proyecto de santa-cruz arquitectura en Murcia

El renacer de un edificio neoclásico en el Barrio del Carmen: diálogo arquitectónico entre lo pasado y lo nuevo

17/10/2021 - 

MURCIA. Una de las asignaturas 'maría' a las que se enfrentan los estudios de arquitectura en los casco históricos es la de tender puentes transitables entre el pasado y lo nuevo; la de establecer unos diálogos coherentes y armónicos entre el lenguaje contemporáneo -que sirve para aportar nuevos elementos de confort y bienestar, incluido el emocional- y el que llega de otras épocas, cuyo valor debe quedar resalzado en esta 'conversación' arquitectónica. Esto es lo que ha hecho el estudio de arquitectura murciano Santa-Cruz en el Edificio Baltasar: generar un diálogo arquitectónico en una sobria construcción neoclásica del siglo XIX ubicada en el emblemático barrio del Carmen de Murcia, junto a la Iglesia del Carmen y el Jardín de Floridablanca, que se encontraba en estado de ruina. Con tan buenos resultados, que el proyecto murciano acaba de ser nominado a los German Design Awards 2021, un certamen internacional de reconocido prestigio. 

"Este proyecto es un ejemplo del tipo de arquitectura que queremos desarrollar en el estudio, en esencia, arquitectura que busca mejorar la ciudad que habitamos y la vida de las personas", señala el arquitecto Toño Santa-Cruz, quien añade que "en este caso, hemos utilizado el diseño para respetar y poner en valor nuestro pasado desde el diálogo con el lenguaje contemporáneo, para mejorar el confort emocional de las personas en el día a día, desde la calidad arquitectónica, y para transmitir el respeto por nuestro ecosistema desde la renaturalización de nuestros espacios habitados".

Para ello, el proyecto ha contemplado la preservación del histórico edificio, reconstruyéndolo interiormente y añadiendo dos nuevas plantas. El volumen original está destinado a apartamentos de alquiler, mientras que las plantas superiores son viviendas en propiedad. Señalan desde el estudio que la estrategia que han seguido se ha sustentado en tres pilares de sostenibilidad: la social, la ambiental y la económica.

En la primera de ellas, la social, se ha buscado dotar al edificio de identidad. Para ello, "la primera planta añadida se retranquea de la alineación y se reviste de una celosía de chapa de acero inoxidable para desaparecer en su reflejo". En la segunda planta añadida y el bajo cubierta, el revestimiento es un entramado de cuerdas de poliéster entrecruzadas, montadas sobre grandes bastidores de acero, algunos también correderos para liberar vistas.  Detrás de dichos revestimientos, casi toda la fachada está acristalada de suelo a techo.

Las dos nuevas plantas "se han diseñado desde el lenguaje contemporáneo, dotando al entorno de una nueva perspectiva en la que lo antiguo y lo nuevo coexisten en simbiosis". De esta forma, señalan estos profesionales, se conecta con el lema de la ciudad de Murcia: "Ensalzar y amar lo antiguo y lo nuevo".

Reinterpretación del ornamento y la artesanía 

Cabe destacar que se han conservado y puesto en valor los elementos emblemáticos del edificio preexistente, recuperando el ornamento y la artesanía a través de nuevas técnicas industriales, introduciendo una reinterpretación contemporánea (como en la celosía de acero y cuerdas) y utilizando oficios de la zona, en una apuesta por la artesanía e industrialización local.

Igualmente, destacan los arquitectos, se han destinado múltiples esfuerzos a la conservación y revalorización de lo anterior. Muestras de ello es que la fachada neoclásica se ha recalzado mediante micropilotaje y que se han recuperado elementos originales como los balcones o el remate de tejadillo. En el interior se han mantenido los vestigios de la antigua fachada y medianera de carga, dejando a la vista la huella de los encuentros con antiguos muros y vigas, o con la escalera a la catalana. La cabina del ascensor se ha acristalado para poder recorrer visualmente la antigua medianera.

Igualmente, se ha apostado por la equidad, "evitando la jerarquía del régimen de propiedad mediante un diseño inclusivo que responda a diferentes residentes y necesidades", resultando "un modelo residencial mixto que dinamiza y diversifica el perfil social de un barrio con alta densidad de población". Y se ha puesto una especial atención en la salud y bienestar al aportar un confort térmico que se obtiene con un sistema de climatización por pared y suelo radiante para calor y frío, completado con otro de renovación con control de la humedad y pureza del aire.

Espacios para la vegetación

Respecto a la sostenibilidad ambiental, el proyecto para el Edificio Baltasar ha tenido en cuenta corrientes como la Biofilia, con infraestructuras vinculadas al cuidado de la vegetación tanto interior como exterior, así como el uso de materiales y colores naturales que evocan materiales naturales; y el Bioclimatismo para reducir el impacto energético, con soluciones bioclimáticas como la combinación del SATE con la Inercia Térmica de los antiguos muros, la renovación de las carpinterías con RPT o la protección solar, resuelta con tradicionales persianas exteriores en la rehabilitación y con celosías correderas en la ampliación.

Con todo ello, destaca Santa-Cruz se ha obtenido una eficiencia energética -con el ahorro económico que conlleva-; de recursos -al utilizar lo preexistente, optimizando la inversión sin renunciar a la calidad arquitectónica-; y un impulso a la economía local, que mejorará la economía de la zona. Con la finalidad, que es el lema del estudio, de "vive como piensas".

     

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