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ENTREVISTA

“Solo hay una oportunidad y la aprovechamos”, así lo cuenta el ‘ángel’ que salvó la vida del suboficial hundido

13/07/2020 - 

CARTAGENA. Raúl Rodríguez rescató el pasado martes al patrón (un sargento primero de la Armada) de una empujadora que se hundía en el Puerto de Cartagena. Tras lograr salvar su vida, Raúl relata cómo vivió ese momento, cuál fue el impulso que le llevó a actuar y cómo consiguió transformar en una hazaña lo que podría haber sido una tragedia.

El martes 7 de julio, cuando el grupo de buceo con base en el Club de Regatas de Cartagena salía del Puerto, oyó por el canal de comunicación 12 que había una embarcación se hundía en la dársena de Cartagena, un llamamiento al que acudieron para tratar de echar una mano. Al llegar al lugar, Raúl Rodríguez, gerente del club YoBuceo, relata que la primera impresión fue de curiosidad, de impresión. Sin embargo, en ese momento, al percatarse de que había una patrullera del ejército y una empujadora cerca, oyeron un grito “bastante atacado, diciendo que el patrón estaba aún dentro de la embarcación”. “En ese momento, se nos cambió la cara de curiosidad, al ser una situación de emergencia”.

En estos casos el buceador, “los estudios dicen que una persona sumergida pierde la vida a los siete minutos; hasta ese momento, por medio de técnicas de primeros auxilios, se le puede recuperar”. Confiesa que lo más probable, a pesar de toda la formación posible, “no te encuentras en una situación como esta a lo largo de toda tu vida. Una situación así, de rescatar a alguien que se encuentra al borde de la vida y la muerte, no la he vivido nunca”. En cuestión de dos minutos, organizaron dos equipos: uno que bajaba primero y otro que se quedaba en la superficie.

El buceador cuenta que “realmente sólo hay una oportunidad, porque todo es fango y sólo puedes verte la mano”. Descendió hasta la empujadora, ya hundida (a unos 20 metros de profundidad), por medio del cabo que la conectaba con otra embarcación, palpando hasta localizar al patrón, que estaba buscando la salida. “Con bastante miedo y prudencia, le introduje el regulador en su boca (en la del patrón) para respirar. Se relajó muchísimo y mi desesperación y mi susto se convirtieron en esperanza y optimismo. Se agarró a mí y yo le agarré la cabeza para que sintiera que estaba siendo protegido”.

Una vez en la superficie, al patrón (Iván Caseiro) le recogieron sus colegas entre una multitud de aplausos por el exitoso rescate. En caso de que alguien sufra una situación similar, “lo principal es estar seguro: si no estás seguro, no hagas nada. La consigna en estos casos es que, si hay víctimas, que sea sólo una. Esta era una de las opciones en aquel momento, porque habitualmente no estamos preparados para este tipo de acciones”. “La recomendación es parar, observar, evaluar la situación, elaborar un plan y actuar: es la consigna de todo curso de rescate”. El buceados confiesa que, aunque se explique todo el protocolo, “nunca sabes si vas a reaccionar así en caso de que te pase”. Ellos tuvieron la suerte proceder adecuadamente.

Raúl Rodríguez narra que el patrón de la empujadora, con quien ha podido entablar una amistad que inició con un recuerdo inolvidable, es un “hombre súper preparado; se lo noté en el momento. Está claro que se salvó porque es un hombre muy bien entrenado, que vio la oportunidad de meterse en un hueco de aire hasta que se le acabó y llegué yo. Tenía que ser así, tiene todo un futuro por delante. Rescatarlo con vida fue una sensación muy satisfactoria”.

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