CARTAGENA. Marisol García, Adriana Jaime, Breanne Jaramillo, Bárbara Ruiz y Ana Trenza, cinco jóvenes empresarias a las que les une el nexo común que les facilita AJE Cartagena y Comarca y que comparten además la pasión que sienten por sus respectivos trabajos. "Las profesiones no tienen género", hasta ahí y sobre el papel, todo el mundo sabría que es una afirmación lógica y completamente razonable en este momento que vivimos. La capacidad, la cualificación, la actitud, la profesionalidad o la voluntad no entienden de hombres ni de mujeres. Entonces, ¿por qué este periodista se empecina en hacer esta pregunta?
"Lo que sucede es que por desgracia, en demasiados oficios no tenemos ningún referente femenino que nos haya servido de ejemplo. Por eso es tan necesaria la visibilidad de la mujer en determinados trabajos, para que ninguna niña pueda llegar a pensar que a lo que ella quiere dedicarse en el futuro, es una profesión solo de hombres", dice Marisol García, emprendedora y empresaria 'grabado a fuego en su adn, que es asesora fiscal, laboral y contable y actual presidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarias del Campo de Cartagena. "Tanto hombres como mujeres estamos perfectamente cualificados para realizar cualquier profesión. En determinados trabajos físicos, que requieran una fuerza física muy importante, sí que puede influir el género. A nivel intelectual, en ningún caso", apostilla Adriana Jaime, cofundadora de Voze, una empresa de interpretación telefónica y traducción.
"Sólo existe la calidad de un servicio y la cantidad de empatía y pasión que invierte cada uno en su profesión", explica Breanne Jaramillo, propietaria de First Class, empresa de gestión en formación y servicios lingüísticos. "No creo que existan profesiones masculinas o femeninas, existen profesionales buenos o malos" acaba concluyendo, por su parte, Ana Trenza, que posee una empresa de asesoramiento financiero y estratégico.
"En determinados sectores de actividad, tradicionalmente 'territorio de hombres'. Muchas mujeres con perfiles técnicos han tenido que realizar más méritos que sus compañeros para alcanzar el mismo puesto de responsabilidad", explica Adriana Jaime. "Una mujer tiene que demostrar su valía profesional, no creo que haya profesiones masculinas. Hay profesiones que te gustan o no te gustan", indica Trenza, por su parte.
"La mujer ha de demostrar", argumenta Marisol, "infinidad de méritos más para optar al puesto y para ascender una vez dentro. Todavía hay un techo de cristal que nos impide avanzar y llegar alto en determinados ámbitos".
"En las empresas", comienza indicando Bárbara Ruiz "predominaba la presencia masculina, lo que tendía a crear ambientes de feroz competencia, falta de comunicación, actitudes individualistas y una enorme burocracia. Hoy, sin embargo, ya podemos comenzar a imaginar un ambiente de trabajo distinto, si somos capaces de conciliar las habilidades de hombres y mujeres en relación con el trabajo". Jaramillo habla de un término que empieza a calar en su entorno "respeto mutuo". "Las mujeres pisamos igual de fuerte que los hombres en todos los ámbitos profesionales".
"Efectivamente", dice Bárbara, pero ese concepto no solo hay que incluirlo, sino hacerlo realidad. Es muy bonito y muy fácil hablar de conciliación, pero si las empresas no consiguen aplicarlo a la realidad, de nada nos sirve. En muchas ocasiones tener hijos es un obstáculo a la hora de poder acceder a un puesto de trabajo, mucho más si el puesto es de responsabilidad. Muchas mujeres se ven obligadas a elegir entre ser madres o desarrollar su carrera profesional y otras". "Es importante que nuestros hijos e hijas vean que sus padres han trabajado y criado por partes iguales y que las niñas tienen la misma oportunidad de desarrollarse como profesional y madre de una familia", opina Breanne.
Adriana apunta a una política estatal de conciliación que "ayudaría a que, tanto la sociedad como las empresas, tomasen consciencia de la importancia de repartir las tareas del hogar y los cuidados de forma más equitativa entre hombres y mujeres", algo en lo que coincide Marisol García: "Faltan políticas de igualdad en las empresas, y medidas de conciliación laboral. También hace falta flexibilidad y ayudas por parte de la administración para hacer esto posible. Llega un punto, en que la mujer que decide tener hijos, debe elegir entre el éxito laboral y la familia. Solo la igualdad nos librará de esta elección". "El concepto de conciliación hay que incluirlo para el avance en la calidad de la familia, tanto para el hombre como para la mujer" subraya Trenza.
"La capacidad de las personas no se mide por el género. Las personas (sin distinción de sexo) podemos aportar en cualquier trabajo o profesión, independientemente de quien la esté desarrollando en ese momento o de quien la estuviera desempeñando antes que nosotras" explica con contundencia Marisol, algo en lo que conviene Adriana "el aporte que se realice a cada trabajo vendrá determinado por las cualidades de la persona y no por su género". Mientras, Ana Trenza añade que, por su experiencia, la mujer tiende desarrollar "una gestión más desde su parte emocional que desde su parte racional, lo cual favorece la valoración actual de la inteligencia emocional".
Empatía y comunicación es lo que destaca Breanne "y la alta capacidad de hacer varias tareas simultáneamente y así producir mucho. En el año 2021 sinceramente, no creo que existen trabajos considerados masculinos o femeninos, sólo la capacidad de ser un buen profesional". Bárbara habla de "sensibilidad, comprensión y organización. Creo que en estos aspectos las mujeres destacamos más", apostilla.
"He visto demasiadas veces cómo determinadas personas eran mucho más correctas y respetuosos con nuestros compañeros o subordinados masculinos que con nosotras, o cómo en una negociación importante tienden a hablar con el hombre, aunque sea de menor rango, porque entienden que debe llevar la voz cantante y el peso de la negociación", dice la presidenta de AJE. "En algunas de mis reuniones comerciales, sí que he notado ciertas actitudes de 'mansplaining' y un tono condescendiente al tratar temas técnicos o monetarios", sostiene Adriana.
"En algunas ocasiones, a lo largo de mi vida profesional, me han preguntado en entrevistas como actuaría a la hora de tener hijos, pedirme que les hiciera un café en reuniones donde era yo el ponente, llamarme guapa en reuniones profesionales o preguntar directamente por 'el jefe' al entrar para pedir información", dice Jaramillo. "No son cosas que me hayan molestado digamos, porque estoy orgullosa de ser una madre trabajadora y jefa de mi área, pero sí que me he dado cuenta", añade.
Decía la periodista y escritora americana Gloria Steinem que "Feminismo no es repartirse 'el pastel' entre ambos sexos, es hacer uno nuevo". Habrá, por tanto, que tomar nota de esta receta.