Miras sueña con un aliado en Moncloa

MURCIA. "¿Qué habríamos sido capaces de hacer con un aliado en la Moncloa?", se preguntaba, retóricamente, Joaquín Segado, el hombre encargado por López Miras para dirigir la campaña política del PP. La legislatura da sus últimos coletazos -terminará el 31 de marzo- y es tiempo ahora de balances. Al PP le gusta sacar pecho de que han actuado solos, sin la ayuda del Ejecutivo central. Es el relato de la cohabitación política, que ha persistido durante todos estos cuatro años, con dos Gobiernos de signo opuesto que apenas se han dado tregua entre ellos. Hubo un tímido amago de paz en el verano, con el Mar Menor de por medio. Pero fue un espejismo. No hace ni dos semanas que el propio Miras acusaba a Ribera de "mentir descaradamente". 

Lo cierto es que apenas ha existido afinidad entre Madrid y Murcia. Desde el conflicto por el 'pin parental' hasta los innumerables choques por el Trasvase Tajo-Segura, que han llevado a la Comunidad a activar una decena de recursos judiciales. También fueron sonados los encontronazos en la pandemia. La relación entre el presidente Sánchez y el presidente Miras ha sido inexistente. Ni por carta han mantenido contacto, pese a los reiterado intentos del lorquino. La última -y única- visita del mandatario regional a la Moncloa fue en septiembre de 2018, cuando el PSOE gobernaba en solitario. Todo este clima de desentendimiento genera desesperación en la sociedad civil, que en más de una ocasión ha lamentado el diálogo de sordos. 

2023 puede cambiar el tablero político. El 28 de mayo habrá comicios autonómicos y municipales y a finales de año se espera que el presidente de España convoque las elecciones generales. El PP aspira a mantener su feudo en la Región, en su poder desde 1995, y a regresar a la Moncloa. El PSOE, por su parte, quiere acabar con casi tres décadas de poder de PP en San Esteban y se aferra a seguir en el Gobierno central. ¿Habrá esta vez dos Gobierno de un mismo color? ¿Pasarán a ser aliados? Esa es la idea que preconizaba Segado esta semana, a propósito de su intervención, en la que -cómo no- aludió al "freno" y el "castigo que a su juicio supone la coalición de PSOE y Podemos.

La influencia de Murcia en Madrid nunca ha sido uno de los fuertes precisamente de la Comunidad. La legislatura, de hecho, concluirá sin resolver -o lo que es más triste, sin apenas avances- en reclamaciones históricas como la financiación autonómica. La ansiada reforma del modelo no llega. Y no hay noticias de cambio. Otras viejas batallas persisten, como el agua, con el recorte del Trasvase consumado para los próximos cinco años. El PSOE insiste en replicar las promesas -con firma ya de la ministra Ribera- de la desalación. Al menos el AVE - el otro gran clásico- está en la Región, aunque, eso sí, no exento de polémica.

¿Cambiaría mucho para el PP tener un aliado en Madrid? No es una regla matemática. Por citar un ejemplo, el PSOE suele recordar al PP que precisamente con las anteriores reglas de explotación del Tajo-Segura hubo once meses de 'trasvases cero'. Con todo, el relato de la confrontación dejaría de existir pues el PP siempre se ha mostrado leal y afable con sus homólogos populares en Madrid. Miras siempre ha pregonado que antepone los intereses de la Región a los partidistas. Sería una prueba de fuego comprobar si es así con un Feijóo en la Moncloa. 

López Miras, no obstante, puede presumir de cercanía con el líder nacional de su partido pues en apenas diez meses Feijóo ha visitado la Región en cuatro ocasiones, la última para proclamar a un alcalde, Joaquín Buendía, que gobierna el municipio de la Región más poblado con mayoría absoluta. También Cuca Gamarra, la número dos, ha acudido en varias ocasiones a la Región, como así se puso de manifiesto en Cartagena este sábado. Aquel temor de que el PP se había quedado sin interlocutor con Génova con la caída de Teodoro García Egea parece que ya no sobrevuela el ambiente de los populares murcianos. Génova, y más en tiempos de oposición, no descuida sus territorios, siempre pendiente. Pero también advierte. Y en eso el PP de Miras sabe que Feijóo le exige una contundente victoria en la Región, rayana en la mayoría absoluta. Si el PP quiere un aliado, debe ir avalado por las urnas.