MURCIA. Una nueva empresa crece gracias a los avances en biotecnología llevados a cabo en la Región. Fue el Grupo de Inflamación Molecular del IMIB dirigido por Pablo Pelegrín el que hizo un descubrimiento en relación a los mecanismos de la sepsis -infección generalizada-, lo que permite evaluar con mayor precisión el estado del paciente y optimizar los tratamientos. Para poder desarrollar este innovador descubrimiento nació en noviembre del pasado año Viva in Vitro Diagnostics, una empresa con sede en Murcia que ya ha conquistado a sus primeros inversores.
"Necesitábamos entre 100.000 y 150.000 euros para comenzar a funcionar", explica en conversaciones con Murcia Plaza el CEO y cofundador de la compañía, Joaquín Gómez-Moya: "Normalmente habríamos necesitado varios meses para ejecutar esta primera ronda preseed, pero gracias al club de inversores Vincle Capital recaudamos hasta 275.000 euros en tan solo dos semanas. Incluso más de lo que teníamos previsto".
Según relata, esta primera inversión va destinada principalmente al desarrollo de un dispositivo miniaturizado para poder aprovechar con mayor facilidad la tecnología desarrollada para evaluar el sistema inmune del paciente. Esta adaptación no resultará un proceso sencillo, pues "hay que desarrollar de inmediato unas tareas técnicas muy concretas en relación a la microfluídica y a la detección de ciertos complejos moleculares específicos". Por tanto, no se espera que el producto llegue al mercado hasta dentro de varios años.
De acuerdo con Gómez-Moya, estos proyectos de base científica necesitan entre cinco y siete años para estar disponibles ya que las condiciones en el ámbito de la salud son muy estrictas. No obstante, desde Viva in Vitro son "optimistas y ambiciosos", y se han marcado la meta de reducir el plazo de cinco años para obtener un dispositivo beta y conseguir las certificaciones pertinentes.
Para el CEO y cofundador, la entrada de Vincle Capital ha dado resonancia a los primeros pasos de la compañía y multiplicado su capacidad para alcanzar recursos imprescindibles: "Vincle Capital no es un mero inversor, es un nexo de unión de capital humano y financiero, así como la conexión con los demás inversores privados que han participado en esta ronda pre-semilla". En este sentido, también ha destacado el valor de este club de inversión al apostar por un proyecto que requiere de tanto tiempo para llegar al mercado.
El proyecto surgió de la investigación del Grupo de Inflamación Molecular del IMIB, dirigido por el doctor Pelegrín -quien también es profesor de inmunología en la UMU-, donde dieron con hallazgos en el campo de los inflamasomas, esto es, unos complejos moleculares intracelulares que intervienen en los mecanismos de la inflamación. A estos descubrimientos les siguió un hito clave: la realización de un estudio clínico en colaboración con el Hospital Virgen de la Arrixaca y con financiación del European Research Council (ERC), aval internacional de rigor. Esta prueba de concepto clínica confirmó que la tecnología predecía cuál sería la evolución de ese 80% de pacientes sépticos en estado inmunodeprimido.
Viva In Vitro Diagnostics desarrolla el primer dispositivo que permitirá determinar la situación, inmunodeprimida o no, del paciente séptico para predecir su evolución y facilitar al equipo médico la prescripción de tratamientos más personalizados que reduzcan de forma drástica los daños ocasionados por la sepsis. Además del doctor Pelegrín y Gómez-Moya, entre los socios fundadores de la compañía destacan Carlos García Palenciano, jefe de Anestesiología de la Arrixaca, y el propio IMIB (Instituto Murciano De Investigación Biosanitaria).
La sepsis es la primera causa de mortalidad hospitalaria ya que origina alrededor de once millones de muertes al año. También implica una carga económica sin igual por la ocupación de camas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI): en España cada paciente séptico cuesta al sistema sanitario 42.000 euros en promedio.
En cualquier caso, el recorrido de Viva In Vitro Diagnostics no ha hecho más que empezar. Con una perspectiva internacional, la compañía se ha fijado tres grandes objetivos para los próximos años. Por un lado, la obtención de apoyos públicos de carácter europeo, nacional y regional, y por otro lado, integrar su tecnología en un prototipo compacto, funcional y fácil de usar. De hecho, ya han solicitado 2,5 millones de euros -el máximo posible- al European Research Council, con quien ya contaron para realizar la validación clínica en un primer momento.
Pero, también, trabajan para establecer alianzas con empresas farmacéuticas: Viva In Vitro Diagnostics les ayudaría a conocer de qué modo actúan las moléculas que desarrollan para mejorar su estrategia clínica, esto es, la elección del mejor uso terapéutico en enfermedades como las autoinflamatorias o las autoinmunes. Como apunta Gómez Moya, esto generará valor para todos, los fundadores de la firma, los inversores, y, sobre todo, generará beneficios para los pacientes y la sociedad: "Estaríamos cada vez más cerca de nuestro propósito: reducir las muertes por sepsis".