MURCIA. El cómic como una forma diferente de acercarse a una realidad que diez años después sigue resultando dolorosa y como herramienta divulgativa para entender y, sobre todo, para saber qué hacer si la tierra vuelve a temblar. Esto es lo que plantea la publicación Lorca. Las costuras del tiempo, que ha editado el Ayuntamiento de la Ciudad del Sol con motivo del décimo aniversario del seísmo que causó nueve muertos, 324 heridos y más de 1.000 millones de euros en daños.
"Es más que una guía escolar -aunque se esté repartiendo en los centro educativos-, ya que su carácter divulgativo y didáctico hace que esté destinado a todos los públicos", señala Chema Lajarín, dibujante -o "pintamonas", como se llama él en clave de humor- y profesor de Artes Plásticas en el IES San Juan Bosco de Lorca; quien junto a su amigo Juan Antonio López, geólogo y director del IES Ramón Arcas de Lorca, son los autores de este cómic protagonizado por el topo Totopo, el sabueso Begener y el geólogo Rocky. Ellos serán los encargados de explicarle al lector que no, que la Tierra no está tan loca como parece y que terremotos y volcanes son fenómenos que han ocurrido siempre.
De hecho, Rocky recuerda que tienen lugar un total de 2.600 terremotos al día en el planeta -la mayoría inadvertidos- y que aunque "no sabemos cuándo, sí dónde, cómo y por qué se producen". Igualmente, este geólogo de sombrero naranja recuerda que el valle del Guadalentín no lo hicieron los ríos, sino grandes fallas activas como la de Alhama de Murcia, que fue, precisamente, la que ocasionó el terremoto de Lorca del 2011.
Según comenta Lajarín, el formato del cómic permite mostrar la realidad de los terremotos sin ahondar tanto en el dolor como lo pudiera hacer una fotografía, que recoge de forma mas cruda sus consecuencias. Además, en Lorca. Las costuras del tiempo se ha rescatado una selección de los dibujos que realizaron sus alumnos en aquel momento, como una especie de terapia que él les propuso tras los terremotos. "Los guardé porque mostraban cómo vivieron ellos los seísmos en primera persona y porque había trabajos muy potentes hechos por unos chavales que por entonces tendrían entre 12 y 16 años".
Para explicar lo que se debe hacer y lo que no durante un terremoto, los autores del cómic rinden una especie de homenaje a Rue Percebe y plantean el juego de averiguar cuál de los inquilinos del inmueble está actuando correctamente. Porque hay que saber que "un terremoto no muy grande puede ocasionar muchos daños", advierten en esta publicación, por lo que es de gran importancia conocer bien el lugar donde se vive (y los principales riesgos que entraña en caso de un terremoto) y actuar sin perder la calma.
Una de las recomendaciones es la de esperar a que termine la sacudida para salir de la vienda (a no ser que ésta sea muy vieja y tenga peligro de derrumbe) -de hecho, muchas víctimas se producen por salidas precipitadas mientras caen cornisas, cascotes y otros elementos de los edificios-; también la de no utilizar el ascensor; protegerse la cabeza; o alejarse de las ventanas con cristales, paredes exteriores y muebles que puedan caerse. En clase, por ejemplo, lo mejor que pueden hacer los alumnos es meterse debajo del pupitre y cubrirse la cabeza con los brazos.
Según el geólogo Juan Antonio López Martín, el efecto devastador del seísmo en Lorca se debió a que "se agolparon las ondas sísmicas" y por el lugar por el que se rompió la falla de Alhama de Murcia; todas las ondas fueron lanzadas hacia la ciudad de Lorca y eso hizo mucho daño". Recuerda, en este sentido que la ciudad se asienta sobre las laderas del castillo, compuestas por materiales inestables, con sedimentos sueltos "que amplifican las ondas sísmicas". Contra los terremotos se lucha, ha añañdido, "construyendo mejor y teniendo a la ciudadanía informada, porque un gesto te puede salvar la vida".
Ahora el reto es que la población no se olvide del riesgo sísmico y de cómo actuar ante un terremoto, objetivo del cómic que han elaborado los dos profesores lorquinos, en el que señalan que "los volcanes y terremotos son fenómenos naturales con los que podemos y debemos convivir". Para ello, "hay que conocer y respetar la naturaleza".