especializada en la técnica del knolling

El maravilloso y ordenado mundo de Pati Gagarin: la fotógrafa publicará un fotolibro en otoño

27/05/2023 - 

MURCIA. Las pinzas del pelo de su hermana, las joyas de su abuela, los relojes de su padre, los dulces a los que uno no puede resistirse, globos de agua de colores, adornos de Navidad... casi cualquier cosa -de esas que están a nuestro alcance y humildemente nos rodean- puede protagonizar una de las maravillosas y ordenadas fotografías de Pati Gagarin, una vallisoletana que se quedó a vivir en Orihuela y que mantiene estrechos lazos con Murcia. Nada que ver (por su apellido) con el ruso que viajo al espacio, aunque su trabajo tiene mucho de espacial. Y es que Pati Gagarin es una especialista en knolling, una técnica que consiste en hacer composiciones llamativas colocando objetos -siguiendo líneas y ángulos rectos- de tal manera que el resultado sea armonioso y muy llamativo. 

Esta disciplina llevada a la fotografía se ha hecho viral en las redes sociales al dar pie a un sinfín de composiciones, que en el caso de esta artista están llenas de colorido, sugerencias, lecturas y aspectos emocionales que conectan de alguna forma con algún resorte que todos tenemos. ¡Todo en orden! El arte del Knolling es el título del fotolibro de Gagarin que verá la luz el próximo otoño (editado por Libros.com), en el que la fotógrafa ofrece sus 'truquiconsejo' para sacar de una forma divertida al artista que llevamos dentro.

"Si el desorden te altera los chakras, tranqui: el knolling ha llegado para salvarte. ¡El libro que haría las delicias de Monica Geller (Friends)!", señala la autora sobre este proyecto tan personal en el que la fotógrafa ha dado rienda suelta a su faceta más creativa. Por otra parte, su genuina manera de captar la realidad le ha llevado a trabajar para clientes "tan atómicos" como Adidas, Reebok, Vogue España, Google, Fjord, 7up o Aperol, Hannibal Laguna Shoes, Martinelli, Germaine de Capuccini o Real Fábrica Española. Y es que, como apunta, tiene que combinar ambas facetas: una en la que ella es la 'jefa' y no tiene límites; y otra "más profesional" en la que trabaja para clientes. 

Lo que tiene muy claro Pati Gagarin es que lo suyo es la fotografía, tanto es así que antes de terminar la carrera de arquitectura técnica ya estaba recibiendo encargos fotográficos. "A mí lo que me gustaba era hacer fotos, no edificios", cuenta, añadiendo que decidió dedicarse a ello profesionalmente en 2013. Lo del knolling vino de alguna manera de tener un padre muy coleccionista de objetos con alma.

La creativa, quien además es profesora en Domestika, señala que se siente muy libre con la técnica del knolling, que resulta ideal para una persona que, como a ella, le gusta todo lo relacionado con el espacio, el color, el orden, la luz y la gente amable. Hay, además, una lectura detrás de cada trabajo -de por qué ha elegido determinados objetos, colores o disposición- que, cuando se explican, le da una nueva dimesión a la obra, más allá de la puramente estética. 

Lo que busca, apunta, es crear imágenes llamativas-también de personas que se funden con el fondo-, a la vez que pasar un buen rato poniéndolo todo en orden. Aunque tampoco hay que pasarse, advierte. "De vez en cuando hay que abrazar el caos", asegura riendo.

    

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