MURCIA. Entrar en el local islandés Ice+Fries supone cruzar una puerta temporal y adentrarse en un bar del futuro donde, en un ambiente inspirado en los glaciares, dos robots preparan cócteles y hay comida que ha sido impresa en 3D. No en vano, este bar robótico, situado en un popular barrio de Reikiavik, ha sido presentado por sus promotores como el "más avanzado del mundo". Detrás de esta propuesta pionera está el estudio murciano Moho Arquitectos, encargado del diseño arquitectónico de este espacio que, como abrió en pandemia, lleva solo unos pocos meses funcionando con normalidad y, al parecer, con bastante éxito; a ello contribuye el hecho de que se encuentra en una de las vías más frecuentadas de la capital del país. Tanto es así, que existen planes de franquiciado, retrasados por el coronavirus, de abrir locales similares, siguiendo la misma filosofía, en ciudades europeas como Berlín, Lisboa y París. También en ellos, estaría el sello de Moho Arquitectos.
Y es que estos murcianos son los autores de todos los elementos del mobiliario (taburetes, mesas, etc…), así como de los módulos de aplacado poligonal metálico, que han sido diseñados y fabricados por Cartonlab en Murcia (empresa fundada por estos arquitectos). "Hemos optimizado el sistema de montaje y producción para fabricar todas las piezas de forma modular, ligera y fácilmente transportable. Una vez enviado todo el material a Islandia, la instalación del proyecto se realizó con proveedores locales, que contaron con guías y protocolos de montaje diseñados de forma específica para el proyecto", explican, para añadir que "esta experiencia nos permitirá replicarlo en posteriores ubicaciones con las mismas garantías de acabado perfecto y plazos optimizados".
El resultado es un bar que ofrece "un concepto radicalmente futurista en cuanto a comida tecnológica", fruto del sueño de dos emprendedores -el ugandés Priyesh Patel y su socio islandés Arnar Loftsson-, quienes han conjugado su pasión por Islandia y su fascinación por la alta tecnología, con la intención de 'exportarlas' por todo el mundo.
Para hacerse una idea de lo avanzado del proyecto, cabe señalar que el usuario controla esta experiencia autónoma y robotizada desde su propio teléfono, sin interacción humana con el personal del bar. La barra de bebidas está atendida por dos brazos robóticos articulados llamados Ragnar y Tipsi Floki, con capacidad para agitar y servir 3.000 cócteles y bebidas al día (150 por hora) y programados para servir hasta 20.000 tipos de combinaciones de bebidas distintas. Los robots han sido instalados por la empresa Makr Shakr, líder mundial en la producción de sistemas robóticos para bares. Las máquinas integran tecnología japonesa y alemana con diseño italiano.