MURCIA (EUROPA PRESS). El agua es un bien necesario, fundamental para la agricultura. Pero también tiene su lado perjudicial. Las persistentes e intensas lluvias registradas durante el pasado marzo y la primera quincena de abril en la Región han perjudicado a un 30% de las cosechas previstas para este año, según han explicado en un comunicado fuentes de COAG, que han apuntado además que de las 360.000 hectáreas productivas existentes en el territorio murciano, unas 200.000 han resultado "afectadas o muy afectadas".
Así, las precipitaciones "han devastado cultivos e impedido labores esenciales para la preparación de cosechas, podas y recolecciones, con las agravantes de pudrición, asfixia radicular y hongos".
Entre los cultivos más dañados destacan el brócoli, la coliflor y la lechuga, con un 80 por ciento de cosecha con pudrición y asfixia radicular. Esto supone pérdidas de unos 12.000 euros por hectárea, 14.000 en el caso del melón, que, al igual que la sandía, no ha podido ser trasplantado y ahora se encuentra en los semilleros para ser destruido.
Mientras, el 90 por ciento de las plantaciones de sandía y melón anteriores a las lluvias de marzo "están muertas por asfixia radicular", a se suma que tampoco se puede preparar el terreno, todavía embarrado, para realizar las siguientes plantaciones. Estos daños afectan a las zonas en las que destacan este tipo de cultivos, como Lorca, Torre Pacheco o Cartagena. De esta forma, "ninguna comarca y ningún cultivo ha podido salir indemne", ha señalado COAG.
Y es que las precipitaciones han dejado cantidades de agua desconocidas en la Región de Murcia al superar los 250 litros por metro cuadrado en las cinco últimas semanas, lo que supone más del 80 por ciento de la lluvia media anual (315 litros). En algunas comarcas se han superado los 400 litros por metro cuadrado.
En el Noroeste, el Altiplano y las zonas altas de Lorca se estiman pérdidas en explotaciones cercanas a un 90 por ciento de la producción de almendra, por agua y heladas. Unas 40.000 de las 70.000 hectáreas de almendro han resultado "gravemente afectadas", según ha agregado COAG.
Por su parte, las intensas calimas de marzo, con abundante polvo sahariano, junto con las lluvias persistentes, han provocado daños importantes, destacando los problemas para romper el borrón de la fruta por el barro endurecido motivado por este polvo, que también ha producido un manchado importante, lo que impide su comercialización.
Por otra parte, las lluvias han provocado lavado del pistilo, por lo que se han caído muchos frutos y han aparecido distintos hongos. Cuando las precipitaciones se han producido en forma de granizo, se han destruido los frutos.
Así pues, se estima que un 70 por ciento de la producción de albaricoque en la Región de Murcia se ha perdido, como ha ocurrido con las variedades más tempranas de melocotón, nectarina y paraguayos. En el Altiplano, se ha perdido un 40 por ciento de la fruta de hueso, la fruta de pepita y la cereza.
Con respecto a la flor cortada, la cosecha se ha retrasado y mermado por la acumulación de días de lluvia y ausencia de sol, lo que ha generado una humedad muy elevada. La producción que se iba a recolectar esta Semana Santa se ha reducido en un 40 por ciento.
En Totana y Alhama de Murcia, en los primeros brotes de la uva de mesa se observan daños de mildiu -enfermedades que afectan a las plantas-, que con la lluvia no se han podido tratar a tiempo, lo que causará problemas en la calidad de la cosecha y una merma de producción.
En las variedades más tempranas de fruta de hueso, la impracticabilidad de los terrenos ha impedido realizar los tratamientos fitosanitarios correspondientes a los problemas fúngicos, con lo que existen plantaciones enteras perdidas por ataques de monilia, lepra y cribado.
En variedades menos tempranas, este episodio coincide con el final de la floración. La falta de actividad de las abejas y las malas condiciones ambientales por exceso de humedad han incidido en un mal cuajado de las flores, lo que redundará en una peor cosecha y de "muy mala" calidad.
Con respecto a los cítricos de estos territorios, la climatología ha favorecido la aparición de enfermedades fúngicas, lo que en cultivos aún sin recolectar y ya maduros ha conllevado la aparición de podredumbres y aguados que se irán expandiendo a las variedades siguientes en el orden de recolección.
El sector apícola de la Región también ha resultado muy dañado, con una alta mortandad de abejas que no han salido de las colmenas por la lluvia. La campaña del azahar, que representa más del 50% de la producción, no se ha podido recoger.
El presidente de COAG-IR, José Miguel Marín, ha expresado su "desánimo" por el panorama que arroja el balance que la organización ha recopilado en las oficinas comarcales de la organización en la Región.
"Es desolador; éramos conscientes de que el daño era severo, pero una vez pormenorizados por zonas y cultivos, el quebranto es muy superior a lo esperado y se produce, además, en el peor de los contextos conocidos por el agro murciano. Con unos costes de producción desorbitados, nos encontramos ahora con una buena parte de nuestras cosechas perdidas por las lluvias", ha explicado Marín.
COAG ha alertado de la "inadecuación" de los seguros a la realidad agraria, al considerar que no ofrecen coberturas adecuadas a los agricultores. "Lo que se creó en su día como un mecanismo de estabilidad se ha transformado en un negocio que solo pretende maximizar beneficios", ha precisado al respecto.
En este sentido, la organización agraria tiene prevista una jornada sobre seguros agrarios que tendrá lugar el próximo 25 de abril.