CARTAGENA. El arte también será protagonista del festival La Mar de Músicas de Cartagena, que en esta 28 edición tendrá a Canadá como país invitado. Será en su sección La Mar de Arte, que contará con exposiciones y performances a partir de la segunda semana de julio y hasta el 30 de agosto en diferentes espacios como El Batel, el Palacio Consistorial o el Casino de Cartagena. En este último enclave de la calle Mayor habrán cinco días de aperitivos musicales.
Tendrán un especial protagonismo los creadores locales, como el artista visual y sonoro Fito Conesa o la ceramista Catalina García. A ellos se unirán en La Mar de Arte el reconocido fotógrafo catalán Joan Fontcuberta, la artista queer Coco Guzmán y la canadiense Sylvie Bussières, entre otros.
La primera exposición que abrirá al público, titulada Paranza, gira en torno a la pesca en el Mar Menor. Esta palabra define al tradicional arte de pesca de fondo empleado en la laguna. En base a esta red laberíntica en la que se adentran mújoles, doradas y lubinas los creadores locales Catalina García, Chose e Ismael Cerezo diseñan de forma conjunta piezas cerámicas que son fruto de la unión del barro, el fuego y el agua. Los propios artistas inauguran la muestra en un pase abierto al público el próximo viernes 7 de julio, a las 20.00 horas, en el auditorio El Batel, lugar dónde se expone hasta el 30 de agosto.
El arte no está exento de música y cine. Así, Colectivo Retrovisor, que aglutina a creadores multidisciplinares de Cartagena, transgrede el muro entre la creación audiovisual y los espectadores de la pantalla. El sábado 8 de julio, tras la proyección de la película C.R.A.Z.Y. en el Patio Antiguo del CIM, protagonizarán un sesión de vídeojockey en la que a través del ritmo diseccionan el documental Rip! A Remix Manifesto, que trata sobre copyleft, creative commons y derechos de autor.
Los creadores de Retrovisor protagonizarán durante el festival cinco días de aperitivos en el Casino de Cartagena que mezclarán música y cine al mediodía bajo el nombre 'Aperipelis musicales'. El acceso a esta fiesta, que se celebrará del lunes 17 de julio al viernes día 21, será gratuito. Cada día contará con un dj diferente con una selección de música canadiense de diferentes épocas y estilos y una curada selección de piezas audiovisuales de la plataforma online de la National Film Board of Canada.
Fito Conesa es el cartagenero con más trayectoria exterior dentro de La Mar de Arte. Este artista y programador afincado en Barcelona ha expuesto en diferentes museos de europa y latinoamérica. En el festival presentará su exposición Sinfonía para Rouyn-Noranda. Esta obra ubicada en el Palacio Consistorial de Cartagena está compuesta por vídeo y una serie de partituras sobre metacrilato. Con ella Conesa cierra una trilogía sobre minería, paisaje y cambio. El propio artista la inaugurará el lunes 10 de julio a las ocho de la tarde.
De Cataluña llega también a La Mar de Músicas el prestigioso fotógrafo Joan Fontcuberta. Junto al Teatro Romano, en la sala de exposiciones Domus del Pórtico, esta figura reconocida a nivel internacional expondrá Trauma a partir del 11 de julio. En ella plantea una instalación de cajas de luz, murales y libros en los que el archivo es el centro de atención para uno de los hombres que de forma más lúcida ha cuestionado la percepción de la realidad a través de la imagen.
Las canadienses Cocó Guzmán y Sylvie Bussières mostrarán el talento del país invitado de La Mar de Músicas. La primera, reconocida artista queer, hará una rompedora propuesta artística con la cartagenera Catalina García. Juntas proponen una improvisación espacial a partir de objetos y materiales comunes y familiares para reinterpretar cómo se habita un espacio vacío ubicado entre las calles Aire y Cuatro Santos. El sábado 15 de julio, a las 21 horas, podrá visitarse in situ el resultado de esta sinergia mientras las artistas la están materializando.
Por último, también a partir de ese 15 de julio Sylvie Bussières se adentra con una exposición en el Palacio Consistorial sobre la botánica majestuosa y espectacular que contienen los herbarios de las colecciones científicas y los museos de historia natural, la que se vive en frondosos jardines y provechos huertos. Su trabajo es fruto de una fotografías que tomó a lo largo de caminos rurales durante el confinamiento y le inspiraron para convertir trazos de grafito en arte.