MUIRCIA. La Capilla del Rectorado de la UMU y el espacio ES/UM del Campus de La Merced han acogido la presentación del proyecto expositivo Donde anida la espiral (2004/2017), en memoria de la artista de Calasparra Mabel Martínez (1964-2019), que se podrá visitar hasta el próximo 28 de febrero.
Las instalaciones, que han contado con la colaboración de ODSesiones y del Cendeac/Centro Párraga, se dividen en dos partes: en La Capilla se muestra un vídeo con imágenes y procesos de trabajo de la artista, mientras que en la sala ES/UM se ofrece una representación de su taller para que el visitante pueda ver cómo era su metodología de trabajo.
Donde anida la espiral es un proyecto muy amplio, el más extenso de todos los que hizo la artista; también el más dilatado en el tiempo, catorce años, desde 2004 hasta 2017. "Algunos de sus apartados son tan vastos que podrían conformar en sí mismos una amplia exposición y ser tratados de forma independiente, como elementos con entidad y carácter propios. Sin embargo, es necesario aunarlos todos para que el conjunto muestre la compleja idea holista de Mabel", señala Paco Vivo, artista y comisario de la exposición.
El punto de partida del proyecto fue la restauración de un gran ammonite del periodo Cretácico para el Museo Arqueológico de Calasparra. Tal y como afirmó la propia artista, "la investigación para la restauración del fósil me llevó a indagar exhaustivamente sobre este animal extinto que poblaba los océanos de la Tierra hace 140 millones de años. El estudio y observación de su fisiología, de sus tipologías, de sus hábitats y otros aspectos relacionados con él, me generaron la necesidad de conocerlo más allá de su pura recomposición formal".
Añadía Mabel Martínez que "esos fragmentos de roca sedimentaria me dieron la posibilidad de viajar en el tiempo, de explorar e interpretar el territorio del cual procedía, avivando cada vez más la necesidad de experimentar aquellas sensaciones físicas y anímicas desde la mirada del Arte. Estímulos que espolearon mi interés por conjugar la complejidad de conceptos e ideas de campos muy especializados y aparentemente inconexos, como son los códigos científicos y el lenguaje artístico".
En consecuencia, apunta Paco Vivo, las aspiraciones de este proyecto han sido en primer lugar, señalar la capacidad del lenguaje artístico para mediar entre las disciplinas científicas y humanísticas. En segundo lugar, la puesta en valor del patrimonio paleontológico para crear conciencia sobre su interés y, por ende, sobre la necesidad de conservar y proteger los yacimientos y sus paisajes. Finalmente, el proyecto desarrolla una investigación de los distintos lenguajes artísticos que pueden representar la relación entre Arte y Naturaleza. Para ello se han utilizado soportes multidisciplinares tan variados como la fotografía, el dibujo o el vídeo, así como la performance o la escultura, hasta textos poéticos y documentación científica. En suma, "este trabajo invita al espectador a participar de una visión que unifica experiencias de ciencia, arte y vida".
Longinos Marín, vicerrector de Responsabilidad Social y Transparencia, ha apuntado que para terminar el proyecto ODSesiones "pensamos en este trabajo de Mabel como algo muy significativo, porque con la sensibilidad de la cultura y el arte es posible llegar a sitios donde no se puede llegar de otra manera". Por su parte, el rector de la UMU, José Luján, ha subrayando que se siente orgulloso de que "la Universidad promueva el arte y la cultura de una manera tan especial, con cariño y pensando en las personas; donde el sentimiento va por delante del puro objeto en este homenaje a una persona tan querida".
Su interés por el arte y sus inicios en la cerámica y el teatro son referencias que modularán su idiosincrasia de Mabel Martínez. De ahí y de su inquietud por el conocimiento, vinieron sus estudios de filosofía y estética, la vertiente teórica de su trabajo artístico y el apego por los procesos artesanales, especialmente cerámicos, y por la instalación; también su deriva hacia la performance y esa búsqueda de modos activos de relación con el espectador.
Mabel tenía gran habilidad para transformar objetos y situaciones cotidianas en elementos poéticos dotados de valor simbólico, emocional y transcendente. De ahí que sus proyectos artísticos se desarrollasen, en su mayoría, mediante instalaciones en las que dialogan objetos, imágenes, textos, sonidos y acciones, permitiéndole integrar soportes como escultura, fotografía, dibujo, vídeo, sonido, escritura y performance. Exploró las relaciones físicas y simbólicas que reincorporan al ser humano a su medio natural, pero también la temática de género, socio-política y tecnología.