CARTAGENA. Uno de los sectores económicos punteros de la Región de Murcia, la agricultura, hace tiempo que viene dando pasos hacia una mayor sostenibilidad. Pese a la gran mancha que sobrevuela sobre el sector sobre la implicación de este en el mal estado del Mar Menor, la innovación está a la orden del día. Uno de los ejemplos de esta modernización para ser más respetuoso y sostenible como el medio ambiente es la reducción de la huella hídrica del cultivo del limón, según un reciente estudio publicado por la Asociación Interprofesional de Limón y Pomelo (AILIMPO).
"El cultivo del limón es un ejemplo en el aprovechamiento y la gestión óptima del agua", apuntan desde AILIMPO. Y es que la reducción de la huella hídrica en un 39% respecto a la del año 1990 habla a las claras de estas mejoras. La huella hídrica es un indicador del uso de agua dulce para obtener un producto o un servicio, que considera tanto el consumo directo como el indirecto a lo largo de toda la cadena de suministro. Para ello, se tienen en cuenta tres factores: la huella hídrica azul, que es el agua extraída de fuentes superficiales o subterráneas; la huella verde, derivada de la lluvia asimilada por los propios cultivos; y, por último, la huella hídrica gris, la cual corresponde al agua utilizada para evitar alterar el agua azul. Actualmente, la huella hídrica del cultivo del limón es de 271 m3/tonelada.
"Las cifras del estudio son muy positivas en comparación con otros cultivos. Las necesidades de agua, la evolución del uso de ella y la producción obtenida hablan de una mejora notable. Con menos agua se ha incrementado la producción en un 274% desde 1990", señala Antonio Hernández, ingeniero de AILIMPO que ha elaborado el informe 'Huella hídrica del limón en España'. "Todo ello es fruto de la modernización de las técnicas de cultivo y el esfuerzo de los productores", añade.
El informe señala que el 84% de la su superficie cultivada utiliza sistemas de riego localizado, haciendo un uso más eficiente de los recursos hídricos y nutritivos de las plantas. "La producción ahora es mucho más respetuosa con el medio ambiente. Hemos demostrado que un mayor uso de fertilizantes no significa una mayor producción. A menos costes, tenemos menos gastos. Por ejemplo, en el cultivo del limón y el pomelo usamos insectos que protegen a las especies que quieren eliminar la planta, por lo que de forma natural logramos el efecto que de otra forma tendríamos que usar mediante un fertilizante", explica Hernández.
A pesar de los datos positivos que se recogen en el informe, los productores españoles afirman que siguen trabajando en reducir el impacto de su actividad sobre el medio ambiente. "Nuestra política sigue siendo la de intentar ser lo más sostenible que sepamos", afirma en este sentido el ingeniero Hernández. Minimizar el uso del agua con técnicas como el monitoreo del agua en el suelo, la colocación de plásticos de acolchado en las líneas de cultivo, la cubrición de balsas de riego o la reducción en el uso de insumos, son algunas de las formas con la que intentan reducir la contaminación del cultivo del limón. Por el momento, el limón se convierte en el gran aliado del medio ambiente.
