CARTAGENA. "Mi sueño ha sido el sueño de muchos", asegura la emprendedora cartagenera Milagros Sánchez, quien se ha embarcado en un proyecto que ella califica, sobre todo, de "romántico": la reforma y rehabilitación de la emblemática casa Torremocha de Cabo de Palos para convertirla en un alojamiento turístico (cuya figura aún está por determinar). Y es que a casi nadie que haya subido por la carreterra que conduce al Faro le pasaba desapercibida esta singular edificación, una de las más antiguas del pueblo -su construcción data de 1948-, que se encontraba en un total estado de abandono desde hacía décadas. "Qué pena" o "quién pudiera comprarla y arreglarla", eran los cometarios más habituales de los vecinos y de los muchos turistas que recibe esta población de Cartagena. Muchos se sorprenderían ahora con la espetacular metamorfosis que ha sufrido la casa tras la reforma que ha llevado a cabo el estudio de arquitectura cartagenero Ad Hoc, que comenzó en enero de 2020. Torremocha ha pasado de ser un inmueble en ruinas a una bonita y elegante vivienda, que conserva su espíritu original y la esencia cabopalera, y que, si todo marcha según lo previsto, podría empezar a acoger huéspedes este verano.
La obra está acabada y el inmueble está completamente amueblado y acondicionado, pero faltan algunos trámites que podrían estar solventados en un mes. Es por ello que Mila Sánchez prefiere no precipitarse. "Quiero ir poco a poco", asegura, aunque son muchas las llamadas que ya está recibiendo para interesarse por la fecha de apertura (que no está fijada aún). También son numerosos los mensajes de apoyo y felicitación que le han llegado por recuperar para Cabo de Palos esta casa que forma parte de su historia y que es de las pocas que tiene nombre propio y no se conoce por el de la familia propietaria.
El alojamiento turístico en Torremocha "será diferente y especial", indica la emprendedora cartagenera. Contará sólo con diez habitaciones, por lo que tendrá un enfoque muy minoritario y muy familiar, dando oferta también invierno. En este sentido, Mila Sánchez considera que este proyecto "romántico" está dirigido a un mercado distinto del que existe actualmente en este pueblo de pescadores, que en 2024 se ampliará con la apertura de otro un nuevo hotel. La propietaria de Torremocha lo considera una buena noticia, porque "el mercado se hace entre muchos. Cabo de Palos tiene mercado de sobra y cuenta con importantes proyectos de futuro como el centro comercial que hay proyectado. Va a haber sitio para todos".
En su caso, cuenta con el atractivo añadido de que se trata de una casa con solera, así como de su privilegiada ubicación en la vía que sube hasta el imponente Faro de Cabo de Palos. Baste con decir que desde la terraza superior, en la que se ha habilitado una piscina y zona de solarium, se dispone de unas increíbles vistas de La Manga del Mar Menor.
El estudio Ad Hoc ya manifestó a Murcia Plaza que la rehabilitación que se ha llevando a cabo en Torremocha ha buscado conservar la esencia de la casa original incoporando elementos más actuales. De hecho, valoraban que la propietaria haya preservado el espíritu de esta casa emblemática a pesar de no estar protegida o catalogada, ni por el Ayuntamiento de Cartagena ni por la Comunidad, ya que ha implicado una reformar integral (estaba muy deteriorada por la falta de mantenimiento y por la cercanía del mar). En este sentido, comentaban que a pesar del estado de abandono que presentaba la casa antes de las obras, "todo el mundo le otorgaba un valor, porque lo tiene, y por eso tiene tanta importancia que alguien haya tenido la fuerza y la decisión de querer conservarla".
Este proyecto de rehabilitación de la casa Torremocha se remonta al año 2016, aunque no fue hasta enero de 2020 que se empezó ejecutar. La renovada edificación conserva los elementos de piedra que presentaba originalmente la torre, mientras que se han abierto unos arcos ocupados por unas puertas con ventanales que rompen con la fachada más pobre que había anteriormente y que permiten que la luz invada el interior. Igualmente, se han distribuido unas terrazas exteriores dividas por unos pequeños muros que dan a las distintas habitaciones. Uno de los detalles de esa esencia que se ha querido mantener es que los suelos son de unas baldosas hidráulicas que reproducen los dibujos geométricos que había en las casas antiguas. Una vegetación apropiada a la zona pone una nota de color y acentúa el caracter acogedor de la casa.