CARTAGENA. El Hermosa Fest, celebrado en Trips Summer Club de La Manga, acabó por todo lo alto su segunda edición. Purpurina en la cara, disfraces de los ochenta, ambientazo y mucha música para bailar fueron el colofón de la fiesta del brillibrilli con la que ha culminado este festival a la orilla del Mar Menor. Ojete Calor se despachó a gusto, con esa mezcla de humor, espontaneidad y franqueza que les caracteriza, con el lamentable estado de la laguna, haciendo caso omiso a su canción ‘Sinceridad no pedía’.
Más de ocho horas de música ininterrumpida con el grupo cartagenero Nunatak abriendo la tarde, en una sucesión de grupos y música que se tomaban el relevo sin perder ni un segundo de ritmo al festival, buen rollo, mucho baile y unas notas de humor -que quizá entendían mejor los mayores de 30 años-, para poner la guinda, con la pareja formada por Carlos Areces y Aníbal Gómez.
La segunda jornada colgó el cartel de no hay entradas desde mediados de la semana, por lo que se vislumbraba un gran ambiente, con disfraces incluidos, que no decepcionó a casi nadie.
Miss Caffeina y, sobre todo, La Casa Azul, ofrecieron una hora escasa de canciones de vértigo, probablemente lo que el público esperaba, que dejó un gran regusto en el paladar y las piernas de los asistentes, que no dejaron de corear, saltar y bailar cada uno de sus temas. Si a eso le añadimos que la DJ que puso la música entre grupos lejos de apagar el buenrollismo, lo que hizo fue salpimentarlo, ningún pero -salvo algún apagón de micrófonos- se le puede poner al Festival celebrado en la discoteca Trip’s.
Elyella y Wisemen Project DJ culminaron una maratoniana jornada de esta segunda edición que crece en cantidad y calidad y que, además, se vio alentada por una climatología que a más de uno le hizo sacar el abanico a mediados del mes de octubre.
Desconozco si la esperada desestacionalización llegará algún día a La Manga y al Mar Menor, porque se ha convertido en una cantinela de los políticos que poco efecto ha provocado, pero con festivales otoñales como éste e iniciativa privada, un primer paso ya está dado, así que ¡larga vida al Hermosa Fest!