Fotos: Warner Music.
MURCIA. Existen pocas voces más reconocibles que la de Carlos Tarque (Santiago de Chile, 1969). Como miembro de M-Clan ha entrado en la historia de la música en español para la eternidad. Canciones como Carolina, Miedo o Maggie despierta son himnos para muchas generaciones. "Son canciones intergeneracionales", apunta Tarque. Aunque chileno de nacimiento, afirma sentirse "muy murcianico", puesto que desde los 8 años se crio en Murcia, algo que "deja huella más allá de que luego vivas 40 años en otro sitio". Con Tarque charlamos acerca de su segundo disco en solitario, tras un paréntesis en la carrera de la banda M-Clan.
Segundo disco en solitario. Se nota que lo disfrutas mucho, que es algo que has querido hacer toda tu vida. ¿Qué puedes hacer ahora en solitario que no has podido hacer con M-Clan?
Sobre todo, hacer algo que no sea M-Clan. No lo digo desde un punto rencoroso. Es que es la novedad. Si llevas toda tu vida con un proyecto y montas otro diferente, que tiene un frescor y un espíritu diferente en el que estoy solo…Pues suena diferente. Es verdad que estoy con Carlos Raya, pero soy el que tiene la última palabra. Es un sonido que, aunque pueda tener algo en común con lo que hacíamos al principio en M-Clan, los últimos años no tenía cabida con lo que hacíamos. Simplemente no fluía en la banda. Y cuando algo no fluye, lo buscas por otro lado. Además, te gusta que fluya por otro lado de manera natural.
¿Te enriquece como artista el salir en solitario? Es un acto valiente musicalmente.
Sí, es una experiencia nueva. Todas las experiencias te enriquecen o te hacen experimentar. Sobre todo, cuando es para hacer algo diferente. Hay muchos artistas que empiezan su carrera en solitario porque con el grupo no aguantan más o porque se ha ido al garete…En mi caso no es así. Podríamos seguir la banda tocando juntos. Es verdad, sin embargo, que necesito refrescarme, igual que Ricardo. No es que estemos mal, sino que simplemente es darte un pequeño 'paseo'.
¿Los seguidores de M-Clan podemos estar tranquilos de que volverá la banda?
Yo creo que sí. Funciona muy bien, es un clásico. Ya veremos con Ricardo que queremos hacer.
M-Clan es un himno. Siguen sonando en discotecas, en fiestas…Eso habla mucho de la calidad de la canción, que no envejece lo más mínimo.
Son canciones, algunas se hicieron tan famosas, que transcienden al paso del tiempo. Además, son intergeneracionales. Cuando hice Carolina, jamás pensé que podrían cantarla chavales que no habían nacido cuando salió. Miedo, Roto por dentro, Maggie despierta… Son muchas canciones. Unas más famosas que otras, pero el concepto M-Clan es un 'grandes éxitos'.
Sois una banda que va a permanecer eternamente en el imaginario de la música en español.
Sobre todo, en España. Algunas canciones, como Carolina, sí han sonado fuera de España pero somos sobre todo un grupo 'estatal' (risas).
¿El pertenecer a M-Clan te ha permitido tener la seguridad de iniciar un proyecto en solitario?
Por supuesto. Yo no soy un artista emergente. No empiezo de cero. Tengo un bagaje que hace que, por ejemplo, los medios importantes y no importantes quieran entrevistarte, porque, aunque puedas tener un reconocimiento por ti mismo, eres uno de los miembros de M-Clan. Eso ayuda. Es no salir de la casilla inicial. Lo hago porque lo necesito y porque me viene bien. Económicamente no tengo la vida resulta, pero si que es verdad que por mi éxito con M-Clan me puedo permitir dos años malos o regulares e invertir en un proyecto nuevo. Esto no es solo una inversión de energía, es también económica y tienen que salir los números. En general, empezamos con buen pie. No es un riesgo.
Tu música emite una sensación de seguridad, muy en línea con el rock de los 80. Un poco el estereotipo de estrella del rock, de alguien a quien todo le da igual. ¿Necesitas armarte emocionalmente para no mostrar alguna debilidad o inseguridad, nervios, de salir al escenario?
Los estereotipos, algunos son ciertos, pero son tópicos que engañan. Yo no soy una estrella del rock. Soy alguien conocido, que canta…Pero de ahí a ser una ‘rock star’, es casi algo anticuado. Creo que en España no sucede. Yo particularmente no tengo esa vida. Sí que me gusta transmitir esa energía, un sonido potente, pero no necesariamente soy alguien que está enfadado todo el día. Tengo enfados, como todo el mundo (risas). No hay ese estereotipo. Si eres rockero parece que tienes que ser malo. No es mi caso. Son estereotipos que tenemos que abandonar. No puedes estar a merced del público. Tienes que hacer música y canciones. Que es lo que somos, músicos.
Eres un contador de historias. Algo que no se suele ver mucho últimamente.
Puede ser que la música más actual, la más comercial, esté un poquito vacía, sea demasiado superficial. A veces falta un poquito de que te cuenten alguna historia más profunda. Es la tendencia que hay. Es como si todo lo que viéramos en televisión, todas las series, fueran de comedia. Tiene que haber de todo. A veces creo que hace falta que no sea todo tan superficial.
¿La fama te ha cambiado? Al relacionarte con la gente, de estar más en alerta cuando alguien viene a hablar contigo, o cuando tú hablas con alguien y provoques más respeto que antes.
El mundo de las redes sociales y el mundo de las fotos a veces puede convertirse en algo pesado. Se dice ‘es lo que te toca’. Bueno, yo soy un cantante. No un famoso al que tengas que hacerle una foto. En ese sentido si me puedo quejar un poco, aunque es una queja absurda. Tampoco soy tan poderoso como para que la gente quiera cosas de ti. En cualquier caso, no puedes vivir tan alerta porque entonces no descansas.
He leído que en los inicios de M-Clan os veía poca gente, algo común en los inicios. ¿Cómo haces para que no le hunda y siga adelante?
Es una buena pregunta. La verdad es que, en mi caso particular, el hecho de trabajar en grupo hacía que nos apoyáramos mutuamente. Esos sinsabores de repente de que viene poca gente nunca lo sentí como una gran frustración o un gran sacrificio. Para mí, un sacrificio era hacer algo que no quería. Trabajar de camarero, en un supermercado…Eso no quería hacerlo, aunque ganara dinero. Prefiero no tener pasta y hacer lo que quiero. En ese sentido siempre tuve bastante fe. Además, en esos momentos tienes que pensar que las cosas pueden cambiar y tienes que intentar ser mejor. ¿Dónde está el fallo? ¿Por qué la gente no ha venido? Hay que pensarlo. Hay algunos grupos que piensan que salir significa que vas a triunfar. Eso no es así. Deberás tener algo especial. Hay que pelearlo.
Has estado de gira con M-Clan, componiendo tu disco, ahora sales de gira de nuevo… ¿Cómo logras tener un respiro dentro de esta vorágine?
La verdad que no he tenido mucho respiro entre acabar el disco y empezar con la promoción. He tenido algunos días. Al no ser exactamente lo mismo el estar tocando en directo y hacer la promoción lo veo como un cierto descanso pasar de una cosa a otra. Es verdad que, en algún momento me planteo para un tiempo interesante. Parar, de repente, un año. De no hacer nada. Si te lo puedes permitir, hace falta.
Hace tiempo dejaste la ciudad. Vives en las afuera de un pueblo. ¿Esto influye de alguna forma en tu manera de hacer música?
No creo. Puede ser que haya hecho que me guste más un tipo de música más tranquila. A la hora de componer no porque, por ejemplo, la música que estoy haciendo con Tarque, es rock. El mundo de las redes sociales y la información hace que una vida rural no sea tan rural. Ni la vida rural es tan rural desde que existe internet, ni una vida urbana es tan urbana desde que puedes ver naturaleza.
Desde la pandemia parece que el directo ha ganado fuerza en un momento en el que la industria musical se vende menos. ¿Esto te congratula?
El disco se ha dejado de vender porque hay unas plataformas donde se distribuye la música, que se supone que son de pago, a pesar de que al artista las cuotas que le llegan son muy muy bajas. El disco va a desaparecer, porque ahora es casi una especie de merchandising. La eclosión del directo ha hecho que haya muchos festivales. Aunque creo que hay seguir poniendo el acento en que grupos emergente en salas pequeñas van a seguir recibiendo apoyo. La gente se está acostumbrando a ‘macrocentos comerciales’ de la música en directo y, haciendo un símil, y a la hora de ir al pequeño panadero, como puede ser una banda emergente, vamos a ver si eso se puede mantener. Ahí es donde está el caldo de cultivo del futuro. En las salas y en los grupos emergentes. Para que haya ‘Vivas Suecias’, tiene que haber pequeños garitos. Eso se tiene que potenciar.
