CARTAGENA. Años y años de lucha ininterrumpida para exigir lo que todos los cartageneros deberían tener en sus barrios, unas infraestructuras y servicios básicos que, desgraciadamente los vecinos del residencial Buenos Aires, en Molinos Marfagones, han tenido que padecer desde comienzos de esta última década.
Dos aspectos tan sencillos como la luz y la red de saneamiento llegan ahora, entre el pasado año y el actual, para una zona que ha sufrido el abandono y la dejadez de la promotora -que se marchó a concurso de acreedores en 2017- y la inacción de las autoridades municipales durante todo ese tiempo: falta de infraestructuras en materia de iluminación, transporte, seguridad y en la red de saneamiento, graves problemas de movilidad, desde la ausencia de arcenes en condiciones y bici-sendas hasta la falta de señales de tráfico, semáforos y badenes.
Un auténtico calvario para este grupo de vecinos que se las prometían muy felices cuando adquirieron una vivienda en una zona junto a Molinos Marfagones y en la que se prometían servicios como pistas deportivas, tiendas, una piscina o un colegio. La espantada de la promotora fue el principio del fin (Cartagena Joven entró en quiebra, los vecinos quedaron totalmente aislados e indefensos y nadie respondía por ese abandono) y sus habitantes eran muy conscientes que sin haber finalizado las obras, estaban perdidos, por lo que iniciaron una batalla para que recepcionara la obra por parte del Ayuntamiento y éste adquiriera los compromisos para solucionar los gravísimos problemas en el día a día.
Hace dos años el Ayuntamiento decidió ejecutar un aval de la promotora de 500.000 euros para poder acometer lo más acuciante en las instalaciones: la reparación de todas las luminarias y mejorar la red se saneamiento del complejo. De este aval ejecutado salió (130.000 euros), por fin, la reposición de todo el cableado del alumbrado público, debido a que fue robado, lo que provocó un apagón en muchas calles del residencial durante algún tiempo.
Esta misma semana han comenzado las obras para entroncar el alcantarillado de la urbanización en un colector desde la carretera RM-332, en las que el Ayuntamiento de Cartagena ha invertido 257.903,13 euros, que forman también parte del aval ejecutado por el Consistorio tras la quiebra de la empresa promotora.
Se trata de la instalación de una tubería de PVC de 400 milímetros de diámetro y, además, se van a construir muros de contención de hormigón armado a ambos lados de la carretera, con el fin de no ocupar ni producir ningún tipo de derrame de tierras en los terrenos colindantes.
Tal y como ha explicado el concejal de Servicios Municipales, Juan Pedro Torralba, “estas obras son esenciales para garantizar la calidad del servicio de saneamiento de las cerca de 200 familias que viven en el residencial, así como para que pueda ser recepcionada la fase 1 de la urbanización”.
De esta forma, la finalización de estos trabajos permitirá al Ayuntamiento poder hacerse cargo del mantenimiento de la urbanización y recepcionar los espacios e instalaciones públicas de la fase 1.
Los problemas, no obstante, no quedan aquí. Las comunicaciones, la limpieza de las zonas verdes y unos accesos seguros siguen en el aire.