Las excavaciones en el Anfiteatro Romano de Cartagena avanzan a un ritmo notable y están sacando a la luz estructuras de gran valor arqueológico que, según anunció la alcaldesa, Noelia Arroyo, a finales de octubre durante la visita realizada junto al delegado del Gobierno, Francisco Lucas, se abrirán al público en una primera ronda de visitas en el primer trimestre de 2026, antes de su apertura estable. Por ello, el Ayuntamiento de Cartagena ha adjudicado la construcción de un pabellón provisional de acceso al Anfiteatro Romano de Cartagena por 369.939,37 euros. La empresa encargada de la obra será Construcciones María García Martínez SL.
El proyecto plantea una intervención arquitectónica provisional junto al Anfiteatro Romano de Cartagena, en un espacio situado a escasos metros del edificio del siglo XVIII conocido como el “Anfiteatro de autopsias” y colindante con el antiguo Hospital de Marina, actual Universidad Politécnica de Cartagena.
El objetivo principal de esta actuación es ordenar y canalizar el flujo de visitantes que acceden al anfiteatro romano y a la plaza de toros, resolviendo de forma más eficiente los problemas de acceso que se producen durante las visitas públicas. Se trata de una solución temporal: el pabellón tendrá un carácter provisional y desaparecerá una vez se complete el desarrollo definitivo del entorno.
La instalación ocupará una superficie total de 43,25 metros cuadrados en espacio cerrado y contará con dos zonas diferenciadas de estancia y paso, un área de control, un pequeño almacén y un aseo adaptado. Además, dispondrá de una zona semicubierta destinada a proteger del sol y la lluvia a los visitantes durante la entrada y salida del recinto.
El pabellón se ubicará frente al Anfiteatro de Autopsias, en una zona con fuerte pendiente. El diseño propuesto apuesta por una estructura ligera y desmontable, con una altura que no supera la base de piedra del propio anfiteatro, de modo que no interfiera visualmente en los edificios colindantes ni altere la percepción del entorno urbano del casco histórico.
Desde el punto de vista ambiental, el proyecto prioriza el confort térmico sin recurrir a sistemas de refrigeración mecánica, salvo en casos puntuales de calor extremo. La cercanía del cerro de la Concepción permite proteger la instalación de la radiación solar directa, favoreciendo una climatización natural del espacio.
El uso del pabellón estará limitado a un máximo de tres personas de forma permanente en las zonas cerradas, garantizando así un funcionamiento ordenado y seguro.
En cuanto a los criterios generales de intervención, el proyecto se ajusta a las normativas nacionales e internacionales vigentes y apuesta por un modelo de trabajo colaborativo entre los distintos profesionales implicados. La dirección de obra coordinará los equipos, supervisará los procesos y aplicará las correcciones necesarias para asegurar el cumplimiento de los objetivos marcados, con un enfoque basado en la profesionalidad y el respeto al entorno patrimonial.