Junta Directiva Regional del PP, en un clima de euforia. Foto: PPCree que con otra ley electoral habría logrado la mayoría absoluta
MURCIA. Nada desata más la euforia en un partido político que una victoria en las urnas. La sede de González Adalid, llena hasta los topes, recibía este miércoles entre aplausos y vítores a su líder y presidente electo, Fernando López Miras, que devolvía el cariño de su parroquia con abrazos y saludos. El panorama nada tiene que ver con el ambiente encarecido de hace exactamente cuatro años. El análisis electoral de 2019 fue amargo. El propio Ramón Luis Valcárcel, entonces presidente de honor del partido, pidió la palabra para lanzar una severa reprimenda: "Las elecciones se ganan o se pierden, no casi se ganan o casi se pierden". El 28M, en cambio, ha dado la vuelta a la tortilla y casi se diría que ha desatado el estado de felicidad en el PP.
Ahora López Miras al fin tiene su "gran y rotunda victoria", como él mismo expresó ante los asistentes de la Junta Directiva Regional. El PP ha ganado en 29 de los 45 municipios, 14 de ellos con mayoría absoluta "y 11 con más concejales que el resto de los partidos". En la papeleta autonómica, ha sido el más votado en 41 de los 45 municipios (sólo se resistieron Campos del Río, Bullas y Los Alcázares, además de Calasparra, el gran feudo socialista). "Son los mejores resultados desde 2011", destacó el presidente del partido, convencido además de que con otra ley electoral habría logrado la mayoría absoluta. Se refería al anterior sistema de cinco circunscripciones y un 5% mínimo de votos; un modelo modificado en 2015 y cuyo cambio planeó durante la pasada legislatura.
El presidente aprovechó para dar las gracias a todo el mundo: a los candidatos, a los directores de campaña, al personal de comunicación, a los 5.300 apoderados. A todos. Y especialmente puso el foco en dos personas: en José Ballesta, por su "ansiado, esperado e histórico" triunfo en Murcia, mayoría absoluta incluida; y en José Francisco García, el alcalde electo de Caravaca de la Cruz y el candidato del PP más votado en la Región con un 67,2%. Y tal como hizo Génova un día antes, todos los presentes se rindieron en aplausos al caravaqueño, que se levantó agradecido.
El presidente también quiso despejar dudas sobre la gobernabilidad. Quiere gobernar solo y pronto. O sea, sin Vox y sin esperar a las elecciones del 23 de julio, cuya convocatoria achaca a una "maniobra desesperada de Pedro Sánchez". "No estamos para estrategias ni para cálculos electorales, ni para bloquear el Gobierno que piden los ciudadanos", sostuvo el líder, hablando sin ambages. "La Región no está para perder el tiempo", apostilló. La investidura, incidió, debe ser "inmediata" para formar "cuanto ante un Gobierno fuerte y estable", pues el resultado del 28M fue "lo suficientemente claro como para que nadie frene o retrase un Ejecutivo solo del PP", agregó. "Confío en constituir Gobierno pronto".
El mandatario quiso igualmente enviar un mensaje de alerta a sus fieles. En breve llega otra campaña electoral y no hay que bajar la guardia. "Hay que estar activados. Tenemos que seguir empujando para levantar el castigo de Pedro Sánchez a la Región y conseguir que Núñez Feijóo sea el presidente", dijo, arrancando aplausos. El socialista ocupó también parte de su discurso: "Somos víctimas de Sánchez. Hemos visto su cara más sectaria: el recorte del Trasvase, el fracaso del AVE, la financiación autonómica, el desprecio al Mar Menor", adujo. "Las urnas han expresado un rechazo rotundo: 'no' a la división de enfrentamiento y 'no' al engaño". El PP va lanzado al 23J. "En la Región de Murcia le cerramos la puerta al sanchismo el pasado 28 de mayo y ahora toca abrírsela a Feijóo en La Moncloa".
