MURCIA. La tuberculosis ha sido en nuestro país un arduo caballo de batalla que ha causado incontables víctimas. Una acepción pulmonar, en la mayoría de los casos provocada por la bacteria Mycobacterium Tuberculosis, desde el año 1751 ha sido combatida con métodos más o menos científicos alejados de las supersticiones y la magia. Sin querer realizar un compendio de los casos más comunes en nuestro país, sí hemos de destacar que hasta inicios de los años 90 esta enfermedad nos estaba erradicada de nuestro país y que la vacuna no llegó hasta 1921, año a partir del cual se comienzan a construir nuevos centros destinado a albergar a este tipo de enfermos y a combatir la enfermedad gracias al Patronato Nacional de Antituberculosos.
Los lugares elegidos podían ser cualquiera que estuviera alejado de la población y en lugares altos, pues se entendía que la altura mejoraría la oxigenación en sangre y permitía una cura más rápida ya que se generaría un mayor tránsito en el riego sanguíneo por los pulmones, hecho de dudosa efectividad ya que más bien se buscaba el evitar el contagio.
Experimentos, operaciones, técnicas de electrochoque, transfusiones de sangre, ingesta de sangre, ungüentos, baños calientes, ingesta de pulmones sanos de animales, sangrías, vómitos y purgantes; operaciones de tórax y resección pulmonar eran algunas de los tratamientos utilizados para intentar controlar esta enfermedad hasta que en 1949 se descubre la estreptomicina, que hizo bajar sustancialmente el número de enfermos.
Sierra Espuña es uno de los lugares frecuentado por los amantes de lo extraño en donde se han realizado desde sesiones de ouija hasta investigaciones paranormales. Construido en 1935 y dejado a su suerte en 1962, es en 1997 cuando definitivamente se convierte en un edifico fantasma. En estado ruinoso y de muy peligrosa estancia, las historias de apariciones y sucesos sobrenaturales son los verdaderos protagonistas del entorno.
En 1995, durante unas maniobras, un grupo de militares tuvieron que pasar la noche en el sanatorio. La compañía fue despertada a golpe de fusil cuando uno de los integrantes comenzó a disparar a lo que se describió como un "ente verde" y que fue visto por todos sus compañeros. Otro de ellos llegó a hablar de que se esfumó al dispararle y que no era verde sino semitransparente.
Algunos jóvenes dicen haber visto una extraña dama, que vestida de blanco, se paseaba por los pasillos en mitad de la noche llegando a afirmar, en algunos casos que se la puede ver desde la puerta.
Golpes en las puertas, ventanas que se cierran y se abren, gritos y lamentos son algunas de las experiencias que quienes se han atrevido a pernoctar en estas instalaciones describen con más frecuencia.
Funcionando ya en el año 1932 Se trata de uno de los primeros centros a las afueras de las ciudades de la Región, un poco posterior que el Hospital Antituberculoso de Murcia en 1913 el que, a la postre, sería el de Sierra Espuña. Hoy forma parte del Centro de Recursos Juveniles del Excmo. Ayuntamiento de Cartagena y anteriormente un centro de enfermos mentales. De este lugar nos han llegado noticias de puertas que se cierran sin que nadie las toque, aparatos electrónicos que no funcionan correctamente en su interior o gritos en algunas dependencias hoy del centro.
Los casos más llamativos fueron los documentados en la década de los años ochenta relacionado con el caso de una paciente que tenía un T.O.C. (trastorno obsesivo compulsivo) por el que abría muchas veces el grifo del agua cuando se levantaba por las noches, cosa que hacía muy a menudo. Por desgracia esta paciente fallece y tanto los sanitarios, como los conserjes como personal de seguridad afirman escuchar ese mismo ruido de agua correr y pararse en varias ocasiones durante algunos meses tras su muerte.
De otro lado y durante la guarda de una trabajadora que acababa de comenzar en el sanatorio y a la que se le había asignado varias guardias, en una de ellas comentó que vio una mujer vestida como si fuera una monja que deambulaba el pasillo y se introducía por una puerta. Al comentar este hecho con sus compañeros éstos le comentan que hacía más de veinte años que las monjas no trabajaban en la institución. Poco después se pudo comprobar que en ese lugar una puerta había sido tapiada con el fin de ocultar una escalera que servía de entrada trasera para las monjas que allí trabajaban.
Hoy en día el edificio sigue en uso siendo parte de uno de los Centros de Recursos Juveniles del Ayuntamiento la ciudad.
* Santi García es responsable de 'Rutas Misteriosas' y autor del libro “Murcia, Región Sobrenatural”