Fotos: ADAM GARCÍA
MURCIA. Hay una casa frente al Mar Menor llamada Puntazul, en la playa cartagenera de Punta Brava, desde cuyas ventanas se puede contemplar el paisaje en calma de la laguna salada y el espectáculo de sus atardeceres mágicos. 'Encantadora' es un calificativo que le va como anillo al dedo a esta vivienda luminosa, con historia, llena de tonalidades azules, con detalles muy especiales y en la que se respira tranquilidad... y mucho amor. Porque este último es el ingrediente principal con el que la interiorista cartagenera María Conesa ha llevado a cabo esta reforma. Y porque este es el hogar renovado que ha elegido una pareja para disfrutar juntos de una jubilación repleta de luz, de tranquilos paseos por la playa y de las mejores vistas al Mar Menor.
Esta "joya costera, antigua y modesta, en la que se ha cuidado cada detalle para resaltar elementos tradicionales", transmite "la tranquilidad costera y la magia de una casa que respira historia y modernidad", señala María Conesa, cuya labor ha sido transformarla para que se convirtiera en el hogar perfecto de sus propios padres, quienes han encontrado el escenario ideal para su retiro junto al mar.
En su interior resalta la autenticidad, con zócalos pintados a media altura y paredes adornadas con una banda de color en la parte alta, porche con poyete de piedra, ventanas y puertas de madera. "Toques tradicionales que se combinan para crear una atmósfera acogedora y marinera que refleja la belleza sencilla y el encanto del entorno", explica María Conesa.
Cuenta la interiorista que "la vivienda ha conservado cuidadosamente el tejado a dos aguas con tejas, vigas de madera y algunas de las ventanas de madera original, entre otros elementos". Añade que "se han restaurado algunas piezas de mobiliario, como las mesitas de noche, se han colocado lámparas antiguas de Manises, logrando preservar la esencia del pasado y aportando un toque de elegancia y nostalgia que complementa a la perfección el mobiliario actual". Pone como ejemplo cómo la mesa de comedor y las sillas modernas ofrecen un contraste armonioso con los elementos tradicionales, "creando un ambiente acogedor y sofisticado a la vez".
El arte está muy presente en esta casa de Punta Brava, a través de piezas de cristal, cerámica y cuadros de artistas contemporáneos, que según apunta María Conesa aportan una pizca de color y creatividad a cada espacio. Sin olvidar, destaca, "el encantador pasillo exterior, donde las plantas cuelgan delicadamente".
La interiorista se ha encargado de crear un espacio perfecto, donde no falta detalle, para los habitantes de esta casa, pero una parte muy importante de esta vivienda no ha dependido de su trabajo. Y es que "desde cada rincón de esta casa, se puede contemplar la belleza del Mar Menor, con sus aguas serenas, sus garzas y flamencos". Un privilegio que esta pareja de jubilados disfruta día tras día.
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