MURCIA (EFE). El Pleno del Senado celebra la próxima semana el debate de enmiendas al proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2023, que todo apunta a que terminará el martes con su aprobación definitiva sin introducir ningún cambio.
Estos serán los terceros presupuestos consecutivos del Gobierno y también los últimos, ya que el calendario haría coincidir la eventual tramitación del Presupuesto de 2024 con la disolución de las Cortes y la campaña electoral.
Las cuentas del próximo ejercicio superaron esta semana tanto el debate de vetos en el Pleno como la Comisión, que cerró sin incorporar ninguna de las más de 4.000 enmiendas registradas por los grupos.
Estas enmiendas continúan vivas, en forma de votos particulares, para el Pleno que arranca este martes, aunque todo apunta a que volverán a ser rechazadas.
De ser así, los Presupuestos quedarían aprobados de manera definitiva el martes con un texto idéntico al que salió del Congreso; en cambio, si se introduce alguna modificación, las cuentas tendrían que volver al Congreso en la última semana del año.
Tras una dura negociación en el Congreso, los Presupuestos llegaron al Senado con su aprobación garantizada, ya que solo los grupos con representación en ambas Cámaras que habían cerrado acuerdos -PSOE, ERC, PNV, Bildu, CC, Compromís, Más Madrid y PRC- aseguraban la mayoría absoluta.
A estos se han unido PAR y Més per Mallorca -que negociaron previamente con el Gobierno sus propuestas, con lo que estas ya figuraban en el texto que salió del Ejecutivo- y se espera también el apoyo de la Asociación Socialista Gomera y Geroa Bai.
Más complicado parece el voto de Teruel Existe, que apoyó las anteriores cuentas e, incluso, incorporó enmiendas en el Congreso, pero ahora vincula su apoyo al incremento de la bonificación en las cotizaciones sociales en provincias despobladas, que el Gobierno descarta.
Los Presupuestos Generales del Estado son un arma política y Pedro Sánchez no solo lo sabe, sino que actúa en consecuencia. Es decir, se pacta con quien haga falta y se cede lo que sea necesario. Pasamos por el máximo gasto social, la supresión del delito de sedición, la salud bucodental catalana, las selecciones de pelota vasca y el surf en competiciones internacionales y la salida o traslado de los cuarteles de la Guardia Civil