CARTAGENA. La nueva era del arma submarina española arrancaba hoy con el acto de puesta a flote del S-81, el primero de la serie S-80 y que ha tomado el nombre de Isaac Peral. Para este acontecimiento, histórico para la Armada, no podía faltar Felipe VI, quien estuvo acompañado por la Reina, doña Letizia, Leonor, princesa de Asturias y la infanta Sofía.
La princesa se convertía también en protagonista del acto, ya que fue la madrina de este primer sumergible de la nueva flota de submarinos. La foto con el impacto de una botella en el casco del submarino pasará a la historia de esta nueva era de los submarinos.
La familia real ha sido recibida en el astillero por la ministra de Defensa, Margarita Robles, y las principales autoridades autonómicas, entre ellas el presidente de la comunidad murciana, Fernando López Miras; el de la Asamblea Regional, Alberto Castillo, y el delegado del Gobierno, José Vélez.
Tras los saludos, se ha realizado una fotografía ante una placa conmemorativa del acto junto a una veintena de trabajadores del astillero que han participado en la construcción del S-81.
Posteriormente, los reyes y sus hijas han recorrido el interior de las oficinas de Navantia, donde han visitado el Centro de Diseño Virtual, en el que se ha proyectado un vídeo sobre este astillero, además de hacer una visita virtual al submarino.
La ceremonia ha comenzado con la proyección de un vídeo sobre el centenario de la puesta a flote del primer submarino en las instalaciones de Navantia, que ha precedido a las alocuciones del presidente de Navantia, Ricardo Domínguez; el Jefe del Estado Mayor de la Armada, Antonio Martorell, y la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Domínguez ha calificado el acto como un "hito histórico" para la defensa nacional y Navantia al haber superado el "mayor reto tecnológico" de la industria militar española, que tendrá la "soberanía estratégica" para construir por primera vez, y sin depender de otros países, un arma submarina.
Mientras, Martorell ha recordado que la puesta a flote de un buque es "uno de los días de mayor alegría" para la Armada, además de considerar un "inmenso honor" que la princesa de Asturias haya aceptado amadrinar el submarino.
Finalmente, Robles ha indicado que España "se siente orgullosa" de la labor de las Fuerzas Armadas y ha agradecido el trabajo realizado por Navantia, la Armada y la Flotilla de Submarinos, con base en el Arsenal de Cartagena.
Tras la proyección de otro vídeo con la navegación virtual del S-81 y la bendición del submarino por parte del capellán, la princesa de Asturias, acompañada por su padre, ha subido a una escalinata situada a la altura de la amura del sumergible, donde ha cortado la cinta con la bandera de España que sujetaba una botella de vino, que ha quedado libre y ha impactado contra el casco.
En la ceremonia, celebrada a escasos 400 metros de la sala donde se expone el primer sumergible de propulsión eléctrica capaz de lanzar un torpedo, diseñado por el marino e inventor cartagenero Isaac Peral en los años 80 del siglo XIX, también ha habido hueco para que la Familia Real se hiciera una fotografía ante el sumergible y otra con los más de 40 integrantes de la dotación de quilla del S81.
Esta visita supone un paso más en el proceso iniciado por la Casa Real para dar mayor protagonismo y visibilidad a la princesa Leonor, heredera al trono y que ha sido designada como la madrina del sumergible en el acto celebrado bajo el aviso de nivel amarillo por fuertes tormentas en el litoral de la Región de Murcia.
A partir de hoy, el S-81 Isaac Peral se trasladará desde el taller donde se ha construido en el astillero de Navantia hasta el mar mediante un dique inundable, una maniobra que requiere de varias horas y que se hará en días posteriores. Una vez en el agua, comenzarán las pruebas de puerto y, en una segunda fase, las pruebas de mar, con navegación en superficie e inmersión hasta su cota máxima.
Se calcula que en 2026, los cuatro sumergibles encargados a Navantia de la serie S-80 (el S-81 Isaac Peral, el S-82 Narciso Monturiol, el S-83 Cosme García y el S-84 Mateo García de los Reyes) estarán operativos.
Solo nueves países del globo -EE.UU., Francia, Reino Unido, Alemania, Suecia, Rusia, Japón, China y Corea del Sur- tienen actualmente la capacidad de diseñar y construir submarinos, un reducido grupo al que se sumará España de llegar el S-81 Isaac Peral a buen puerto.
En el caso de los S-80 (además del Isaac Peral Navantia realiza otros tres para la Armada), su construcción se tuvo que parar en seco en 2012, ocho años después de la puesta en marcha del proyecto, por un problema con los pesos, lo que obligó a replantear el diseño, alargando hasta los 80,8 metros de eslora, y más autonomía de desplazamiento. El techo de gasto se fijó en 2018 en 3.907 millones de euros.
Ello los convierte el arma submarina no propulsada con energía nuclear más avanzada del mundo, y susceptible de optar a contratos como el de la India, cuya Marina prevé comprar seis sumergibles.
Precisamente, en el acto desarrollado hoy han estado presentes los embajadores en España de Marruecos, India, Grecia, Australia y Canadá, países cuyas fuerzas armadas pueden tener un potencial interés en realizar encargos a Navantia para esta serie de submarinos u otro tipo de buques.