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de la industria alimentaria a la aeroespacial

Emprendimientos que prescinden de lo que creíamos imprescindible

28/08/2023 - 

MURCIA. Se erige como una alternativa sostenible a la agricultura tradicional, responsable, en gran medida, de la degradación y la erosión del suelo. La agricultura vertical permite producir alimentos en ambientes cerrados y controlados tecnológicamente, lo que reduce la necesidad de grandes extensiones de tierra y lleva la producción en masa directamente a las áreas urbanas.

La agricultura vertical puede sustituir la tierra del campo por un rascacielos y el sol por la luz artificial. Tampoco entiende de estaciones porque el sistema llamado de hidroponía permite conseguir cosechas controladas durante cualquier época del año. Se orienta principalmente a cultivos de hoja, como lechuga, acelga, perejil o col y sus defensores sostienen que estas granjas producen más con menos, además de evitar el transporte por carretera de los productos alimentarios del campo a los núcleos urbanos rebajando así la contaminación medioambiental. 

Cultivar sin tierra, algo inconcebible para nuestros abuelos, se convirtió en la idea de negocio que posibilitó a la startup estadounidense Plenty alcanzar la categoría de unicornio después de dar un giro de 180º a la industria agrícola a favor de la agtech y desafiando los límites del espacio y el suministro de agua. También en España contamos ya con startups con ideas de negocio similares, como la barcelonesa Groots, otra vertical farming en la que dicen ofrecer “plantas con los máximos nutrientes, súper bien cuidadas, de proximidad y 100% libres de pesticidas”.

Y si lo que no encuentras son agricultores para recoger las cosechas, tampoco tienes ya que preocuparte porque cada vez son más las propuestas robóticas que surgen para ello. Todavía son excepciones, pero ya se pueden ver robots recolectores en los campos recogiendo manzanas, tomates o, incluso, vendimiando. Así, en Tevel Aerobotics Technologies, una compañía tecnológica de Israel, han desarrollado unos robots aéreos que acaban con los temporeros y los turnos laborales porque ellos mismos se encargan de acercarse al árbol, arrancar el fruto con un suave giro de sus brazos de succión y depositarlo con cuidado en el contenedor de recogida sin magulladuras. El robot es también capaz de detectar el punto de maduración del fruto gracias a la inteligencia artificial que incorpora. 

Clara de huevo sin gallina y carne sin animal

Pero tal vez sea en la industria alimentaria donde se están produciendo las mayores revoluciones. Propiciado por el salto al plant-based, que busca sustituir las proteínas de origen animal por las procedentes del vegetal, surgen en el mercado soluciones muy interesantes. Una de las startups ganadoras en la última edición de South Summit Madrid fue Onego Bio, una empresa finlandesa que se alzó con el galardón a la idea más disruptiva. Su mérito radica en haber logrado el código para producir proteína de clara de huevo sin pollos mediante fermentación de precisión. Para obtenerlo, los investigadores han utilizado la biotecnología, más concretamente, una técnica denominada agricultura celular, un proceso bastante novedoso para producir productos que tradicionalmente se cosechan en granjas, principalmente proteínas y grasas para productos alimenticios.

Igual que con la agricultura vertical, también en el caso de la agricultura celular se habla de mayor sostenibilidad y eficiencia. Según un estudio de la Universidad de Oxford, “la carne de cultivo podría producirse potencialmente hasta con un 96% menos de emisiones de gases de efecto invernadero, un 45% menos de energía, un 99% menos de uso de tierras y un 96 % menos de uso de agua que la carne convencional”. En contra, surgen también voces que alertan de algunos peligros de la carne cultivada en el laboratorio. 

En España se atribuye a la empresa Biotech Foods ser la primera iniciativa nacional que se dedica a producir carne cultivada. Ahora aspira a convertirse también en la planta industrial más grande de Europa con planes de construir una fábrica de 11.000 metros cuadrados que estaría operativa en 2024. Todo ello gracias a la entrada en su accionariado de la brasileña JBS, una de las mayores cárnicas del mundo. 

A groso modo, se puede decir que la carne se cultiva mediante una pequeña extracción de la carne de un animal, una especie de biopsia, sin causarle sufrimiento. De la muestra se aíslan las células musculares y se cultivan aportando la temperatura y los nutrientes básicos necesarios para producir la carne.

Al médico sin doctor

También en el sector salud la digitalización ha impactado de forma notable, tanto que en muchos casos se puede prescindir de la pericia del galeno y sustituirla por la precisión de una máquina. De hecho, se dice que los cribados del cáncer de mama que se realizan con el apoyo de inteligencia artificial son capaces de detectar un 20% más casos de esta enfermedad de forma segura y con la misma precisión que dos radiólogos. 

También en la startup vasca Legit. Healh han desarrollado una solución apoyada en inteligencia artificial que sirve para identificar hasta 300 tipos de patologías en la piel con solo examinar fotos del paciente. No prescinden del facultativo, pero se dedica más a practicar intervenciones que a diagnosticar. 

Viajar al espacio sin salir de la tierra

Y si gracias a la holografía podemos asistir hoy a un concierto de María Callas o Whitney Houston, pese a llevar años fallecidas, el siguiente sueño del ser humano es ir un paso más allá y conseguir el holotransporte, un cruce entre holograma y teletransporte que nos permitiría viajar a cualquier punto del planeta y fuera del mismo sin movernos del sofá. 

En esta línea trabaja ya la NASA tras lograr el año pasado enviar un holograma a la Estación Espacial Internacional (ISS) donde fueron ‘holotransportados’ un médico y su equipo. Falta tiempo para que esta tecnología madure, pero cada vez parece más cercana la posibilidad de viajar a Marte sin transbordadores. 

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