MURCIA. La instalación prevista de una granja acuícola en la bahía de Mazarrón está levantando un auténtico maremoto, ya que a una inicial oposición de grupos de ecologistas y vecinos se ha sumado ahora un rechazo rotundo por parte del gobierno municipal, que representa a los vecinos de la localidad. Así se manifestó en el pleno celebrado el pasado 27 de agosto, donde se presentó una moción en contra de este proyecto, que según denuncian desde el Ayuntamiento "amenaza con perjudicar gravemente al entorno natural, la economía local y la vida marina de la Región".
Por este motivo, la Corporación Municipal de Mazarrón ha exigido al Gobierno de la Región "que reconsidere esta decisión, que ha sido tomada sin la debida consulta ni consenso con las autoridades locales. No se ha realizado ningún estudio exhaustivo que garantice la preservación de los hábitats coralígenos y las especies que dependen de ellos, ni se ha evaluado adecuadamente el impacto negativo en la economía y el tejido social del municipio", según ha informado a través de un comunicado.
La granja acuícola, destinada al cultivo de seriola y corvina, ocuparía -según se informa desde el Ayuntamiento mazarronero- una superficie de 455 hectáreas dentro de la Zona de Especial Conservación (ZEC), a tan solo siete kilómetros del puerto deportivo de Mazarrón y a seis kilómetros de La Azohía. "Esta ubicación, que forma parte de un entorno privilegiado, se vería afectada de manera irreparable por la contaminación derivada de la acumulación de heces, amonio y residuos de pienso, con consecuencias devastadoras para la biodiversidad marina y los ecosistemas locales", aseguran.
Numerosos grupos ecologistas ya han presentado alegaciones al Gobierno regional en un esfuerzo por detener la instalación de la granja, alertando sobre el daño irreversible que causaría a especies como la tortuga boba, las rayas y los cetáceos que transitan regularmente por la zona. Especialmente preocupante es la afectación al delfín mular, una especie considerada vulnerable, cuyo hábitat y rutas migratorias se verían gravemente alterados por esta actividad industrial, aseguran.
El alcalde de Mazarrón, Ginés Campillo, ha sido claro en su postura: "No podemos permitir que intereses privados destruyan nuestro patrimonio natural y el modo de vida de nuestros ciudadanos. Este proyecto es un perjuicio totalmente innecesario que no trae ningún beneficio para el municipio, solo ganancias para unos pocos a costa del bienestar de muchos".
"Además del impacto ecológico, la instalación de la granja acuícola supone una amenaza directa para la economía local, especialmente para el sector pesquero y el turismo, dos pilares fundamentales del desarrollo del municipio. Los pescadores se verán gravemente afectados por la pérdida de caladeros y la degradación del medio ambiente, lo que repercutirá en la calidad de vida de la comunidad y en la imagen turística de la Región", añaden las fuentes municipales.
Desde el Ayuntamiento de Mazarrón se le exige al Gobierno regional y a todas las partes implicadas que supriman este proyecto y pongan en primer lugar el bienestar común, la protección del entorno natural y el desarrollo sostenible de la región. "La bahía de Mazarrón es un tesoro que debe ser preservado para las generaciones futuras, y no sacrificado en nombre de intereses económicos cortoplacistas",afirman.