MURCIA (EFE). Farmamundi cumple 30 años, tres décadas de cooperación farmacéutica durante la cuales esta organización no gubernamental ha podido mejorar la salud y la calidad de vida de treinta millones de personas de setenta países, estar presentes en algunas de las crisis humanitarias más importantes y destinar 160 millones de euros a la realización de proyectos sanitarios.
"Las ONG siempre decimos que nuestro objetivo es desaparecer o no estar pero me temo que vamos a seguir siendo necesarios muchos años", asegura a EFE el director general de la entidad, Joan Peris Lluch, para quien las "desigualdades son tantas" que hace falta "seguir sumando esfuerzos y recogiendo voluntades solidarias para transformar eso en ayuda efectiva y eficaz".
La entidad, que nació en 1993 con la misión de abordar la "preocupante realidad" de que un tercio de la población mundial carece de acceso a los medicamentos esenciales, ha llegado a treinta millones de personas en contextos "complejos y difíciles", algo que para Peris es "un logro" porque han podido llegar a regiones muy alejadas.
Durante estos treinta años, la entidad con sede en Valencia ha realizado 600 proyectos de cooperación, ha distribuido 2.700 toneladas de medicamentos esenciales y material sanitario en 70 países, ha participado con 311 intervenciones en las mayores emergencias humanitarias, y más de 680.000 personas han participado en 1.500 acciones educativos.
Recuerda que en la actualidad más de 100 millones de personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares, la mayor cifra registrada en la historia, y subraya que en tres décadas han contado con el apoyo y solidaridad de más de 6.400 farmacias. "La solidaridad farmacéutica transforma vidas y fortalece la salud global", añaden desde la ONG.
Durante ese tiempo se han gestionado 160 millones de euros, algo "muy difícil" porque, según Peris, la administración española, de la que Farmamundi se financia en más de un 70 %, es "muy exigente, lo cual está muy bien, pero en nuestros contextos justificar cada euro a veces se hace una labor compleja porque no hay una economía formal".
"La buena noticia es que hemos logrado justificarlos: no se ha perdido ni un euro y con unos niveles de eficacia y eficiencia muy altos", asevera Peris, al frente de la entidad desde 2017.
También subraya a EFE el "equipazo" del que dispone la entidad, que sigue teniendo las diez mejores puntuaciones de las convocatorias donde concurren más de 100 ONG, y eso, señala, es el resultado de "una labor de equipo enorme".
"El círculo de nuestro actuar es identificar la necesidad, conseguir el dinero, que se ejecute y justificarlo", explica para añadir: esto ha permitido a Farmamundi ayudar a "mejorar la salud de 30 millones de personas en 30 años, esa es nuestra razón de ser".
La ONG ha estado presente en muchas crisis humanitarias, la más reciente la invasión rusa de Ucrania, y siguen trabajando en muchas emergencias internacionales a causa de conflictos armados, como Yemen, o por crisis prolongadas de larga duración y muchas de ellas olvidadas, como en Kenia.
"Hay mucha gente que sigue requiriendo una asistencia sanitaria y unas necesidades básicas que no tienen cubiertas y nosotros nos tenemos que adaptar a cada una de las crisis", tanto si se producen por un conflicto armado como por catástrofes naturales como terremotos o huracanes.
Además, subraya que el hecho de ser un almacén humanitario acreditado por la Unión Europea les hace ser "únicos en España en este sentido". "Tenemos un almacén de 700 metros cuadrados con un stock permanente de medicamentos y una kits conformados para ser muy rápidos, y cuando hay una emergencia internacional podemos salir en 24 horas", valora.
Así, a través de la financiación de la Agencia Española de Cooperación pudieron enviar, durante la pandemia, más de dos millones de euros en medicamentos para combatir el COVID en países como Brasil, Bolivia, la India, y también en España suministraron, teniendo como socio estratégico a la Cruz Roja Española, un millón y medio de euros en mascarillas o guantes en un momento en que España tenía dificultades para diferencia el material sanitario adecuado del que no lo era.
De cara al futuro "tenemos muchos retos por delante pero siguen siendo muy necesario facilitar el acceso a medicamentos en muchos países donde no lo tienen", señala Peris.
Otros objetivos son fortalecer la atención primaria en salud, mejorar el acceso al agua potable y al saneamiento, priorizar el trabajo con mujeres y niñas o la protección de las personas refugiadas.
La ONG también trabaja con más de 25 universidades en toda España, donde un equipo de 46 personas que hacen educación para el desarrollo y la transformación social desde el ámbito de la salud, trabajan para que los jóvenes conozcan la importancia del acceso a la salud y que en nuestro país "somos privilegiados por tener una salud publica de calidad".