MURCIA. Félix Rodríguez de la Fuente descubrió a varias generaciones de españoles la riqueza de la fauna ibérica, la importancia de preservar el medioambiente y que el lobo no era tan fiero como lo pintaban. Ahora, coincidiendo con la efeméride del 41 aniversario de su muerte, se ha inaugurado en el Museo Baráon de Benifayó de San pedro del Pinatar una exposición mixta dedicada al que fuera pionero en la defensa de la naturaleza en nuestro país.
La alcaldesa de San Pedro del Pinatar, Visitación Martínez, la concejal de Cultura, Mari Carmen Guirao y el presidente de Amigos de los Museos, Marcos David Gracía, han acompañado a Rafael Onieva, fotógrafo de Félix Rodríguez de la Fuente en el popular programa El Hombre y la Tierra, y al artista plástico Jesús Inglés -que se define así mismo como un artista en sintonía con la tierra que trata de aunar y reconectar el ser humano con la naturaleza- durante la presentación de la muestra, que se podrá visitar hasta el 25 de abril.
La influencia de Félix Rodríguez de la Fuente, considerado el más importante divulgador ambientalista español, perdura con fuerza 41 años después de su muerte. Así lo demuestra ésta fusión de fotografía consciente y pintura hiperrealista que el año pasado no se pudo exponer por la pandemia. Un homenaje al gran legado que Félix dejó tras su precipitada muerte y que seguirá siempre vivo.
Jesús Inglés, nacido en 1988 en Cartagena, asegura que "Félix me enseñó que el ser humano como especie dominante tiene el deber y la obligación de cumplir un papel en la naturaleza, la sagrada responsabilidad de proteger nuestra Tierra que como una madre entregada a sus hijos, nos da todo a cambio de nada". Por eso considera que "si seguimos destruyendo el planeta que nos soporta, que nos nutre y que nos da la vida, sobre esos cimientos que la naturaleza ha creado durante miles de millones de años, iremos hacia nuestra propia extinción".
Además, recuerda lo que dijo el naturalista español: "El hombre es síntesis del Universo, el planeta es síntesis del Universo, entre el hombre y la Tierra hay el abrazo profundo, el cordón umbilical irrompible, que puede haber entre el niño y la madre, cuando el niño está en el claustro materno. Si el cordón se rompe, el niño muere, y la propia madre está también en peligro".
