MURCIA. Paisajes, ciudades, pueblos, playas, escenas costumbristas u oficios artesanos que documentan una época... pero también imágenes de gran belleza o de contrastes que no pasaban desapercibidas al ojo inquieto de un fotógrafo que, en ocasiones, también sacaba su sentido del humor. Hace cien años nacía en Tarragona Francesc Català-Roca, uno de los mejores fotógrafos documentalistas españoles del siglo XX, que supo captar con sencillez y maestría las distintas caras de un país que transitaba de la tradición a la modernidad. Para rendirle homenaje, el Archivo General de la Región de Murcia (AGRM) ha seleccionado 69 fotografías que realizó este "maestro de la luz" en diferentes puntos de la Región de Murcia durante la década de los sesenta.
Así, esta interesante galería del AGRM-que se puede contemplar al completo en la página web del organismo que vela por proteger y difundir el legado documental murciano- ofrece un recorrido por una Región de Murcia en blanco y negro donde, junto a instantáneas que muestran cómo se vivía entonces en zonas rurales, se pueden encontrar otras que reflejan el inicipiente turismo que marcaba el ritmo de la costa o la industrialización existente en el Valle de Escombreras.
Cabras pastando alrededor de una señal de tráfico, pescadores llevando a cabo sus faenas en Águilas, un alfarero de Totana, la concurrida Trapería de Murcia, la Colegiata de San Patricio de Lorca, los castillos de Mula y Aledo, rincones con sabor minero de La Unión, otro Mar Menor muy distinto al actual, la paradisíaca playa de La Azohía, las calles de Puerto Lumbreras, trabajadores del esparto en Cieza, el romántico embarcadero del Hornillo en Águilas, labriegos en Mazarrón, niños relamiéndose ante los dulces de una confitería o vestidos de domingo en la Semana Santa cartagenera... hasta una monja sorprendida ante unos carteles que anuncian un gran baile de disfraces y la elección de Miss Minifalda en el local Whisky La Galúa de Santiago de la Ribera. Son muchas las diferentes caras de la Región que captó el fotografo catalán en una época de grandes cambios.
Francesc Català-Roca, hijo del también fotógrafo Pere Catalá i Pic, colaboró con diversas publicaciones entre las que destacan Destino y La Vanguardia, realizando su primera exposición individual en 1953. Es conocido por los numerosos libros que ilustró, principalmente con fotografías de tema artísticos. No obstante, se consideraba a sí mismo como un profesional de la fotografía que intentaba captar la realidad cotidiana, más como un documentalista que como un artista. Sin embargo, su obra es una combinación de realidad, belleza y humanismo, gracias a su capacidad técnica y la habilidad natural para entrar en contacto con las personas a las que retrataba, según se destaca en la página web dedicada a su obra.
Fue galardonado en dos ocasiones con el premio Ciudad de Barcelona y recibiá el Premio Nacional de Artes Plásticas que otorga el Ministerio de Cultura, así como con la medalla al mérito artístico. Su obra está compuesta por unos 200.000 negativos.