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LA OPINIÓN PUBLICADA / OPINIÓN

Un chuletón al punto de cambio climático

11/07/2021 - 

MURCIA. Llevaba todo el mundo meses cachondeándose de Alberto Garzón, ministro de Consumo sin competencias, sin medidas y sin intervenciones públicas, cuando súbitamente Garzón difundió un vídeo en el que recomendaba consumir menos carne, y especialmente carnes rojas, por su elevado coste energético.

La reacción de la clase política no se ha hecho esperar: dirigentes de todos los partidos se han lanzado sobre Garzón, ese insensato, irresponsable, ese loco integrista que quiere quitarnos el chuletón de nuestras fauces. Y, notoriamente, lo han hecho desde el PSOE, socio principal del Gobierno en el que está Garzón, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la cabeza. Opina el presidente que su chuletón que no se lo toquen, que al punto está imbatible (da la sensación de que, si le hubieran puesto un chuletón bien cocinado delante, ni los cazas rusos haciendo una incursión habrían logrado que Sánchez se moviera de ahí).

Puede entenderse que la oposición reaccione en tromba y se envuelva en la carne, como Fraga prometía atar a los perros con longaniza; para eso es la oposición, y ya sabemos, en los tiempos que corren, que prácticamente todo lo que haga el Gobierno les va a parecer mal. Pero es sintomático del Gobierno que tenemos que su presidente, Pedro Sánchez, aproveche unas declaraciones de uno de sus ministros para arrimar el ascua a su chuletón y sacarse unos cuantos votillos de pura demagogia barata, y si es a costa de atormentar y ningunear un poco más al socio minoritario, Unidas Podemos, mejor que mejor.

Alberto Garzón. Foto: E. PARRA. POOL/EP

En efecto, es sintomático de cómo es Pedro Sánchez que reaccione así, cuando su Gobierno ha emitido abundante documentación de sensibilidad ecologista que muestra, sin lugar a dudas, lo que todos sabemos: el ritmo de vida que llevan las sociedades occidentales, entre ellas la española, no es sostenible en el medio y largo plazo. Podemos seguir con nuestro chuletón, nuestros aviones y nuestro consumo energético, pero la próxima vez que se forme una cúpula de calor igual no es en Canadá. Si luego el calentamiento global y el puerto de Valencia, al 50%, se cargan nuestras playas, que no se quejen. Si proliferan más y más las enfermedades respiratorias entre los niños derivadas directamente de la contaminación, esto es lo que hay. Y así con una cada vez más larga y más ominosa lista de efectos derivados del cambio climático y el uso excesivo, el abuso, de los recursos disponibles.

Es patético que Pedro Sánchez desmienta a su propio Gobierno (no sólo a Garzón, sino a la acción de su Gobierno en pleno, vicepresidenta de Medio Ambiente incluida) y a la evidencia científica para soltar un comentario de cuñao que le permita asociarse con lo que él piensa que es popular. Patético, pero muy propio del personaje, pues ya hace mucho que sabemos que Sánchez es un político desprovisto de principios ni ideología, y que hace lo que piensa que le rentará más en términos electorales. Piensen en Sánchez como en uno de los muñecos de José Luis Moreno; Macario, por ejemplo, siempre muy contento de decir lo que pondrá contentos a más votantes, por incongruente que resulte.

Foto: ISABEL INFANTES/EP

Esto es lo que hay, y lo que hay es deprimente. Tenemos líderes muy ecologistas, siempre y cuando no tenga que cambiar absolutamente nada en nuestras costumbres y lujillos. Que dan ejemplo... mal ejemplo, evidenciando que no piensan gestionar o tomar absolutamente ninguna decisión que quede mal en las encuestas, aunque las cosas comiencen a arder a su alrededor. En efecto, va a ser responsabilidad de los ciudadanos, vista la catadura de sus líderes, intentar mitigar en alguna medida la terrorífica y muy acelerada decadencia del equilibrio de nuestros ecosistemas. Sin ir más lejos, no hace falta que les recuerde que la situación de pandemia que vivimos desde hace año y medio, y que ya ha matado a más de cuatro millones de personas en todo el planeta, también es una consecuencia directa de nuestro uso y abuso del medio ambiente.

Y sí, me gusta la carne, y a mí también me gusta tomarme alguna vez un chuletón. También hago viajes en coche (aunque los rehúyo cuanto puedo) y, si no me queda otro remedio, alguna vez en avión. Algunas cosas son inevitables, otras pueden paliarse, y otras, como el chuletón, hay que ser muy conscientes de que son un lujo y que, como tal, no son en absoluto inocuas. Ni para el medio ambiente ni para la salud.

Evidentemente, salir a decir que hay que tomar menos carne no es popular, porque a la mayoría de la gente le gusta la carne, porque se percibe como una intrusión en nuestras libertades y en el modo de vida que creemos que es habitual, mimetizado de la barbarie de consumo de alimentos que es Estados Unidos, siempre obsesionados en todo, y también en la comida, con lo grande y lo excesivo. A veces, nuestros líderes deberían hablarnos como si no fuésemos consentidos niños pequeños; es bueno que aconsejen y modulen el debate público. Eso es lo que ha hecho Garzón, por una vez: comportarse como un líder (no puedo creer que esté escribiendo esto, pero así es). El presidente Pedro Sánchez, en cambio, se ha comportado como un trilero sin principios, una vez más (esto sí puedo creer que lo estoy escribiendo).

José Luis Moreno y Macario. Foto: YouTube

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