MURCIA. Chumberas que se mantienen en pie tras el paso de la enfermedad que arrasa con ellas. La idea de la transformación que sufren los organismos tras el paso de la enfermedad -la cual pervierte su condición y deja tras de sí, en el paisaje, a unas figuras hieráticas cargadas de contenidos simbólicos- está detrás del proyecto Paleras, del artista Carlos Cotes, que el Plan Espacios Expositivos EXE, promovido por la Comunidad Autónoma, ha llevado al centro social 'La Daya' de Albudeite, coincidiendo con la décima edición del certamen de pintura al aire libre de la villa.
En esta exposición, Carlos Cotes aborda la naturaleza como un 'leit motiv' donde apoyar la investigación plástica que viene desarrollando desde 2012. Es una experimentación que se alimenta de las vanguardias y arte contemporáneo, en una búsqueda por explorar nuevos contenidos y desarrollar todo el potencial narrativo y expresivo de la pintura.
A medida que el proyecto se desarrolla, Cotes va tomando conciencia sobre las formas que le interesan y gradualmente va prescindiendo de la estructura de la chumbera, donde hasta ahora volcaba la abstracción pictórica, para ir construyendo unas estructuras que representan a las configuraciones puras de la naturaleza.
En su obra, la muerte se celebra como una circunstancia necesaria que renueva y potencia todo aquello que está vivo, proporcionando una percepción sobre la temporalidad. La vida se expresa como una energía que se convulsiona en su afán por desarrollarse, mantenerse y perpetuarse.
La muestra podrá verse hasta el 12 de diciembre, los lunes y viernes de 12.00 a 14.00 horas; los miércoles de 17.00 a 19.00 horas, y los fines de semana en visitas concertadas, con cita previa.
Carlos Cotes (Mula, 1988), tras varios años pintando y descubriendo vías de expresión, se trasladó a Granada donde se graduó en Bellas Artes en 2018. Desde 2011 ha participado en exposiciones en Murcia, Málaga, Granada, Madrid, Bruselas y Nueva York. Cotes trabaja con lenguajes propios de la pintura y sus ideas se desarrollan a través de la ejecución de proyectos paralelos.
El tiempo vencido da nombre a la serie realizada en la naturaleza, donde usa como leitmotiv a unas chumberas que se mantienen en pie tras el paso de la enfermedad que arrasa con ellas. Se va abarcando el desarrollo de una visión poética y plástica, donde se estudia la materia que recoge la vida, una vida que fluye hacia la luz. Una colección planteada desde diferentes aspectos, como el retrato antropomórfico de la naturaleza, metáforas de la enfermedad o ideas sobre la transformación e impermanencia de la materia.
La inquietud y tratamiento se convierten en el hilo conductor. Así, aparece el proyecto Ocaso serie realizada con acuarelas negras de diversas calidades, donde destaca el uso y desarrollo de un filtro personal que trata de acentuar la subjetividad del autor.
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