MURCIA. Todo territorio tiene su historia y, según a quién le preguntes, quizá guarde también los secretos de los episodios más morbosos que ha vivido a lo largo de su historia. De Sierra Espuña a Bullas, las leyendas se expanden por toda la Región. Aquí seleccionamos algunos lugares que visitar para redescubrir esa otra historia que esconden.
Su pasado como hospital de pacientes terminales y su emplazamiento apartado y rodeado de bosques, hacen de éste uno de los sitios de la Región más visitados por cazadores de psicofonías y seres ectoplasmáticos.
Era el edificio más grande que jamás se había levantado en Sierra Espuña. Los casi 2.600 m2 de planta y 7.276 construidos harían de este hospital una de las obras de mayor envergadura de la historia de estas montañas, diseñado con capacidad para 56 enfermos, aunque la saturación de ingresos en determinadas épocas fue tal, que el número de camas se hubo de multiplicar hasta por tres para atenderlos. Se inauguró en 1935 y cerró definitivamente el 10 de mayo de 1962. Aunque debido al mal estado del edificio no se puede entrar en su interior, merece la pena rondar por sus alrededores. Aviso: extrañas sombras reflejadas en las fotos, puertas y ventanas que se cierran sin explicación y bandadas de murciélagos que van y vienen pondrán a prueba tu valor.
Son muchas las historias que circulan sobre el Sanatorio para Tuberculosos de Sierra Espuña... desde que en su interior se oyen murmullos y quejidos, hasta que se aparecen sombras fantasmales y una dama vestida de blanco se deja ver por las estancias donde a principio del siglo XX agonizaban los enfermos. El paso de los años y el abandono del edificio no han hecho sino acentuar ese halo de misterio que hace de este viejo sanatorio el escenario ideal de una historia de miedo. Así lo entendió el equipo de la startup murciana Superlumen, que introdujo sus cámaras especiales de 360 grados en el fantasmagórico edificio para rodar escenas de su videojuego de realidad virtual Desolatium. "La verdad es que allí dentro se te ponen los pelos de punta", reconoce Chema Coca, diseñador de vídeojuegos del estudio instalado en el Parque Científico de Murcia, quien apunta que también han utilizado imágenes de la Batería de las Cenizas de Cartagena, del Castillo de la Asomada del Puerto de la Cadena o de La Ñora, entre otros, para que sean los escenarios de la Región donde se desarrolla el argumento de este videojuego de gran realismo.
El Monte Arabí es otro de los lugares clave para los amantes del misterio. Actualmente protegido como parque natural, este enclave del Altiplano es un sitio habitual para senderistas y montañeros, pero también es uno de los lugares con un halo mágico más poderoso de la Región. Son muchas las personas que han percibido un campo energético especial. Antiguos pobladores eligieron estas montañas para hacer rituales. También se han visto esferas luminosas en la zona y apariciones de figuras femeninas con túnicas luminiscentes. La leyenda más popular es la de la Cueva de los Tesoros. Según parece, tras un laberinto de estrechos pasadizos, se llega a una puerta custodiada por dos vigilantes armados tras la cual espera un magnífico tesoro.
En Águilas existe también otro lugar dado a las leyendas. En el municipio, Yegua Blanca es el nombre que se le da a una gran piedra blanca que recuerda a una yegua o caballo que estuviera subiendo por las estribaciones de las montañas del lomo Bas a la altura aproximada de la Pinilla.
Cuenta la leyenda que, en plena Reconquista, tuvo que huir de estas tierras un príncipe o califa moro al que perseguía un grupo de ávidos caballeros cristianos. El príncipe en su huida sólo llevaba sus bienes más queridos, que eran su esposa, una bella mujer de atuendos y velos negros, sus tesoros y sus dos mejores corceles: un alazán negro y una yegua blanca en la que iban su mujer y parte de los tesoros.
Pero el príncipe, que también conocía las artes de la hechicería, viéndose perseguido, se bajó del caballo, desmontó sus tesoros y a su princesa, encendió una vela y rezó un hechizo que sólo él sabía, mientras daba siete vueltas en sentido inverso a las agujas del reloj, (al tiempo que sujetaba en su mano izquierda la vela que portaba) entonces se abrió bajo sus pies la tierra y apareció una escalinata con catorce peldaños. El príncipe-mago bajó por ella a su mujer y sus tesoros, rápidamente dio las vueltas en sentido contrario, y la entrada secreta se cerró. Para recordar el lugar exacto lanzó otro hechizo y, tocando a la yegua, la convirtió en piedra, y acto seguido viendo que sus perseguidores ya trepaban entre los jarales y los altos romeros de las faldas de la montaña, se montó en su negro alazán y, envuelto en una capa negra, se perdió en la noche.
El Salto del Usero de Bullas, un paraje de aguas vivificantes y naturaleza durante el día, que por la noche se convierte en un escenario en el que, según dicen, el espectro de una mora revive su drama, ahogándose en esta poza por amor a un cristiano. En la mágica noche de San Juan se celebra la tradicional "Bajada de la Mora", congregando a cientos de personas que al filo de la medianoche se reúnen en torno a este espacio mágico.