MURCIA. La estampa se repite en cualquier plaza de la Región: terrazas llenas y restaurantes que, en muchos casos, no dan abasto para satisfacer la demanda. El ambiente comienza a ser similar a la época prepandémica. Tras meses de restricciones y cierres, la gente se ha echado a la calle casi sin reservas y el sector de la restauración ve con alivio como, poco a poco, vuelve la normalidad.
"Está claro que los datos son buenos. Después de todo lo que hemos pasado, hay días de trabajo muy intenso y casi hemos vuelto a la normalidad", explica José María Rubiales, presidente de la Asociación de Cafés, Bares y Afines de la Región de Murcia. "Los clientes están encantados porque tenían muchas ganas de poder disfrutar de comer o cenar fuera. En general, todo el mundo está contento".
De hecho, el mercado español de la restauración ha conseguido los mejores registros mensuales de ventas durante los meses de marzo y abril desde el pasado verano, según la empresa de investigación de mercados The NPD Group.
En concreto, la facturación del sector subió en marzo en torno a un 25% respecto a los meses de enero y febrero, gracias a una mayor movilidad y a la mejora de la confianza del consumidor.
Además, en términos interanuales, el crecimiento de las ventas roza el 60%, al compararse con el mismo periodo del año anterior en el que comenzó esta crisis en España y que incluyó el confinamiento de la población a partir del 14 de marzo de 2020.
Rubiales defiende que las medidas deben seguir relajándose, ampliarse los aforos interiores e incluir al ocio nocturno y al sector de los eventos, que son los que aún están en una situación crítica. "Siempre pedimos que se nos tenga en cuenta pero se hace de forma mínima. Hay que escuchar al sector empresarial", subraya.
Además, destaca que la situación actual demuestra una vez más que, con los protocolos y las medidas que se aplican en la hostelería, los casos no dejan de caer. "Tarde, pero al final se han dado cuenta de que nosotros no somos el problema", recalca.
Satisfacción en el sector
Los profesionales del sector señalan que abril y mayo están siendo buenos meses "porque además venimos de una racha muy mala", señala José María Requena, del restaurante El Amarre. "La gente está predispuesta a salir y a gastar. Hay menos eventos así que vienen más a los restaurantes".
En comparación con 2019, calcula que aún existe una merma de un 15% en la facturación, pero se muestra optimista. "Creo que estamos en el camino de la recuperación. Yo no me puedo quejar: lo tenemos lleno casi a diario", celebra.
Miguel López, del restaurante La Pequeña, coincide en que las reservas abundan y, aunque no se ha alcanzado la realidad de 2019, "la situación se está arreglando bastante. La gente está con muchas ganas y hay una buena respuesta. Al principio venían de dos en dos y ahora ya lo hacen en grupos de seis".
Espera que los aforos se amplíen en breve porque "es el empujón que nos hace falta", indica, ya que las terrazas están al 100% pero los interiores continúan limitados al 30%, lo que repercute en la facturación. "Por suerte los datos sanitarios van bien y eso anima. Yo creo que en breve vamos a estar en una normalidad total", augura.