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estudio de la umu

Más pobres pero más sanos: así están los murcianos una década después de la crisis de 2008 

22/07/2020 - 

MURCIA. Investigadores de la Universidad de Murcia (UMU) han descubierto que, tras la crisis económica, los españoles mantienen hábitos más saludables, aunque han aumentado las desigualdades basadas en la clase social.

Los resultados, que fueron publicados en la revista 'Health and Social Care in the Community', señalan que la cantidad de población de clase social baja ha aumentado y la clase media se ha reducido notablemente como consecuencia de la crisis de 2008. El estudio también demuestra que las diferencias entre pertenecer a una u otra clase social tienen consecuencias en la salud de los españoles.

"Tener una clase social alta o baja determina de una forma importante la salud. Y no es una cuestión exclusiva de poder adquisitivo, también es muy determinante el tipo de trabajo que se desempeña, la estabilidad laboral, el nivel educativo y las relaciones personales que se establecen a partir de todo esto: seguridad, confianza, redes y normas sociales efectivas", afirma Antonio Moreno, uno de los investigadores.

De acuerdo con estos resultados, las personas que realizan trabajos manuales o que no requieren de cualificación suelen tener más hábitos de riesgo, lo que se ve justificado por otros estudios que señalan una incidencia distinta de las enfermedades según la clase social.

Salimos de la crisis más saludables

Respecto a los hábitos de vida, los investigadores de la UMU señalan el menor consumo de dulces, bollería y bebidas azucaradas, el aumento de la actividad física, la disminución del número de personas fumadoras y del consumo de alcohol o el incremento de una conducta básica de higiene como es lavarse los dientes. El director del estudio, Ernesto de la Cruz, afirma que “ha mejorado la situación tras la crisis económica del 2008”. No obstante, las frutas y verduras no han aumentado su consumo y han disminuido el número de personas que se vacunan contra la gripe.

También ha mejorado el uso de los servicios médicos de prevención: un mayor número de personas realizan pruebas para controlar la tensión arterial, el colesterol, así como también ha aumentado el número de mujeres que se someten a pruebas de citología.

La clase social no lo es todo

Aunque este artículo demuestra las importantes diferencias en el estilo de vida según la clase social, cualquier persona puede tener hábitos diferentes a los que se le supondrían por su condición económica y social. Una buena educación o el acceso a una sanidad pública de calidad son factores que anulan las diferencias entre clases.

 "En este trabajo hemos incidido en dos cuestiones: una, que hay evidencias de que todas las personas se cuidan más que hace 15 años, que estamos mejorando; la otra, que es necesario promover acciones para proteger a los más desfavorecidos: la estabilidad laboral, un nivel de ingresos adecuado o un buen nivel educativo se asocian a una vida más sana", concluye De la Cruz.

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