toma posesión como director del museo

Rafael Fuster: "Un tribunal indiscutible ha considerado que este proyecto es el que mejor representa a Gaya"

28/10/2021 - 

MURCIA. El artista Rafael Fuster (Murcia, 1978) cuenta que "desde muy pequeño" ya seguía los pasos de Ramón Gaya y que "incluso en Madrid iba a buscarlo a su casa, aunque nunca di con él y no llegué a conocerlo en persona". Por eso, se muestra "muy ilusionado" de tomar las riendas del museo de un pintor que considera "alguien imprescindible, un ejemplo de vida para un artista, pero también para cualquiera que se dedique a otro oficio". Este licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada y doctorado en la Complutense de Madrid ya es oficialmente el nuevo director del Museo Ramón Gaya de Murcia, tras tomar posesión del cargo este miércoles en el Ayuntamiento de Murcia. Fuster obtuvo la máxima puntuación en el concurso que se convocó para cubrir esta plaza, imponiéndose a otras seis candidaturas. Ante el cuestionamiento público que se ha realizado de su elección, él responde que el proyecto que presentó fue el elegido por un tribunal "de indiscutible valía" y "refrendedado por unanimidad por el Patronato". 

"Consideraron que era el proyecto que mejor representaba a Gaya", añade este artista, cuyos conocimientos de la obra del pintor le llevaron a comisariar hace un año, en el mismo museo que ahora dirige, la exposición Obra escogida, en la que se reunió obras correspondientes a las diferentes etapas de la trayectoria del artista de la Generación del 27. Ahora ya como gestor, Rafael Fuster cuenta a Murcia Plaza los nuevos aires que quiere introducir en el espacio museístico situado en la Plaza de Santa Catalina.

¿Cómo quiere que sea el Museo Ramón Gaya en esta nueva etapa y bajo su dirección?, ¿qué cambios cree que son necesarios?

En el proyecto quinquenal que presenté planteo una reestructuración del museo, que necesita una serie de cambios físicos en el interior, como pueden ser de luminotecnia o de ordenación de la obra. También en cuanto a una señalética que deje constancia de la presencia del museo en la ciudad, porque a día de hoy se encuentra algo desdibujado. Es imprescindible esta visibilidad para el visitante, para el turista. Otra cuestión muy importante es destacar la faceta del pintor que escribe. Porque Ramón Gaya fue, como dijo Pérez Sánchez, el que fuera director del Prado y su amigo, el más importante escritor sobre arte del siglo XX. En esta nueva etapa, junto a todo el equipo del museo, también tenemos que subrayar eso. Algunos de los escritos fundamentales sobre arte, sobre todo acerca de Velázquez, merecen la pena que se den a conocer. Hay que ahondar en ese magnífico pintor que escribe.

¿Y en cuánto a programación? ¿En qué se va a diferenciar respecto a lo que se venía haciendo hasta ahora?

Sería aconsejable contar con una programación acorde con el museo, pero tratando una cosa que no se ha hecho, y no lo digo como crítica a la anterior dirección, como es que puedan exponer artistas vivos. Aunque anteriormente se ha realizado alguna colectiva, a mí me interesaría que el museo acogiera monográficas de artistas actuales; buscar pintores afines -no de una escuela de Ramón Gaya, porque no existe-, que trabajen anclados a la realidad, con el silencio especial que caracteriza la obra de Gaya. Más que afines a su estilo, lo serían a su pensamiento.

También es importante trasladar al exterior esa programación porque, como decíamos, Gaya es un magnífico escritor y sería importante que en Italia, Francia u Holanda conocieran lo que escribió sobre ellos. Hay que recordar, por ejemplo, que Juan Manuel Bonet ha dicho que lo que Gaya ha escrito sobre Venecia es lo más destacado en términos absolutos sobre esta ciudad. Sería interesante salir de lo local y darle la resonancia y la dimensión que tiene uno de los pintores fundamentales que ha tenido, no sólo Murcia, sino España; alguien que pertenece a la Generación del 27, con una trayectoria sorprendente, en diálogos con todos, desde María Zambrano y Lorca a Cernuda. Este es un trabajo que el museo tendría que intentar desarrollar.

¿Hablamos de exportar a Gaya? 

Ramón Gaya fue criticado en su momento porque parecía que iba a contracorriente de la modernidad, fue un artista muy aislado; fue una isla. Pero muchas veces pasa que si nos reconocen fuera, nos reconocemos a nosotros mismo. Cuando nos dicen que merecemos la pena, nos lo creemos. Pero este darlo a conocer también es simplemente por justicia, porque creo que a los propios venecianos les gustaría descubrir lo que destacó Gaya de sus edificio y sus pinturas. Igual que ocurre con Roma, Florencia... o cómo ha pintado Gaya la luz de París y cómo ha tratado a sus artistas. Estoy convencido de que sería una sorpresa para ellos.

El director del Gaya con el alcalde de Murcia durante la toma de posesión del cargo

En la exposición Obra escogida, había obra inédita perteneciente a colecciones particulares. ¿Se tiene constancia de toda la obra de Gaya?

Ese es otro trabajo que tenemos que comenzar: la catalogación de su obra completa. Así como sí están sus textos reunidos de una manera exquisita por la editorial Pre-Textos, queremos crear toda una antología de su obra. Será una labor que va a durar mucho tiempo, porque hay muchísima obra, en colecciones públicas pero también en privadas. Y hay que tener en cuenta que Ramón Gaya murió hace relativamente poco tiempo para este trabajo, hace solo 15 años. Habría que buscar en Murcia, en España e, incluso, fuera del país.

¿Qué adquiere mayor relevancia, el Gaya pintor o el Gaya escritor?

Los escritos de Gaya son una prolongación de su pintura. Es un pintor que escribe. Yo nunca defiendo antes al escritor que al pintor, porque no hubiera escrito nada sin la pintura. Siempre insisto en esto. Pero es una inmensa fortuna que vayan de la mano, porque es muy complicado encontrar a pintores que escriban y si los hay suelen hacerlo para respaldar su propia pintura. Pero Gaya escribe desde la voz de la pintura. En España hay pocos casos. También está Gutiérrez Solana, al que Gaya admiraba.

¿Conseguirá dar 'mayor vida' a un museo que, a pesar de su situación tan céntrica, no siempre ha estado demasiado significado en la ciudad?

Ese es mi trabajo, señalarlo. Por eso la señalética es tan importante, para que aparezca en la ciudad de Murcia, con una programación potente; también infantil, porque es esencial encontrar a esos espectadores futuros. Yo he tenido la fortuna de trabajar en muchos museos con los niños y esa es una de las labores fundamentales por hacer. Es necesario educar al espectador, porque para que los museos tengan fluidez, tengan gente, se necesitan buenos espectadores. Tenemos que crear una programación atractiva para que a la gente le apetezca ir y los niños quieran volver de mayores.

Su elección ha sido cuestionada. ¿Tiene algo que decir al respecto?

Hay libertad de expresión y yo en eso no me voy a meter. Simplemente digo que me he presentado a un concurso con un tribunal profesional de una valía que creo que es indiscutible, que ha considerado que el proyecto elegido es el que mejor representa a Ramón Gaya y el que mejor sirve a la pintura. Este tribunal lo presentó al Patronato y este, por primera vez con total unanimidad, lo aprobó. Es decir, todos los partidos políticos sin excepción aprobaron este proyecto ya refrendado por un tribunal indiscutible.

      

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