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CRÍTICA DE CINE

'Decision to leave': un espectáculo virtuoso de Park Chan-wook

20/01/2023 - 

MURCIA. Vuelve Park Chan-wook y lo hace siendo fiel a su espíritu y con una gran película que le valió el premio a la mejor dirección en el pasado Festival de Cannes. Y es que el cineasta surcoreano siempre se ha caracterizado por su exquisitez formal, por su locura expresiva a la hora de configurar el universo de sus películas. La imagen, la música y el montaje (y su conjunción expresiva) lo son todo en su obra. Sus películas son excesivas, rocambolescas, pero también virtuosas, refinadísimas, absorbentes. 

En Decision To Leave parece querer homenajear a los clásicos (a Hitchcock, por ejemplo, a Brian de Palma, por supuesto), pero desde su óptica particular, con sus giros imprevisibles, con sus puntos de vista distorsionados, con su particular sentido de la acción y la intensidad de los sentimientos de sus personajes. 


En ella, un policía investiga un aparente suicidio que podría ser un homicidio. La principal sospechosa es la esposa del cadáver que se ha despeñado de un precipicio cuando, al parecer, era un avezado escalador. Él está absorbido por su trabajo, ella se presenta como una incógnita, una mujer (inmigrante china) dura, pero al mismo tiempo frágil que desmontará toda su ética profesional. Nunca sabremos hasta qué punto alcanza la manipulación, pero el detective, en sus noches insomnes de vigilancia, se introducirá en el universo de la viuda que no parece derramar una sola lágrima por la muerte de su esposo. Él, Jang Hae-joon (Park Hael-il) está obsesionado con Song Seo-rae (Tang Wei, la estrella de Deseo, peligro, de Ang Lee) y prácticamente penetrará en su privacidad para intentar desentrañar sus secretos. 

El director tiene una especial predilección por los personajes torturados. Tanto Jang Hae-joon como Song Seo-rae lo están por diferentes razones y estas dos visiones se contrapondrán a lo largo de toda la película. Lo masculino y lo femenino, la tierra y el agua, y la deconstrucción de los roles de género a partir de los arquetipos tradicionales, por ejemplo, el de la femme fatale.

 

A Park Chan-wook siempre le han gustado también las narraciones alambicadas, aquellas en la que la historia se fractura partiéndose en mil pedazos para dar una sensación desestructurada, de forma que poco a poco los cabos sueltos van generando un suspense, un estado emocional alterado y turbio a través de la psique de sus protagonistas, siempre al límite de sus circunstancias. Lo hace de una forma inmersiva, conectando los espacios mentales de cada uno de ellos y adentrándonos en sus pulsiones internas a través de la obsesión y de la fatalidad. 

En esta ocasión, la historia adquiere un carácter especular, ya que se encuentra dividida en dos partes que corresponden a dos investigaciones por asesinato que tienen en común a la misma sospechosa. A partir de ese mecanismo interconectado, Park Chan-wook se dedica a hacer magia con su material. Cada pieza, cada detalle, tiene su importancia fundamental en la trama, pero son tan sutiles y enigmáticos que podrían pasar desapercibidos, ya que en ocasiones parece que nos encontremos en un sueño, en una pesadilla en el que todo se funde y se confunde. 

Decision to Leave es un thriller romántico a modo de artefacto ultrarefinado repleto de ideas imposibles y maravillosas. Cada plano resulta inaudito y profundamente libre, las soluciones visuales imaginativas se suceden con la rapidez de una ametralladora hasta el punto de resultar abrumadoras. El director de Old Boy siempre ha intentado hacer algo diferente en cada una de sus películas utilizando para ello todas las posibilidades de la gramática cinematográfica. En esta ocasión vuelve a hacer posible lo imposible y el resultado es una auténtica virguería, un espectáculo a modo de sinfonía, de danza espectral arrebatada por un lirismo oscuro. 

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