MURCIA. Estaremos de acuerdo en que no hay nada como un cementerio para sentirse rodeado de infinidad de misterios; los que representan las vidas de aquellos que allí son recordados de una forma que, a veces, puede llamar poderosamente la atención, ya sea con enigmáticos epitafios, ostentosos panteones o símbolos que solo pueden comprender los más iniciados en la materia... De todo esto sabe mucho el escritor Santi García, quien este martes (19.30 horas) presenta su libro Cementerios insólitos. Murcia en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés en la Gran Vía de Murcia. Se trata de la tercera entrega de una colección sobre cementerios de España que inició con Cartagena y La Unión; y seguirá con Elche, Yecla, Lorca, Alcoy y Valencia, según explica el arqueólogo y autor de diferentes libros sobre misterios de la Región; algunos de los cuales, por cierto, comparte cada domingo con los lectores de Murcia Plaza.
Esta nueva publicación esta centrada única y exclusivamente en el cementerio de Nuestro Padre Jesús de Espinardo, ya que cuando el autor se puso a trabajar se dio cuenta de que solo con este camposanto "podía llenar 500 o 700 páginas". Finalmente, lo ha dejado en 300 páginas plagadas de datos documentados sobre muchos de sus 'huépedes' más destacados, las interesantes historias que protagonizaron y los símbolos que les acompañan en su descanso eterno. Información que podría ampliar en un futuro, ya que en este libro solo ha abarcado una parte de este cementerio que en un principio, según se recoge en la publicación, iba a estar dedicado a San Cristóbal, aunque por mediación de las Siervas de Jesús y por la devoción de la ciudad, terminó llamándose de Nuestro Padre Jesús.
Uno de los panteones que Santi García recoge en su libro es, por ejemplo, el de Pedro Pagán Ayuso, quien fue alcalde de Murcia a finales del XIX. Allí también descansa su hermano Enrique Pagán y Ayuso, quien como recoge la prensa de la época "fue vilmente asesinado en Madrid el 27 de febrero de 1898". Un crimen que, al parecer, dio mucho que hablar y cuyo juicio no quedó muy claro.
También es llamativa la historia de Carlos Francelius, un "profesor dentista" quien a finales del XIX -y según rezaba su propia publicidad- ponía "toda clase de dientes, desde uno hasta una dentadura completa", además de hacer "todas las operaciones concernientes a su arte" en su consulta de la calle San Cristóbal de Murcia. Pues, como cuenta el autor del libro, este personaje de origen ruso hizo mucho dinero y compró importantes propiedades, como las minas de Mazarrón, entre otras. Además, se introdujo en la masonería, algo que le llevaría a querer que su panteón tuviera forma de pirámide y estuviera orientada a la Estrella de Draco. Finalmente, los arquitectos no pudieron terminar la pirámide, quedando tan solo la base cuadrada donde estaba proyectada.
El cementerio de Murcia también tiene su particular Taj Mahal. Se trata del panteón de la familia Erades, hecho a imagen y semejanza de la tumba de Abelardo y Eloísa del cementerio Père Lachaise de París. Esta impactó tanto en un pesaroso viudo murciano -había perdido a su mujer solo tres años después de casarse- que quiso construir una tumba parecida para su gran amor.
Otro panteón que no pasa desapercibido es el de Rogelio Manresa, en el que están representadas las tres virtudes teologales. Este señor en cuestión fue el que trajo la primera línea eléctrica a Murcia.
La simbología también esta muy presente en el libro de Santi García, destacando la que está compuesta por tres lírios, que representan el deseo de ser acogido por la Santísima Trinidad.
Todo esto solo es una mínima parte de la información que el autor ha recogido en Cementerios Insólitos. Murcia, donde también habla de la novia cadáver, amores eternos, ánimas benditas, animales fantásticos, ángeles -como el de la pequeña Fuensanta Tortosa-, el loco cuerdo o el gigante de hierro, entre otro muchos temas.
