Miras marca su territorio y desata la ira de Vox

MURCIA. Era el primer round de la legislatura y el PP lo ganó por KO directo. No dio ni una concesión. Ni un gesto. Nada. López Miras empieza la legislatura con una demostración de fuerza al tomar el control de la Mesa de la Asamblea Regional, el órgano que decide las iniciativas que entran o no al Parlamento. El PP se adueñó de tres de los cinco miembros, con la Presidencia incluida, que vuelve a manos de los populares ocho años después bajo la batuta de Visitación Martínez. Y golpea con firmeza a Vox, al no permitirle ni un solo puesto. El PSOE ocupa los otros dos sitios de la Mesa. La jugada llenó de indignación a José Ángel Antelo, que, al igual que clamaría después Santiago Abascal, protestó en tromba y amenaza con una repetición de las elecciones en la Región de Murcia. 

El PP no pensó ayer en la ausencia de una mayoría absoluta ni que Vox resulta decisivo para propiciar su investidura. Tampoco pareció importarle el contexto nacional, con el acuerdo de coalición en la Comunidad Valenciana fresco, recién firmado, con populares y 'abascales' felicitándose mutuamente. Al contrario. El PP murciano sólo tenía en mente marcar su territorio y defender su posición de que le pertenecen tres integrantes en la Mesa, y no menos. No estaba dispuesto, pues, a dejar la Presidencia de la Asamblea en manos de Alberto Garre, su antiguo compañero de filas, hoy flamante fichaje estrella de Vox y que este miércoles presidió la primera sesión de la Cámara. Los populares, inflexibles, esgrimen que el partido que consiguió el 43% de los votos (286.000 papeletas; 21 escaños, a sólo dos de la mayoría absoluta) debe ejercer el cargo legislativo más importante, considerado la segunda autoridad pública de la Región. 

Pero, por si hubiera alguna duda, el PP no quiso conceder un gesto de cortesía entregando una Vicepresidencia o una Secretaría. Tampoco. Miguel Ángel Miralles González-Conde repetirá como vicepresidente primero y María del Carmen Ruiz Jódar continuará como secretaria primera. Los 21 votos azules del PP fueron un rodillo en todas las votaciones. El PSOE, por su parte, aprovechó su condición de segunda fuerza de la Cámara (13 escaños) para retener la Vicepresidencia segunda y la Secretaría segunda, que serán ejercidas por Alfonso Martínez Baños y Virginia Lopo Morales, respectivamente. Los dos diputados de Podemos apoyaron a los socialistas. Y Vox, mientras tanto, votaba y votaba recurrentemente a Garre, sin ningún éxito por sus insuficientes 9 diputados. No, PP y PSOE no se repartieron nada en la Mesa. Nunca salió la papeleta de su candidato porque, sencillamente, Vox tiene menos escaños que PP y PSOE.

PP y Vox habían apurado hasta el último día sin apenas mantener contactos. Sin apenas negociar. Joaquín Segado reveló que Vox les había pedido la Presidencia, mientras que, según indicó Antelo, el PP no ofreció nada y sí "pidió todo a cambio absolutamente de nada". El cabreo del líder de Vox era visible en la rueda de prensa. Indignado y perplejo por la "falta de respeto" a sus 118.000 votantes murcianos, cargó contra el "veto", culpó a la dirección nacional del PP de estar detrás de la maniobra y dejó caer una posible repetición electoral: "Génova ha decidido que en la Región de Murcia hay que ir a elecciones". Poco después, Abascal acusaba a los populares de intentar "dinamitar" los acuerdos logrados un día antes en Valencia y cargaba contra lo que consideraba un "profundo error": "Que entreguemos nuestros votos gratis al PP en Murcia es algo que está fuera de la realidad, porque Vox representa a un 18% de los murcianos".

El PP continúa así con su hoja de ruta de buscar un Gobierno en solitario. Lo ha defendido en reiteradas ocasiones y lo volvió a reivindicar este miércoles, rechazando cualquier alianza con Antelo. Sin embargo, lo cierto es que necesita que Vox no le frene en la investidura. He ahí el próximo y gran caballo de batalla. Los populares están convencidos de que Vox no quiere arriesgar a votar lo mismo que PSOE y Podemos (que no se abstendrán y rechazarán la investidura de López Miras) y enviar a la Región a una nueva convocatoria electoral. Desde Vox, por su parte, quieren respeto para una formación que recibió 118.000 votos y exigen una coalición, con consejerías para sus integrantes, tal y como sucedió en Castilla y León y han acordado recientemente en Valencia. Ahora, con el golpe del PP en la Mesa de la Asamblea, sienten que tienen más motivos aún. "Somos el único que puede hacer presidente a Miras", advirtió Antelo.

Así por tanto, comienza ahora el turno de las negociaciones. Las más importantes, pues está en juego todo un Ejecutivo autonómico. Pese a la firmeza del PP y el cabreo de Vox, ambas fuerzas siguen tendiendo la mano, dispuestos a hablar. No obstante, la siguiente parada es el próximo sábado, día de la constitución de los Ayuntamientos. De nuevo, el choque PP-Vox saltará a la vista, pero con una diferencia: los de Antelo sólo son decisivos para el PP en cuatro municipios en los que ganó el PSOE: Molina de Segura, Cieza, Las Torres de Cotillas y Puerto Lumbreras. Pero en la quincena de localidades que venció el PP por mayoría simple (Como Cartagena o Lorca), Vox no es vital. En las Alcaldías, recordemos, el sistema es distinto: los alcaldes se proclaman por mayoría absoluta y, en caso de que no existiera tal mayoría aplastante, se nombra regidor a la lista más votada en las urnas. No hay más.

Otra cosa es la partida autonómica, donde Antelo sí tiene una última palabra. ¿Hasta qué punto la ira de Vox puede traer consecuencias para el PP? ¿Hasta qué punto el PP puede aguantar e ir por libre sin contar con Vox? ¿Hasta qué punto estaría Vox dispuesto a forzar una repetición electoral? Comienza ya el contador para estos grandes interrogantes. La nueva presidenta de la Asamblea Regional tiene diez días hábiles para presentar un candidato a la investidura. La undécima legislatura ya arde.