Opinión

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Un año de hastío

Publicado: 27/12/2025 ·06:00
Actualizado: 27/12/2025 · 06:00
  • Conflicto Rusia-Ucrania.
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Se acerca el fin de año, y de nuevo la esperanza llega en forma de niño Dios, por lo menos para parte de esta parte del mundo llamado antes Occidente. El mundo, después de estar todo un largo año matándose, de forma figurada (cuanta necesidad de concordia tenemos como ha pedido S.M. Felipe VI) o físicamente incluso (vivimos en una jaula de oro rodeados de guerras y conflictos, por el Este y por el Sur), parece hacer un alto en las hostilidades, como aquellos soldados, más de 100.000 de los dos bandos, del frente europeo occidental, que salieron de sus trincheras por iniciativa propia en plena Primera Guerra Mundial para cantar villancicos y celebrar la Navidad.

Porque, fíjense hasta en Tierra Santa después de mucho tiempo matándose, han vuelto a celebrarse en Belén estos días las festividades de Navidad. Y no es para menos, porque a pesar de todo, problemas, zancadillas y obstáculos, el alto el fuego continúa; y no me sean por favor puritanos o buenistas, los conflictos no son un partido de tenis que en un momento dado se pueda hacer un alto en el partido por lluvia, una perfecta parada al 100%, en este caso a la violencia. A las inercias y odios adquiridos durante años e incluso décadas, es muy difícil ponerles sordina y hacer como si no hubieran existido, y es inevitable que se produzcan enfrentamientos con el resultado, triste, de muertes.

Aunque no existan abiertas hostilidades en Oriente Medio, o no se visualicen en los mass media, el orden y la Paz siguen sin llegar de todas formas, porque en esta partida de ajedrez con más jugadores que en el parchís, hay tantos intereses en juego que es un auténtico sudoku su resolución. Desde un pueblo, el judío, que intenta sobrevivir desde que aceptó la resolución 181 de 1947 de las Naciones Unidas tras ser casi exterminado en las cámaras de gas, y se resiste a ser empujado/sepultado en el mar, por esos que repiten una “Palestina libre desde el río hasta el mar”. Pasando por los países musulmanes y árabes que han aprovechado el conflicto para sus propios intereses y enfrentamientos, recuerden cómo se odian a muerte los chiíes de la Teocrática Irán de los Ayatolás contra los suníes de la protectora de los sagrados lugares del Islam, como es Arabia Saudí. Hasta los Palestinos que son la parte, aparentemente, más débil que se han dejado (si es posible resistir) manipular, y llenos de resentimiento se entregaron, en cuerpo y alma, a un grupo terrorista llamado Hamas, y que, por otra parte, y no se repite lo suficiente, no son aceptados/refugiados en ningún país musulmán; porque ya fueron expulsados de Jordania y Líbano, e invadidos y ocupados, también por Egipto (Gaza) y Jordania (Cisjordania) en su momento. Aunque ya saben que el hiperactivo Donald Trump pretende perfeccionar y completar los Acuerdos Abraham en la zona para llevar, e incluso si es necesario, con su política del big stick (gran garrote), la Paz a la región.

Por su parte en el frente Este de Europa siguen las hostilidades en Ucrania, aunque parece que la Paz pueda estar más cerca; porque en este primer año de mandato de Trump uno de sus principales objetivos, él dijo que en 24 horas (cosas de Trump) ha sido que desaparezca la guerra en Europa, aunque parece que son mucho más belicosos los europeos, o mejor dicho Bruselas, con la presidenta Von der Leyen (la del marido con intereses en farmacéuticas), el canciller alemán Friedrich Merz (ha trabajado para el fondo USA BlackRock), el presidente Emmanuel Macron (ha trabajado para Rothschild) o el británico Keir R. Starmer jefe del gobierno (parece que en política Exterior y de Defensa el Reino Unido manda más en la UE que antes del Brexit), como decía, parecen que son mucho más belicosos incluso que el ucraniano Volodímir Zelenski (continúa asediado por la corrupción, el último cese fue su jefe de gabinete hace unos días), que en uno de las últimas reuniones tuvo que recordar que habría que tener en cuenta lo que piensen los norteamericanos.

De todas formas la estrategia de salida del conflicto parece estar ya diseñándose y se está produciendo un cambio del relato, para suerte de los soldados que iban a morir en ambos bandos. Vamos a tener, ya lo comenté, el típico intercambio de Paz por territorios, donde a Zelenski con las elecciones en Ucrania tendría asegurada su salida de forma honrosa, firmando el tratado de Paz su sucesor, poniendo usted de sus impuestos, o deuda (para el caso lo mismo) el dinero de la reconstrucción, algo más de 100.000 millones de dólares, porque esos señores de Bruselas son así de generosos con el trabajo y esfuerzo de todos los europeos. Eso sí, los negocios serán por obra y gracia de los USA y rusos, con todas esas explotaciones de tierras raras entre otras.

Aunque dentro de este tedioso y triste panorama parece que la UE, puede ser que rectifique, o mejor dicho continuar rectificando, su agenda 2030, obligada por la tozuda realidad, de la ruina que provoca tanto en el campo como en la industria, y porque claro hay que pagar ese préstamo de más de 100.000 millones de dólares para Ucrania. Entre los cambios ya aceptados, está que la energía nuclear, por la presión de Francia, se acepte como sostenible, cosa en parte lógica, pero lo que es alucinante es el apoyo a la energía térmica de las centrales de carbón, las más contaminadoras, por la presión de Alemania. Los nuevos cambios son que el fin de la prohibición a la fabricación de vehículos de motor de combustión interna para 2035, y se podrán seguir fabricando estos coches de combustión que cumplan con una serie de requisitos de menor emisión de gases de CO2. Esta eliminación del veto, es un gran respiro para la economía europea, pues una de sus grandes industrias es la del automóvil. Esto, además, disminuirá quizás los ánimos belicistas de Alemania que no tendrá que construir tantos tanques para dar trabajo a sus obreros, porque podrá seguir fabricando coches. Por otra parte, la suspensión, ojo solo temporal, de la firma del acuerdo con Mercosur es sin duda un alivio, temporal insisto, para nuestros sectores agropecuarios, muy dañados por la competencia desleal (aquí no rigen las normas del liberalismo y la libre competencia, parece ser) de la agricultura de terceros países.

Otro elemento tedioso, aburrido y de hastío, es el pulso de Trump con el presidente salsero (que hace el ridículo además de bailando, dando lecciones de inglés), Nicolas Maduro, muy amigo de sus amigos como José Luís Rodriguez Zapatero; porque al igual que ocurrió con el idolatrado por la izquierda europea, el dictador Fidel Castro, puede ocurrir que el régimen bolivariano impuesto por otro fetiche progre como era el golpista Hugo Chávez, se enquiste en ese país maravilloso que es Venezuela.

Esperemos que el año venidero, sea un año en el que todo el mundo pueda convivir en Paz, pero como bien dijo Su Majestad en el mensaje de Navidad, hay que tener “confianza en el presente y en el futuro”, porque somos una gran nación, nuestra Patria, “España es, ante todo, un proyecto compartido: un modo de reunir —y de realizar— los intereses y aspiraciones individuales en torno a una misma noción del bien común”. Pero ¿cómo se logra esto?, “¿qué podemos hacer cada uno de nosotros para fortalecer esa convivencia?”, este proyecto común llamado España, pues con mucho trabajo y coraje “la convivencia no es un legado imperecedero… es una construcción frágil”, y todos debemos poner nuestro granito de arena, recuerden el dicho valenciano de tota pedra fa pared,… y que cada uno haga lo que pueda.

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