CARTAGENA. Tras concluir los procesos de limpieza, desalinización, conservación y estudio, el Museo Nacional de Arqueología Subacuática ARQUA, el museo estatal del Ministerio de Cultura y Deporte con sede en Cartagena, incorpora a su colección permanente dos cañones recuperados en el yacimiento de la fragata 'Nuestra Señora de las Mercedes', la misma que inspiró a Alejandro Amenábar la serie La Fortuna de Movistar+.
Estas dos piezas de artillería de bronce fueron recuperadas durante la tercera campaña arqueológica llevada a cabo en 2017 en el yacimiento, ubicado a más de 1.100 metros de profundidad. Ambas culebrinas aparecían referenciadas como "dos cañones de bronce inútiles" en el manifiesto de carga de la fragata a su salida del puerto de El Callao (Lima, Perú), de 28 de marzo de 1804. Al estar en desuso, se incorporaron a la carga de la embarcación para aprovechar así la materia prima una vez fueran refundidas a su llegada a España.
En ellas se pueden contemplar, entre otras, inscripciones con sus denominaciones: 'Santa Bárbara' y 'Santa Rufina' o el nombre del maestro fundidor, Bernardino de Tejeda.
En el interior de las ánimas de ambas culebrinas se localizó un conjunto de reales de a ocho, con fibras vegetales adheridas procedentes de las sacas donde habían permanecido guardados. También había granos de cacao; y, en la Santa Bárbara, restos de un roedor. Probablemente, estos pequeños tesorillos fueron ocultados de forma intencionada por algún miembro de la tripulación.
Para la recuperación de las piezas se utilizó en la última de las campañas el vehículo submarino no tripulado ROV LIROPUS, del Instituto Español de Oceanografía, instalado en el Buque de investigación oceanográfico Sarmiento de Gamboa, gestionado por el CSIC a través de la Unidad de Tecnología Marina (UTM). El gran peso de las culebrinas de bronce, de aproximadamente dos toneladas cada una, y sus dimensiones añadieron dificultad a estas operaciones. No obstante, los resultados han sido más que satisfactorios, ya que una vez recuperadas se ha podido obtener una importante información sobre estas dos piezas renacentistas, lo que las convierte en un documento histórico de primer orden para conocer mejor la historia de los grandes fundidores españoles del s. XVI.
Así, la culebrina llamada Santa Bárbara mide 4,30 metros y fue encargada en 1586 por Fernando de Torres y Portugal, conde de Villar Don Pardo y virrey del Perú. Se trata de una pieza excepcional que, además, documenta un virrey que es muy poco conocido y que tras su mandato fue objeto de campañas de calumnias por la Inquisición, a la que se había enfrentado. Presenta numerosos campos decorativos en relieve formados por cenefas mitológicas dedicadas a la Abundancia, el cuartel con el encargo del conde del Villar, el escudo de Castilla y León y el nombre del artesano que lo fundió: Bernardino de Tejeda. Tiene dos asas de delfines que se repiten en la culata del cañón.
La de nombre Santa Rufina mide 3,80 metros y fue encargada en 1601 por Luis de Velasco y Castilla, virrey de Nueva España (México) y posteriormente del Perú. Presenta varios campos decorativos en relieve, el cuartel con el blasón familiar de Luis de Velasco, el escudo de Castilla y León, y el nombre del cañón y del fundidor (también Bernardino de Tejeda).
Cabe recordar que el ARQUA acogerá a finales de 2023 un gran proyecto expositivo de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, en el que además de España participarán México, Chile, Perú y Bolivia. Tras ver la luz en la ciudad portuaria viajará por el resto de países participantes, según anunció el Ministerio de Cultura, que comunicó que técnicos de cinco de los países implicados mantuvieron un primer encuentro para concretar los pasos a seguir en los próximos meses con el objetivo de que este proyecto expositivo llegue a buen puerto a finales del año que viene.