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EL INVERSOR ESTÁ DESNUDO / OPINIÓN

Lo que podemos aprender de la debacle de la plataforma de criptomonedas FTX

5/12/2022 - 

MURCIA. El escándalo en torno a FTX y Alameda Research debería hacer reflexionar a los inversores que durante los últimos años han dado la espalda a la inversión tradicional. No pocas veces hemos escuchado argumentos como que los fondos tradicionales o ETFs -fondos de inversión cotizados- son vehículos aburridos, cargados de comisiones y que uno tiene que armarse de mucha paciencia para lograr las rentabilidades exigidas. Los últimos acontecimientos me imagino habrán convencido también a los más forofos de las 'criptos' de que en aquel sector tampoco todo es oro lo que brilla.

Lo cierto es que este último episodio pesa fuerte sobre la credibilidad de las plataformas debido a que FTX no tenía fama de operar fuera de las reglas comunes, sino con licencias y hasta participó en encuentros de colaboración con fuentes reguladoras del mercado financiero en Estados Unidos. Así, la reputación tras muchos años de lucha contra todo tipo de prejuicios se ha ido al traste en pocos días. Ya no solo son los 10.000 millones de dólares que se han esfumado sino la caída de la confianza hacia el 'mundo cripto' por parte de inversores, políticos, reguladores y de toda la sociedad. Un sistema que se enfrenta a inquietudes y desconfianza, que desde luego lo tendrá difícil para sobrevivir en el formato actual.

Lo que sin duda podemos aprender de la experiencia es volver a poner en valor lo que son los aspectos básicos en formación financiera y aplicable, no solo a la inversión tradicional sino a cualquier tipo de activo en el que se quiera invertir. Estos aspectos no son otros que los siguientes:

  • Operar en un sistema regulado. Deben ofrecer unas mínimas garantías que permita obtener transparencia sobre los flujos, el origen y el destino del dinero. Sin un actor supervisor independiente, que sea respetado y reconocido por los actores del mercado, es difícil garantizarlo. Muchos inversores huyen de la regulación, a veces con buen motivo, pero reconozcamos que es lo que permite poner un poco de orden y mayor protección del inversor
  • Diversificar el dinero en activos con diferentes características. Las criptomonedas son un activo más dentro del universo inversor y así es como hay que tratarlas. Sin duda, veremos de una forma distinta a estos activos en unos años, nacerán nuevos y también puede que otros -hoy en activo- desparezcan por completo del mapa. Lo que está claro es que los productos financieros tradicionales operan en mercados regulados y por ello, ofrecen seguridad y protección. Es imposible que en un fondo de inversión de la noche a la mañana se vea enfrentado por un agujero como el arriba comentado. Primero porque un fondo está respaldado por activos reales y el inversor sabe perfectamente a dónde ha ido a parar su dinero. Segundo porque una posición de activo real no representará más del 2% sobre el capital total del fondo, por lo que tendrían que quebrar varios activos a la vez para provocar un tal agujero. Dicha diversificación permite repartir el riesgo y así limitarlo con el fin de ofrecer mayor protección al inversor
  • La confianza en un activo o empresa está bien, pero comprobar que la merece, mucho mejor. Lo que ha ocurrido con la plataforma FTX no es algo nuevo, ya ha habido otros casos pero con menos ruido. Muchas veces el inversor confunde la transparencia con el control regulado. La transparencia es requisito de la regulación, pero no significa que haya control por parte de la autoridad. En el caso de FTX muchos inversores pensaban que el hecho de tener licencia para operar en distintos países era sinónimo de una regulación adecuada. Esta recomendación por supuesto también se aplica a cualquier otro activo. La diferencia de invertir en un producto o activo de inversión tradicional frente a los activos cripto es que el proveedor, a través del que está comprando el activo tradicional, está obligado a garantizar un mínimo de condiciones para su seguridad y protección porque opera en un mercado controlado por una autoridad supervisora. En este sentido, lo lógico sería que el inversor que vela por sus ahorros los ponga a trabajar en un mayor porcentaje en productos o activos tradicionales, para evitar sustos.

Hay un hecho al que no nos podemos negar y es la circunstancia de que la inversión tradicional está construida sobre fundamento sólido. En los últimos años, la inversión alternativa ha tomado mayor relevancia y con buen motivo ya que es un complemento para conseguir una mayor diversificación de una cartera de inversión. Lo que ocurre es que no habría que utilizarla como estructura base. En función del tipo de activo alternativo que se utilice puede tener más o menos peso. No es lo mismo utilizar alternativas soportadas por un valor real (empresas no cotizadas, inmuebles, seguros de vida...) que criptodivisas adquiridas en un sistema que a día de hoy todavía no ofrece la seguridad y protección que se requiere.

Christian Dürr es socio-director de ETICA Patrimonios EAF

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