Tierra de empresas

La sucesión en la empresa familiar: claves jurídicas y fiscales para garantizar la continuidad

Tomás Díez de Revenga, responsable del área jurídica de Uniforo, y Juan Gallardo, responsable del área tributaria de Avanza, analizan los principales detalles a tener en cuenta

  • Juan Gallardo y Tomás Díez de Revenga.
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MURCIA. La sucesión en la empresa familiar es uno de los procesos más complejos a los que se enfrenta una compañía a lo largo de su ciclo de vida. En ella confluyen intereses empresariales, patrimoniales y familiares, lo que exige una planificación rigurosa y una visión global. Analizamos las principales claves de este momento con Tomás Díez de Revenga, responsable del área jurídica de Uniforo, y Juan Gallardo, responsable del área tributaria de Avanza.

La sucesión en la empresa familiar suele percibirse como uno de los mayores retos a los que se enfrenta una compañía. Desde vuestra experiencia, ¿qué factores hacen que este proceso sea especialmente complejo desde el punto de vista jurídico y fiscal?

Tomás señala que la complejidad radica en que no se trata únicamente de un relevo en la titularidad de la empresa. “En una sucesión se cruzan cuestiones societarias, de gobierno corporativo y, sobre todo, relaciones familiares. Si no existe una estructura jurídica adecuada —estatutos bien diseñados, reglas claras de toma de decisiones o acuerdos entre socios— el riesgo de conflicto es muy elevado”.

Juan añade que a esta complejidad se suma el impacto fiscal. “Una sucesión mal planteada puede generar una carga tributaria innecesaria que comprometa la estabilidad financiera de la empresa. La fiscalidad no debe ser el único criterio, pero es un elemento clave que no puede abordarse de forma aislada”.

¿Qué carencias soléis encontraros en las empresas familiares cuando no han abordado con antelación la planificación de la sucesión?

Desde el ámbito jurídico, Tomás identifica como principal carencia la falta de planificación. “Muchas familias dejan estas decisiones para el último momento, cuando ya no hay margen para ordenar la sucesión con calma”. También es habitual no diferenciar entre propiedad y gestión o mantener estatutos sociales que no reflejan la realidad de la empresa ni de la familia.

Juan coincide y apunta que, desde el punto de vista tributario, esa falta de anticipación suele traducirse en la pérdida de beneficios fiscales relevantes. “En muchos casos bastaría con pequeños ajustes realizados con antelación para evitar un impacto fiscal muy elevado”.

 

La adaptación de los estatutos sociales, la regulación de los órganos de gobierno o la elaboración de protocolos familiares permiten establecer reglas claras"

 

Uno de los aspectos más sensibles es la convivencia entre familia, propiedad y gestión. ¿Qué herramientas jurídicas permiten ordenar estas relaciones y reducir el riesgo de conflictos futuros?

Tomás explica que existen múltiples herramientas jurídicas para ordenar estas relaciones. “La adaptación de los estatutos sociales, la regulación de los órganos de gobierno o la elaboración de protocolos familiares permiten establecer reglas claras sobre la entrada de familiares en la gestión, la transmisión de participaciones o la toma de decisiones estratégicas”. Todo ello contribuye a reducir tensiones y aporta estabilidad a largo plazo.

Desde el ámbito tributario, la empresa familiar cuenta con un régimen fiscal específico. ¿Por qué es tan habitual que muchas sucesiones no puedan beneficiarse plenamente de estas ventajas fiscales?

Juan subraya que los beneficios fiscales no son automáticos. “Existen reducciones muy relevantes en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, pero están condicionadas al cumplimiento de requisitos muy concretos, como la participación mínima, el ejercicio efectivo de funciones de dirección, una remuneración adecuada o el mantenimiento de la actividad”. La falta de conocimiento o de asesoramiento especializado hace que muchas empresas no puedan aplicar estas ventajas.

A menudo se piensa que basta con aplicar una solución fiscal eficiente. ¿Por qué es imprescindible que el diseño fiscal esté alineado con la estructura societaria y la realidad empresarial?

Tomás insiste en que no puede haber soluciones aisladas. “Una planificación fiscal óptima no sirve de nada si la estructura societaria o el funcionamiento real de la empresa no la respaldan”. Por eso, la coordinación entre el análisis jurídico y el tributario resulta esencial para que la planificación sea eficaz y sostenible en el tiempo.
 

Una sucesión bien planificada no solo protege el patrimonio familiar, sino que garantiza la continuidad del proyecto empresarial”

 

La planificación a largo plazo es un concepto recurrente en los procesos de sucesión. ¿Qué elementos debería incluir un plan de sucesión bien diseñado para garantizar la continuidad del proyecto empresarial?

Para Tomás, un buen plan de sucesión debe ser progresivo. “Debe contemplar la formación de la siguiente generación, la profesionalización de la gestión, la adaptación de los órganos de gobierno y, en muchos casos, la elaboración de un protocolo familiar que marque las reglas del juego”.

Juan añade que planificar con tiempo amplía notablemente las opciones fiscales. “Permite valorar donaciones en vida, reorganizaciones societarias o estructuras holding, alternativas que no suelen ser viables cuando la sucesión viene impuesta por una situación sobrevenida”.

Además, destaca que la anticipación multiplica el margen de maniobra. “La planificación permite optimizar la fiscalidad y adaptar la estructura empresarial de forma ordenada, algo prácticamente imposible cuando no se ha trabajado con previsión”.

Para una familia empresaria que empieza a plantearse este escenario, ¿qué primer paso consideran clave?

Tomás recomienda abordarlo con naturalidad, como una decisión estratégica más dentro de la vida de la empresa. “Hablarlo a tiempo y contar con asesoramiento especializado evita muchos problemas futuros y aporta tranquilidad”.

Juan concluye subrayando la importancia de una visión global. “Una sucesión bien planificada no solo protege el patrimonio familiar, sino que garantiza la continuidad del proyecto empresarial”.

En este contexto, la colaboración entre Uniforo y Avanza, integrando el análisis jurídico y tributario desde una perspectiva estratégica, permite acompañar a las familias empresarias en procesos complejos y llevar a buen puerto operaciones de sucesión que aseguren el futuro del negocio.

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