Cuestión de Gobiernos. Es la explicación y justificación que Pedro
Sánchez ha trasladado tras el plantón del jefe de Estado marroquí. Dicen los ministros y el propio presidente que era una cumbre de Gobiernos. Lo que ocurre es que en días pasados desde Moncloa se había trasladado que era más que probable que el monarca recibiría a Sánchez. Es sabido que cuando hablamos de diplomacia y Marruecos estamos en otro mundo y Mohamed VI viaja más que las maletas de la Piquer. Siempre hay que hilar muy fino y tener atado todo. En los últimos años había un trato escaso y problemático. Todo hasta que Sánchez cambio el rumbo y apoyó el plan de autonomía sobre el Sáhara. Y en los últimos días hemos visto en el Parlamento Europeo cómo el PSOE votaba con la ultraderecha cuando la cámara de Estrasburgo quería condenar a Marruecos por vulnerar los derechos de los ciudadanos. Algún diputado socialista dijo que había que acostumbrarse a tragarse algún que otro sapo. Por cierto, que en esta cumbre también con viaje de empresarios, no han estado ni el presidente de la patronal, CEOE, Antonio Garamendi, ni los más destacados líderes de las empresas del IBEX.
Las cifras con Marruecos. Solo a vuela pluma. España es el principal socio comercial de Marruecos desde hace décadas. El segundo es Francia y el tercero, EEUU. Exportan a Marruecos algo más de 17.500 empresas -antes de la pandemia eran 22.000-; en el país africano están instaladas más de 1.500 empresas españolas; España tiene superávit en el comercio bilateral con una tasa de cobertura del 130%; les enviamos petróleo refinado, vehículos de motor, piezas, accesorios y alambre de cobre; invertimos algo más de 4.000 millones de euros; el 95% del todo el comercio marroquí llega a Europa por nuestros puertos; tenemos dos interconexiones submarinas eléctricas y hay intercambio de energías renovables; y en cuanto al turismo antes de pandemia dos de cada tres millones de euros de beneficios para España, correspondían a la facturación de grupos hoteleros como Riu, Meliá, Eurostars, Globalia o Iberostar. Es decir, las relaciones económicas y comerciales con Marruecos son fundamentales y no estamos para según que tonterías o veleidades.
El Tablero
- PSOE: Pedro Sánchez y sus urgencias. Al presidente del Gobierno se le puede hacer larga la convivencia en el ejecutivo con Unidas Podemos. Desde el primer día de Gobierno de coalición la bomba de relojería estaba bajo la mesa. La cuestión de la reforma "técnica" de la ley de la ministra de Igualdad, Irene Montero, es todo un ejemplo. Cabe recordar y no menos importante que las decisiones del Consejo de Ministros son colegiadas. Es decir, si Montero en su día llevó a Moncloa la ley del 'solo sí es sí' y se aprobó no sé a qué viene ahora el enfrentamiento. Ocurre como es sabido que los efectos indeseados de la ley no fueron ni calibrados ni ponderados por todos. Los ministros jueces -Grande Marlaska, Margarita Robles, Pilar Llop y antes Juan Carlos Campo- se dejaron arrastrar por la urgencia de la coalición y porque Sánchez así lo sentenció. Pero ahora vista la alarma social con más de trescientas condenas de agresores rebajadas y más de treinta excarcelaciones resulta que hay que correr para hacer la famosa reforma 'técnica'. Las elecciones obligan a ello y no el problema de fondo. La violencia y agresiones contra las mujeres son asuntos muy serios que no deberían caer en la banalidad y frivolidad de unas necesidades electorales. Pero Sánchez, además del trasquilón marroquí, ha tenido esta semana un par de respiros catalanes. Uno: ha pactado los Presupuestos de Cataluña con ERC para seguir contando con su apoyo en Madrid, rompiendo la política de bloques tradicional y dos: la Justicia europea allana el camino para el regreso de Puigdemont. Aunque esto último puede ser un arma de doble filo. Si viene y le detienen para que lo juzguen problema en Cataluña y si viene libre también problema para España. Y en el Senado nuevo cara a cara con Feijóo con el anuncio efectista de la subida del SMI tras el acuerdo con los sindicatos -no quería la foto con los empresarios-, y obviando las cuitas del 'solo sí es sí'. Son debates desiguales por el tiempo de cada representante y Sánchez siempre tiene la palabra final.
- PP: Alberto Núñez Feijóo en modo campaña. Este fin de semana en Valencia tenemos una foto largamente esperada en el PP. José M.ª Aznar y Mariano Rajoy, los dos ex presidentes del Gobierno del PP arroparán a Núñez Feijóo en la intermunicipal con todos los alcaldables. Se ve que lo de las fotos vende, que se lo digan a Sánchez que ahora se ha quedado sin la suya en Marruecos. Feijóo busca las propias. Esta semana ha lidiado el caso Ciudadanos/Villacís. Ha despejado a Díaz Ayuso y Martínez Almeida la cuestión, pero no ha dejado el asunto muerto. Sigue vivo a la espera de lo que ocurra en mayo. De momento, el tránsito de Ciudadanos al PP se cifra en más de ciento sesenta cargos orgánicos de la formación. En el enfrentamiento con Sánchez, lo dicho. Más de lo mismo, cada uno hace lo que puede con los tiempos que tiene. La estrategia de ofrecerle al presidente del Gobierno sus votos para la reforma de la ley del 'solo sí es sí' hacía hincapié en el enfrentamiento de fondo entre PSOE y Unidas Podemos y buscaba tensionar más ese continuo desencuentro gubernamental.
- Vox: Santiago Abascal juega con los conejos en la chistera. A estas alturas de la política sacarse de la manga a mi buen amigo Ramón Tamames para ser el supuesto candidato a la presidencia del Gobierno en la moción de censura -anunciada, que no presentada- es una auténtica boutade o astracanada. Santiago Abascal se cree dotado de artificios efectistas y oportunistas para concitar el reclamo mediático. El tránsito de Abascal allende por la geografía española es truculento. Intenta arrastrar masas y se topa con la total falta de capilaridad en los distintos territorios. Evidentemente no tiene la fuerza territorial del PP ni adeptos que la suplan. Como Núñez Feijóo arrastra votos de centro y también de su target resulta que se queda sin argumentos. Lo de pelear por mantener su suelo electoral es su objetivo. De paso quisiera conseguir algo más para ser necesario al PP, pero últimamente se le ve escaso de argumentos.
- Unidas Podemos: Yolanda Díaz, la funambulista. La equidistancia en política según en qué circunstancias puede ser provechosa; en otras, no. Díaz no quiere verse embarrada y calla con el 'solo sí es sí', dice que están negociando y no se entromete, calla con Marruecos, y da la callada por respuesta en todo aquello que tiene que ver con Irene Montero o Ione Belarra. Por momentos da la sensación de que es más de Sánchez que los propios ministros del presidente. En un futurible hay quien habla de una pronta alianza con Más País, es decir, Íñigo Errejón, enemigo a muerte de Pablo Iglesias, que podría posicionar a la izquierda del PSOE. El caso es que pasa el tiempo y no concreta. O está esperando el jaque mate de Podemos si se llega a romper la coalición. Los podemitas no han entendido nunca que la marca Sumar de Díaz renunciase a los comicios municipales y autonómicos. Ahora se encuentran dependiendo del lugar que consultemos que van aliados con otras fuerzas políticas y se diluye Unidas Podemos como imagen.
- Ciudadanos: El suicidio de Begoña Villacís como síntoma. Ciudadanos vive el naufragio del Titanic en plaza pública. Unos queriendo abandonar el barco para salvarse y otros manteniendo la vela hasta el final. La condición humana prima en estos momentos de próxima defunción. Vaya semana ha dado a propios y extraños Begoña Villacís. En los últimos días se ha dejado querer, se ha ofrecido al PP, diga y desmienta lo que quiera. Incluso ha comentado a su entorno que tendrían cobijo entre los populares como corriente. Pero visto el escaso o nulo éxito de aceptación por parte de sus supuestos 'nuevos' compañeros de política no ha tenido más remedio que decir que nunca se fue de Ciudadanos y que no intentó irse al PP. Isabel Díaz Ayuso y el alcalde Martínez Almeida no la quieren en sus listas y Núñez Feijóo sestea. La alaba y despeja a corner. Otra cosa será ver el resultado del 28 de mayo. Entonces el líder del PP podría acogerla en sus filas para las generales. Tiempo al tiempo. Como dijo en su día Josep Tarradellas, "en política se puede hacer todo, menos el ridículo". Y esta semana Villacís lo ha hecho. A todo esto, de Inés Arrimadas no se sabe nada. ¿Se está jugando otro partido al mismo tiempo?
Las frases de la semana
Juan José López Aguilar, eurodiputado del PSOE: "Hay que relacionarse con Marruecos desde el respeto mutuo, tragando sapos si hace falta". ¡Pues la indigestión es copiosa. Ya van unos cuantos sapos, y encima no tenemos la foto con Mohamed!
Esteban González Pons, vicesecretario de Institucional del PP: "No cabe mayor humillación que ceder todo ante Marruecos, ir con medio Gobierno a dar satisfacción, retratarte en el Parlamento Europeo y que el rey no te reciba y te conformes con que te coja el teléfono". ¡Resumen de hechos. Alguien no ha hecho bien su trabajo, Exteriores, el Gobierno o quien sea. Marruecos y Mohamed son asunto delicado!
Ione Belarra, secretaria general de Podemos y Ministra de Derechos Sociales: "A una parte del Gobierno le tiemblan las piernas por la presión del PP, la derecha judicial y la derecha mediática". ¡Cantinela de justificación. Si se ha cometido un error, que es el caso, hay que rectificar y dejarse de florituras demagógicas!
Pablo Iglesias, de profesión sus tertulias: "Si Sánchez pacta con el PP, lo pagará". ¡¿A qué se refiere a la pérdida de las elecciones o a la ruptura inminente del Gobierno de coalición? Qué desfaenado está!
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid: "Lo mejor de Ciudadanos ya se vino conmigo". ¡Cortando por lo sano. No queremos a Villacís y punto!
Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid: "A veces hay que sacrificar las siglas para defender una idea y que la gente siga contigo". ¡Qué error estratégico. Se ha quedado en terreno de nadie. Es difícil gestionar el final!
Carles Puigdemont, el prófugo de Waterloo: "Hoy Europa es más justa. Podré volver libre". ¡Pues nada, que venga y le saludaremos y puede que también el juez Llarena. Y si luego quiere presentarse a las elecciones que lo haga. Vive en un mundo paralelo!
Teresa Jiménez Becerril, adjunta al Defensor del Pueblo y hermana del concejal asesinado por ETA, Alberto junto con su esposa Ascen: "Ni puedo, ni quiero olvidar. Pero tampoco deben olvidar los demás". ¡Con las víctimas siempre. Esta semana se han cumplido veinticinco años de su asesinato. Los tres sobrinos de Teresa, Ascen, Alberto y Clara -que entonces eran unos niños- han crecido sin padres, arropados por su familia y con el gran mérito de haber sido educados en el respeto y sin odio!