los mandos de la segunda Región Aérea y de la formación de pilotos durante el conflicto.

"Su historia es tan dilatada y densa que han  surgido en torno al edificio historias sobrenaturales, con supuestas presencias espectrales, luces que se encienden y apagan, habitaciones 'vetadas' y otros fenómenos de compleja explicación", señalan los autores del artículo, quienes aseguran que "nos encontramos ante uno  de los lugares más singulares y emblemáticos de  nuestra historia aeronáutica". 

"Hoy en día el edificio palidece. Su interior ha sufrido un inexplicable e intolerable expolio durante décadas. Y su  estructura corre un grave peligro. Su estado de  conservación supone todo un reto y a la vez una oportunidad de demostrar el valor que nuestras Fuerzas Armadas y nuestra administración civil dan al patrimonio histórico; y por tanto a su Historia".

Un ovni a orillas del Mar Menor

Además de abordar otros edificios emblemáticos de Los Alcázares, como el Museo Aeronáutico, la Casa del Infante de Orleans o el Hospital Botiquín, los ponentes también destacarán tres edificios contemporáneos que enriquecen el patrimonio arquitectónico del municipio, como son la 'Casa para dos coleccionista', el residencial 'Vivir sin límite' y la vivienda 'Satélite Suburvial' (que se asemeja a un ovni), como exponentes de construcciones de vaguardia que han abierto la puerta al futuro en el municipio.

      

      

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