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De los 14 locales sólo quedan ya dos abiertos

¿Es el fin de Foodtopía? Peligra el proyecto que quiso cambiar el mundo con un plato de lentejas

Fotos: CEDIDAS

12/11/2021 - 

MURCIA. El final de un sueño. Foodtopía avanza, si nadie lo evita, hacia los últimos compases de un proyecto que combinó tecnología alimentaria y compromiso social para contribuir a la conservación del planeta y suministrar platos de comida a precios imbatibles. 

Jesús Pagán, ingeniero industrial nacido en Alcantarilla en 1951, fue el cofundador en 2015 y actual presidente del proyecto Foodtopía, una iniciativa basada en el conservacionismo alimentario como única solución para evitar el final de ciclo al que nos empujan el sobrecoste del actual sistema alimentario.

Bajo este principio la empresa diseñó un novedoso sistema de cocción, basado en la tecnología de procesos termodinámicos. El resultado: platos de cuchara de los de toda la vida cocinados sin florituras, a un coste bajísimo y con un mínimo consumo de energía.

La empresa todavía mantiene los principios que explica Pagán: "Tal vez no era el momento o tal vez la sociedad no estaba lo suficientemente comprometida", aclara al otro lado de la línea. Pagán enumera los problemas de una sociedad donde solo en Europa se desperdician 88 millones de toneladas de alimentos mientras 100 millones de europeos subsisten en el umbral de la pobreza. "Con este despropósito deberíamos tener claro que esta sociedad está próxima a colapsar y que debemos revisar nuestros modelos de consumo", lamenta.

Llegaron a servir 20.000 platos al día

Con el cambio climático llamando a las puertas, Foodtopía era la respuesta a una cocina comprometida y elaborada con un mínimo consumo energético y los productos saludables formaban parte de la solución. Con estos principios la empresa llegó a servir más de 20.000 raciones diarias de platos que no contenían carne ni productos artificiales, se cocinaban con consumos de energía mínimos y tenían un precio social: "nuestras lentejas no serían como las de las abuelas, pero costaba un euro la ración y eran muy sanas", matiza Pagán.

Los bajos precios, entre 1 y 2,5 euros, y el sistema de producción de Foodtopía precisaban alcanzar una amplia demanda para mantener la producción desde las cocinas centrales que la empresa tenía en el Polígono Industrial Oeste. "Desde allí distribuíamos a las 14 tiendas y también al Parque Científico de Murcia, donde llegamos a suministrar 1.500 platos cada día".

Foodtopía se movía en el mundo de las ideas, no en el de los negocios ni las finanzas. No subieron los precios, nunca usaron plástico, no se salieron del camino de una cocina saludable y responsable con el planeta. "Nuestros clientes traían sus envases de cristal para servirles la ración, con el paso del tiempo algunos se quejaron. No todos lo entendían".

El golpe de la pandemia

Cuando llego la pandemia y el obligado cierre de la hostelería, la empresa no contaba con capacidad para mantener la estructura inactiva. Muchas tiendas se vieron abocadas al cierre, los ajustados márgenes de negocio y el cierre de la cocina central fueron un duro golpe. El servicio de comidas del Parque Científico de Murcia no volvió a abrir, tampoco muchas tiendas, y si abrieron fue bajo otra marca.

De los 14 establecimientos quedan dos en activo que no reciben suministro de la cocina central, cuyas instalaciones ya no forman parte de la marca. "Tal vez no era el momento, intentamos seguir e introdujimos nuevos productos canelones, lasaña y otras finuras. Nos pervertimos un poco", dice Pagán con cierta sorna, "porque nuestro mundo no es un mundo multiplato, es un mundo donde tendremos que garantizar un plato diario a 8.000 millones de personas".

Un nuevo comienzo: Foodtopía Termopolio 

El innovador proceso de cocción termodinámico que Pagán aplicó para crear Foodtopía podría tener continuación en un nuevo proyecto que mantiene el mismo compromiso social y añade nuevas prestaciones al sistema. La iniciativa recibe el nombre de Foodtopía Termopolio.

La empresa ha desarrollado un nuevo modelo denominados Termopol 50 y Termopol 25 que son unidades más pequeñas que cocinan mediante el mismo principio. "Son unidades de transformación local, con un bajísimo consumo energético y aisladas térmicamente; en la transformación de los alimentos está ausente tanto la energía fósil, como envases de cualquier tipo que no sean reutilizables".

Estos nuevos modelos tienen capacidad para atender a comunidades de hasta 150 personas y pueden cocinar mediante energía solar. De momento existe una unidad operativa que presta servicio en una localidad de Valencia con buenos resultados. Tal vez el proyecto no ha hecho más que empezar.

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