MURCIA. Corteva, la multinacional americana especializada en tecnología agrícola, anunció a finales septiembre la compra de la murciana Symborg. Ahora, cerca de tres meses después y con la operación aún sin completarse, Corteva ha anunciado una nueva adquisición que agiganta su posición a las puertas de la entrada de Symborg.
Se trata de la compra de Stoller Group, una de las mayores compañías independientes de productos biológicos del sector, con sede en Houston. Esta compañía opera en más de 60 países y pretende acabar el 2022 con unos ingresos superiores a los 400 millones de euros.
Según especificó el grupo norteamericano, con esta operación buscan reforzar su compromiso con las herramientas biológicas para complementar la evolución de las prácticas agrícolas y les ayuden a satisfacer las cambiantes expectativas del mercado.
De hecho, este argumento ya se empleó en la adquisición de Symborg, que se especializa en la misma actividad: "La adquisición de Symborg es un paso importante en la estrategia de Corteva para acelerar el desarrollo de una cartera de productos biológicos de primera clase, como parte de las soluciones integradas que ofrecemos a nuestros clientes", afirmaba entonces Robert King, vicepresidente ejecutivo de la Unidad de Negocio de Protección de Cultivos de Corteva Agriscience.
Así pues, esta nueva adquisición de un titán de las soluciones biotecnológicas para la agricultura hace crecer este sector dentro de Corteva, lo que supone un beneficio para Symborg una vez que se integre en la multinacional americana. Al fin y al cabo, ya se ha demostrado su intención de impulsar activamente esta actividad, a lo que habría que sumar las sinergias que puedan desarrollarse con Stoller.
De hecho, Corteva ya ha anunciado que Symborg y Stoller aunarán sus capacidades comerciales y técnicas complementarias para trabajar en conjunto en desarrollar las soluciones biológicas del grupo.
Se prevé que el mercado de biológicos tenga un crecimiento anual de un solo dígito hasta 2035 y que represente aproximadamente el 25 % del mercado global de la protección de cultivos para ese año. En solo tres años, Corteva ha desarrollado un negocio de productos biológicos de primer nivel aplicando estrategias inteligentes y ágiles basadas en la innovación externa e interna, colaboraciones en I+D, acuerdos de licencia y distribución, y adquisiciones.
El precio de compra de Stoller, de 1.200 millones de dólares, se pagará en el momento del cierre, que está previsto que se complete en el primer semestre de 2023, tras las aprobaciones reglamentarias y el cumplimiento de las condiciones de cierre habituales.
Jesús Juárez, fundador y CEO de Symborg, dejará la compañía cuando se complete la adquisición por parte de la multinacional estadounidense Corteva. No obstante, cuando eso suceda no renunciará a los bioestimulantes agrícolas, sino que seguirá vinculado al sector desde la hidrólisis, una porción del que era su negocio que ha quedado fuera del acuerdo con la firma norteamericana.
Según confirman fuentes de la empresa a Murcia Plaza, la actividad de hidrólisis de Symborg no ha entrado en la negociación al no tratarse de un negocio biotecnológico, por lo que Juárez podrá centrarse por completo en esta división del negocio una vez fuera de la compañía que él mismo impulsó.